Jeremias 6:24 - La Biblia Reina Valera 1862

Libro de Jeremias
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1 - HUID, hijos de Benjamín, de en medio de Jerusalem, y tocád bocina en Tecua, y alzád humo sobre Bet-hacarem; porque de la parte del aquilón se ha visto mal, y quebrantamiento grande.

2 - A una mujer hermosa y delicada comparé a la hija de Sión.

3 - A ella vendrán pastores y sus rebaños: junto a ella en derredor pondrán sus tiendas: cada uno apacentará a su parte.

4 - Denunciád guerra contra ella: levantáos, y subamos hacia el mediodía: ¡ay de nosotros! que va cayendo ya el día, que las sombras de la tarde se han extendido.

5 - Levantáos, y subamos de noche, y destruyamos sus palacios.

6 - Porque así dijo Jehová de los ejércitos: Cortád árboles, y extendéd baluarte junto a Jerusalem: esta es la ciudad que toda ella ha de ser visitada: violencia hay en medio de ella.

7 - Como la fuente nunca cesa de manar sus aguas, así nunca cesa de manar su malicia: injusticia, y robo se oye en ella: continuamente en mi presencia, enfermedad, y herida.

8 - Castígate, Jerusalem, porque no se aparte mi alma de tí, porque no te torne desierta, tierra no habitada.

9 - Jehová de los ejércitos dijo así: Rebuscando rebuscarán, como a vid, el resto de Israel: torna tu mano como vendimiador a los cestos.

10 - ¿A quién tengo de hablar, y amonestar para que oigan? He aquí que sus orejas son incircuncisas, y no pueden escuchar: he aquí que la palabra de Jehová les es cosa vergonzosa: no la aman.

11 - Por tanto estoy lleno de saña de Jehová; trabajado he por contenerme de derramarla sobre los niños en la calle, y sobre el concurso de los mancebos juntos; porque el marido también será preso con la mujer, el viejo con el lleno de dias.

12 - Y sus casas serán traspasadas a otros, sus heredades y sus mujeres también; porque extenderé mi mano sobre los moradores de la tierra, dice Jehová.

13 - Porque desde el más chico de ellos hasta el más grande de ellos, cada uno sigue la avaricia; y desde el profeta hasta el sacerdote todos son engañadores.

14 - Y curan el quebrantamiento de la hija de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz.

15 - ¿Hánse avergonzado de haber hecho abominación? cierto no se han avergonzado de vergüenza; ni aun saben tener vergüenza. Por tanto caerán entre los que caerán: caerán cuando los visitaré, dice Jehová.

16 - Así dijo Jehová: Paráos a los caminos, y mirád, y preguntád por las sendas antiguas, cual sea el buen camino, y andád por él; y hallaréis descanso para vuestra alma. Y dijeron: No andarémos.

17 - Y desperté sobre vosotros atalayas: escuchád a la voz de la trompeta; y dijeron: No escucharémos.

18 - Por tanto oid, naciones; y conoce, o! compañía de ellas.

19 - Oye, tierra: He aquí, yo traigo mal sobre este pueblo, el fruto de sus pensamientos; porque no escucharon a mis palabras, y mi ley aborrecieron.

20 - ¿Para qué viene para mí este incienso de Sabá, y la buena caña olorosa de tierra lejana? vuestros holocaustos no son a mi voluntad, ni vuestros sacrificios me dan gusto.

21 - Por tanto Jehová dice esto: He aquí, yo pongo a este pueblo tropiezos, y caerán en ellos los padres y los hijos juntamente, el vecino y su cercano perecerán.

22 - Así dijo Jehová: He aquí que pueblo viene de tierra del aquilón, y nación grande se levantará de los cantones de la tierra.

23 - Arco y escudo arrebatarán, crueles son que no tendrán misericordia: la voz de ellos sonará como la mar; y cabalgarán a caballo como varones dispuestos para la guerra, contra tí, o! hija de Sión.

24 - Su fama oímos, y nuestras manos se descoyuntaron: angustia nos tomó, dolor como de mujer que pare.

25 - No salgas al campo, ni andes por camino; porque espada de enemigo temeroso está en derredor.

26 - Hija de mi pueblo, cíñete de saco, y revuélcate en ceniza; házte luto de hijo único, llanto de amarguras; porque presto vendrá sobre nosotros el destruidor.

27 - Por fortaleza te he puesto en mi pueblo, por guarnición: conocerás pues, y examinarás el camino de ellos.

28 - Todos ellos príncipes rebeladores, andan con engaño: acero y hierro, todos ellos son corruptores.

29 - El fuelle es quemado del fuego, gastádose ha el plomo: por demás fundió el fundidor, pues los malos no son arrancados.

30 - Plata desechada los llamaron; porque Jehová los desechó.