Juan 12:36 - La Biblia Reina Valera 1862

Libro de Juan
Capitulos:

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1 - JESÚS pues seis dias ántes de la páscua vino a Betania, donde estaba Lázaro el que había muerto, al cual Jesús había resucitado de entre los muertos.

2 - E hiciéronle allí una cena, y Marta servía; mas Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa juntamente con él.

3 - Entónces María tomó una libra de ungüento de nardo puro de mucho precio, y ungió los piés de Jesús, y limpió sus piés con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del ungüento.

4 - Entónces dijo uno de sus discípulos, Júdas Iscariote, hijo de Simón, el que le había de entregar;

5 - ¿Por qué no se ha vendido este ungüento por trescientos denarios, y se dió a los pobres?

6 - Esto dijo, no por el cuidado que él tenía de los pobres; mas porque era ladrón; y tenía la bolsa, y traía lo que se echaba en ella.

7 - Entónces Jesús dijo: Déjala: para el día de mi sepultura ha guardado esto.

8 - Porque a los pobres siempre los tenéis con vosotros, mas a mí no siempre me tenéis.

9 - Entónces una gran multitud de los Judíos entendió que él estaba allí; y vinieron no solamente por causa de Jesús, sino también por ver a Lázaro al cual había resucitado de entre los muertos.

10 - Empero consultaron los príncipes de los sacerdotes, para matar también a Lázaro;

11 - Porque muchos de los Judíos iban y creían en Jesús por causa de él.

12 - El siguiente día una gran multitud de gente que había venido a la fiesta, como oyeron que Jesús venía a Jerusalem,

13 - Tomaron ramos de palmas, y saliéronle a recibir, y clamaban: Hosanna: Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel.

14 - Y halló Jesús un asnillo, y se sentó sobre él, como está escrito:

15 - No temas, oh hija de Sión, he aquí, tu Rey viene asentado sobre un pollino de una asna.

16 - Mas estas cosas no las entendieron sus discípulos al principio: empero cuando Jesús fué glorificado, entónces se acordaron que estas cosas estaban escritas de él, y que le hicieron estas cosas.

17 - La gente, pues, que estaba con él, cuando llamó a Lázaro del sepulcro, y le resucitó de entre los muertos, daba testimonio.

18 - Por lo cual también había venido la gente a recibirle; porque habían oido que él había hecho este milagro.

19 - Mas los Fariseos dijeron entre sí: ¿Veis que nada aprovecháis? he aquí, que el mundo se va en pos de él.

20 - Y había ciertos Griegos de los que habían subido a adorar en la fiesta.

21 - Estos, pues, se llegaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le rogaron, diciendo: Señor, querríamos ver a Jesús.

22 - Vino Felipe, y lo dijo a Andrés: Y otra vez Andrés, y Felipe, lo dicen a Jesús.

23 - Y Jesús les respondió, diciendo: La hora viene en que el Hijo del hombre ha de ser glorificado.

24 - De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo que cae en la tierra, no muriere, él solo queda; mas si muriere, mucho fruto lleva.

25 - El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.

26 - Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.

27 - Ahora es turbada mi alma; ¿y qué dire? Padre, sálvame de esta hora; mas por esto he venido a esta hora.

28 - Padre, glorifica tu nombre. Entónces vino una voz del cielo, diciendo: Ya lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez.

29 - El pueblo, pues, que estaba presente, y la había oido, decía que había sido un trueno: otros decían: Un ángel le ha hablado.

30 - Respondió Jesús, y dijo: No ha venido esta voz por mi causa, sino por causa de vosotros.

31 - Ahora es el juicio de este mundo: ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.

32 - Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.

33 - Y esto decía dando a entender de qué muerte había de morir.

34 - Respondióle la gente: Nosotros hemos oido de la ley, que el Cristo permanece para siempre: ¿cómo pues dices tú: El Hijo del hombre ha de ser levantado? ¿Quién es este Hijo del hombre?

35 - Entónces Jesús les dijo: Aun por un poco estará la luz entre vosotros: andád entre tanto que tenéis la luz, no sea que os alcancen las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe donde va.

36 - Entre tanto que tenéis luz, creéd en la luz, para que seais hijos de luz. Estas cosas habló Jesús, y se fué, y se escondió de ellos.

37 - Empero aunque había hecho delante de ellos tantos milagros, no creían en él;

38 - Para que se cumpliese el dicho que dijo el profeta Isaías: ¿Señor, quién ha creido a nuestro dicho? ¿y el brazo del Señor, a quién ha sido revelado?

39 - Por esto no podían creer, porque otra vez dijo Isaías:

40 - Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; porque no vean de los ojos, ni entiendan de corazón, y se conviertan, y yo los sane.

41 - Estas cosas dijo Isaías, cuando vió su gloria, y habló de él.

42 - Con todo eso aun de los príncipes muchos creyeron en él; mas por causa de los Fariseos no le confesaban, por no ser echados de la sinagoga.

43 - Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios.

44 - Mas Jesús clamó, y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquel que me envió.

45 - Y el que me ve, ve al que me envió.

46 - Yo la luz he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí, no permanezca en tinieblas.

47 - Y el que oyere mis palabras, y no creyere, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, mas a salvar al mundo.

48 - El que me desecha, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue: la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero.

49 - Porque yo no he hablado de mí mismo; mas el Padre que me envió, él me dió mandamiento de lo que tengo de decir, y de lo que tengo de hablar.

50 - Y sé que su mandamiento es vida eterna: así que lo que yo hablo, como el Padre me lo ha dicho, así hablo.