Juan 8:41 - La Biblia Reina Valera 1862

Libro de Juan
Capitulos:

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1 - Y JESÚS se fué al monte de las Olivas.

2 - Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él los enseñaba.

3 - Entónces los escribas y los Fariseos traen a él una mujer tomada en adulterio; y poniéndola en medio,

4 - Dícenle: Maestro, esta mujer ha sido tomada en el mismo hecho adulterando.

5 - Y en la ley Moisés nos mandó apedrear a las tales: ¿Tú, pues, qué dices?

6 - Mas esto decían tentándole, para poderle acusar; empero Jesús bajado hacia abajo escribía en tierra con el dedo.

7 - Y como perseverasen preguntándole, enderezóse, y les dijo: El que de vosotros es sin pecado, arroje contra ella la piedra el primero.

8 - Y volviéndose a bajar hacia abajo, escribía en tierra.

9 - Oyendo pues ellos esto, redargüidos de la conciencia, salíanse uno a uno, comenzando desde los más viejos, hasta los postreros, y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio.

10 - Y enderezándose Jesús, y no viendo a nadie más que a la mujer, le dijo: ¿Mujer, dónde están los que te acusaban? ¿ninguno te ha condenado?

11 - Y ella dijo: Señor, ninguno. Entónces Jesús le dijo: Ni yo te condeno: véte, y no peques más.

12 - Y hablóles Jesús otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo: el que me sigue, no andará en tinieblas; mas tendrá la luz de vida.

13 - Entónces los Fariseos le dijeron: Tú de tí mismo das testimonio: tu testimonio no es verdadero.

14 - Respondió Jesús, y les dijo: Aunque yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio es verdadero; porque sé de donde he venido, y a donde voy; mas vosotros no sabéis de donde vengo, y a donde voy.

15 - Vosotros según la carne juzgáis; mas yo no juzgo a nadie.

16 - Mas si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy solo, sino yo, y el Padre que me envió.

17 - Y en vuestra ley está escrito, que el testimonio de dos hombres es verdadero.

18 - Yo soy el que doy testimonio de mí mismo; y da testimonio de mí el Padre que me envió.

19 - Entónces le decían: ¿Dónde está tu Padre? Respondió Jesús: Ni a mí me conocéis, ni a mi Padre. Si a mí me conocieseis, a mi Padre también conoceríais.

20 - Estas palabras habló Jesús en el tesoro, enseñando en el templo; y nadie le prendió, porque aun no había venido su hora.

21 - Y díjoles otra vez Jesús: Yo voy, y me buscaréis, y en vuestro pecado moriréis: a donde yo voy, vosotros no podéis venir.

22 - Decían entónces los Judíos: ¿Se ha de matar a sí mismo? porque dice: A donde yo voy, vosotros no podéis venir.

23 - Y les decía: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo.

24 - Por eso os dije, que moriríais en vuestros pecados; porque si no creyereis que yo soy, en vuestros pecados moriréis.

25 - Y decíanle: ¿Tú, quién eres? Entónces Jesús les dijo: El que al principio también os he dicho.

26 - Muchas cosas tengo que decir, y que juzgar de vosotros; mas el que me envió, es verdadero; y yo lo que he oido de él, esto hablo en el mundo.

27 - Mas no entendieron que él les hablaba del Padre.

28 - Díjoles pues Jesús: Cuando levantareis al Hijo del hombre, entónces entenderéis que yo soy, y que nada hago de mí mismo; mas como el Padre mío me enseño, esto hablo.

29 - Y el que me envió, conmigo está: no me ha dejado solo el Padre; porque yo, lo que a él agrada, hago siempre.

30 - Hablando él estas cosas, muchos creyeron en él.

31 - Entónces decía Jesús a los Judíos que le habían creido: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;

32 - Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.

33 - Y respondiéronle: Simiente de Abraham somos, y jamás servimos a nadie: ¿cómo dices tú: Seréis hechos libres?

34 - Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, es siervo del pecado.

35 - Y el siervo no queda en casa para siempre; mas el Hijo queda para siempre.

36 - Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.

37 - Yo sé que sois simiente de Abraham; mas procuráis matarme, porque mi palabra no cabe en vosotros.

38 - Yo, lo que he visto con mi Padre, hablo; y vosotros lo que habéis visto con vuestro padre, hacéis.

39 - Respondieron, y dijéronle: Nuestro padre es Abraham. Díceles Jesús: Si fuerais hijos de Abraham, las obras de Abraham, haríais.

40 - Empero ahora procuráis de matarme, hombre que os he hablado la verdad, la cual he oido de Dios: no hizo esto Abraham.

41 - Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Dijéronle pues: Nosotros no somos nacidos de fornicación: un solo Padre tenemos, que es Dios.

42 - Jesús entónces les dijo: Si vuestro Padre fuera Dios, ciertamente me amaríais a mí; porque yo de Dios he salido, y he venido; que no he venido de mí mismo, mas él me envió.

43 - ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? es porque no podéis oir mi palabra.

44 - Vosotros de vuestro padre el diablo sois, y los deseos de vuestro padre queréis cumplir: él homicida ha sido desde el principio; y no permaneció en la verdad; porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.

45 - Y porque yo os digo la verdad, no me creeis.

46 - ¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Y si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creeis?

47 - El que es de Dios, las palabras de Dios oye: las cuales por tanto no oís vosotros, porque no sois de Dios.

48 - Respondieron entónces los Judíos, y dijéronle: ¿No decimos bien nosotros, que tú eres Samaritano, y que tienes demonio?

49 - Respondió Jesús: Yo no tengo demonio; ántes honro a mi Padre, y vosotros me habéis, deshonrado.

50 - Y yo no busco mi gloria: hay quien la busque, y juzgue.

51 - De cierto, de cierto os digo, que el que guardare mi palabra, no verá muerte para siempre.

52 - Entónces los Judíos le dijeron: Ahora conocemos que tienes demonio: Abraham murió, y los profetas; y tú dices: El que guardare mi palabra, no gustará muerte para siempre.

53 - ¿Eres tú mayor que nuestro padre Abraham, el cual murió? y los profetas murieron: ¿quién te haces a tí mismo?

54 - Respondió Jesús: Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria es nada: mi Padre es el que me glorifica: el que vosotros decís, que es vuestro Dios.

55 - Mas no le conocéis: yo empero le conozco; y si dijere que no le conozco, seré como vosotros, mentiroso; mas le conozco, y guardo su palabra.

56 - Abraham vuestro padre se regocijó por ver mi día; y lo vió, y se regocijó.

57 - Dijéronle entónces los Judíos: Aun no tienes cincuenta años; y has visto a Abraham?

58 - Díjoles Jesús: De cierto, de cierto os digó, ántes que Abraham fuese, yo soy.

59 - Tomaron entónces piedras para arrojarle; mas Jesús se encubrió, y se salió del templo, pasando por medio de ellos, y así pasó.