Job 6:10 - La Biblia Reina Valera 1862

Libro de Job
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1 - Y RESPONDIÓ Job, y dijo:

2 - ¡Oh si se pesasen al justo mi queja y mi tormento, y fuesen alzadas igualmente en balanza!

3 - Porque mi tormento pesaría más que la arena de la mar: y por tanto mis palabras son cortadas.

4 - Porque las saetas del Todopoderoso están en mí, cuyo veneno bebe mi espíritu; y terrores de Dios me combaten.

5 - ¿Por ventura gime el asno montés junto a la yerba? ¿O brama el buey junto a su pasto?

6 - ¿Comerse ha lo desabrido sin sal? ¿o habrá gusto en la clara del huevo?

7 - Las cosas que mi alma no quería tocar ántes, ahora por los dolores son mi comida.

8 - ¡Quién me diese que viniese mi petición, y que Dios me diese lo que espero!

9 - ¡Y que Dios quisiese quebrantarme; y que soltase su mano, y me despedazase!

10 - Y en esto crecería mi consolación, si me asase con dolor sin tener misericordia: no que haya contradicho las palabras del Santo.

11 - ¿Qué es mi fortaleza, para esperar aun? ¿Y qué es mi fin, para dilatar mi vida?

12 - ¿Mi fortaleza, es la de las piedras? ¿o mi carne, es de acero?

13 - ¿No me ayudo cuánto puedo? ¿y con todo eso el poder me falta del todo?

14 - El atribulado es consolado de su compañero: mas el temor del Omnipotente es dejado.

15 - Mis hermanos me han mentido como arroyo; pasáronse como las riberas impetuosas,

16 - Que están escondidas por la helada, y encubiertas con nieve,

17 - Que al tiempo del calor son deshechas; y en calentándose, desaparecen de su lugar.

18 - Apártanse de las sendas de su camino, suben en vano, y se pierden.

19 - Miráronlas los caminantes de Temán, los caminantes de Sabá esperaron en ellas:

20 - Mas fueron avergonzados por su esperanza; porque vinieron hasta ellas, y se hallaron confusos.

21 - Ahora ciertamente vosotros sois como ellas: que habéis visto el tormento, y teméis.

22 - ¿Héos dicho: Traédme, y de vuestro trabajo pagád por mí,

23 - Y librádme de mano del angustiador, y redimídme del poder de los violentos?

24 - Enseñádme, y yo callaré; y hacédme entender en que he errado.

25 - ¡Cuán fuertes son las palabras de rectitud! ¿y qué reprende, el que reprende de vosotros?

26 - ¿No estáis pensando las palabras para reprender; y echáis al viento palabras perdidas?

27 - También os arrojáis sobre el huérfano; y hacéis hoyo delante de vuestro amigo.

28 - Ahora pues, si queréis, mirád en mí: y ved si mentiré delante de vosotros.

29 - Tornád ahora, y no haya iniquidad; y volvéd aun a mirar por mi justicia en esto:

30 - Si hay iniquidad en mi lengua: o si mi paladar no entiende los tormentos.