Job 3:9 - La Biblia Reina Valera 1862

Libro de Job
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1 - DESPUÉS de esto abrió Job su boca, y maldijo su día.

2 - Y exclamó Job, y dijo:

3 - Perezca el día en que yo fuí nacido, y la noche que dijo: Concebido es varón.

4 - Aquel día fuera tinieblas, y Dios no curara de él desde arriba, ni claridad resplandeciera sobre él.

5 - Ensuciáranle tinieblas y sombra de muerte; reposara sobre el nublado, que le hiciera horrible como día caluroso.

6 - A aquella noche ocupara oscuridad, ni fuera contada entre los dias del año, ni viniera en el número de los meses.

7 - Oh si fuera aquella noche solitaria, que no viniera en ella canción;

8 - Maldijéranla los que maldicen al día, los que se aparejan para levantar su llanto.

9 - Las estrellas de su alba fueran oscurecidas; esperara la luz, y no viniera; ni viera los párpados de la mañana.

10 - Porque no cerró las puertas del vientre donde yo estaba, ni escondió de mis ojos la miseria.

11 - ¿Por qué no morí yo desde la matriz, y fuí traspasado en saliendo del vientre?

12 - ¿Por qué me previnieron las rodillas, y para qué los pechos que mamase?

13 - Porque ahora yaciera y reposara; durmiera, y entónces tuviera reposo,

14 - Con los reyes, y con los consejeros de la tierra, que edifican para sí los desiertos;

15 - O con los príncipes que poseen el oro, que hinchen sus casas de plata.

16 - O ¿por qué no fuí escondido como abortivo, como los pequeñitos que nunca vieron luz?

17 - Allí los impíos dejaron el miedo, y allí descansaron los de cansadas fuerzas.

18 - Allí también reposaron los cautivos, no oyeron la voz del exactor.

19 - Allí está el chico y el grande: allí es el siervo libre de su señor.

20 - ¿Por qué dió luz al trabajado, y vida a los amargos de ánimo?

21 - Que esperan la muerte, y no la hay: y la buscan más que tesoros.

22 - Que se alegran de grande alegría, y se gozan cuando hallan el sepulcro.

23 - Al hombre que no sabe por donde vaya, y que Dios le encerró.

24 - Porque ántes que mi pan, viene mi suspiro: y mis gemidos corren como aguas.

25 - Porque el temor que me espantaba, me ha venido, y háme acontecido lo que temía.

26 - Nunca tuve paz, nunca me sosegué, ni nunca me reposé; y vínome turbación.