Jueces 5:29 - La Biblia Reina Valera 1862

Libro de Jueces
Capitulos:

123456789101112131415161718192021

1 - Y AQUEL día cantó Débora y Barac hijo de Abinoem, diciendo:

2 - Porque ha vengado las injurias de Israel, porque el pueblo se ha ofrecido de su voluntad, load a Jehová.

3 - Oid reyes: estád atentos príncipes, yo cantaré a Jehová: diré salmos a Jehová Dios de Israel.

4 - Cuando saliste de Seir, oh Jehová, cuando te apartaste del campo de Edom, la tierra tembló, y los cielos destilaron, y las nubes gotearon aguas.

5 - Los montes se derritieron delante de Jehová, este Sinaí, delante de Jehová Dios de Israel.

6 - En los dias de Samgar hijo de Anat, en los dias de Jahel cesaron los caminos; y los que andaban por las sendas, se apartaban por sendas torcidas.

7 - Las aldeas habían cesado en Israel, habían cesado: hasta que yo Débora me levanté, me levanté madre en Israel.

8 - En escogiendo nuevos dioses, la guerra estaba a las puertas: ¿Se veía escudo o lanza entre cuarenta mil en Israel?

9 - Mi corazón es a los príncipes de Israel, a los voluntarios en el pueblo, load a Jehová.

10 - Los que cabalgáis en asnas blancas, los que presidís en juicio, y los que andáis por el camino, hablád.

11 - A causa del estruendo de los flecheros quitado de entre los que sacan las aguas: allí recuenten las justicias de Jehová, las justicias de sus aldeas en Israel. Ahora el pueblo de Jehová descenderá a las puertas.

12 - Despierta, despierta Débora, despierta, despierta, dí canción. Levántate Barac, y lleva tus cautivos, hijo de Abinoem.

13 - Entónces ha hecho que el que quedó del pueblo; señoree los magnificos: Jehová me hizo enseñorear sobre los fuertes.

14 - De Efraim salió su raíz contra Amalec: tras tí vino Benjamín contra tus pueblos. De Maquir descendieron príncipes: y de Zabulón los que solían tratar cincel de escriba.

15 - Príncipes también de Isacar fueron con Débora: y también Isacar, como Barac, se puso a pié en el valle: de las divisiones de Ruben son grandes las disputas del corazón.

16 - ¿Por qué te quedaste entre las majadas, para oir los silvos de los rebaños? De las divisiones de Ruben grandes son las disputas del corazón.

17 - Galaad se quedó de la otra parte del Jordán: y Dan ¿por qué habitó junto a los navios? Aser se asentó en la ribera de la mar, y en sus quebraduras se quedó.

18 - El pueblo de Zabulón puso su vida a la muerte, y Neftalí en las alturas del campo.

19 - Vinieron reyes, y pelearon: entónces pelearon los reyes de Canaán en Tane junto a las aguas de Mageddo, mas ninguna ganancia de dinero llevaron.

20 - De los cielos pelearon: las estrellas desde sus caminos pelearon contra Sísera.

21 - El arroyo de Cisón los barrió, el arroyo de las antigüedades, el arroyo de Cison: pisaste, oh alma mía, con fortaleza.

22 - Las uñas de los caballos se embotaron entónces, por los encuentros, los encuentros de sus valientes.

23 - Maldecíd a Meros, dijo el ángel de Jehová: maldecíd con maldición a sus moradores: porque no vinieron en socorro a Jehová, en socorro a Jehová contra los fuertes.

24 - Bendita sea sobre las mujeres Jahel la mujer de Jeber Cineo: sobre las mujeres sea bendita en la tienda.

25 - El pidió agua, y ella le dió leche: en tazón de nobles le presentó manteca.

26 - Su mano tendió a la estaca, y su diestra al mazo de trabajadores, y majó a Sísera; hirió su cabeza; llagó, y pasó sus sienes.

27 - Cayó encorvado entre sus piés, quedó tendido: entre sus piés cayó encorvado: donde se encorvó, allí cayó muerto.

28 - La madre de Sísera asomándose a la ventana aulla, mirando por entre las rejas, diciendo: ¿Por qué se detiene su carro, que no viene? ¿por qué se tardan las ruedas de sus carros?

29 - Las sabías mujeres de sus príncipes le respondían: y aun ella a si misma se respondía:

30 - ¿No han hallado despojos y los están repartiendo? a cada uno una moza, o dos: los despojos de colores, a Sísera; los despojos bordados de colores: la ropa de color bordada de ambas partes, para el cuello del despojo.

31 - Así perezcan todos tus enemigos oh Jehová: mas los que le aman, sean como el sol cuando nace en su fortaleza. Y la tierra reposó cuarenta años.