Isaias 41:17 - La Biblia Reina Valera 1862

Libro de Isaias
Capitulos:

123456789101112131415161718192021222324252627282930313233343536373839404142434445464748495051525354555657585960616263646566

1 - ESCUCHÁDME islas, y esfuér- cense los pueblos: alléguense, y entónces hablen: estemos juntamente a juicio.

2 - ¿Quién despertó del oriente la justicia, y le llamó para que le siguiese? entregó delante de él naciones, e hízole enseñorear de reyes: como polvolos entregó delante de él naciones, e hízole enseñorear de reyes: como polvo los entregó a su espada, y como hojarascas arrebatadas a su arco.

3 - Siguiólos; pasó en paz por camino por donde sus piés nunca habían entrado.

4 - ¿Quién obró, e hizo? ¿Quién llama las generaciones desde el principio? Yo Jehová primero, y yo mismo con los postreros.

5 - Las islas vieron, y tuvieron temor: los términos de la tierra se espantaron: congregáronse, y vinieron.

6 - Cada cual ayudó a su cercano, y dijo a su hermano: Esfuérzate.

7 - El carpintero animó al platero, y el que alisa con martillo al que batía en el yunque, diciendo: Buena es la soldadura. Y afirmólo con clavos, porque no se moviese.

8 - Mas tú Israel, siervo mío, Jacob a quien yo escogí, simiente de Abraham mi amigo.

9 - Porque te eché mano de los extremos de la tierra, y de sus principales te llamé, y te dije: Mi siervo serás tú; te escogí, y no te deseché.

10 - No temas, que yo soy contigo: no desmayes, que yo soy tu Dios: que te esfuerzo: siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

11 - He aquí que todos los que se enojan contra tí, se avergonzarán, y serán confusos: serán como nada: los que contigo contendieren, perecerán.

12 - Mirarás por ellos, y no los hallarás: los que tienen contienda contigo, serán como nada; y los que contigo tienen pendencia, como cosa que no es.

13 - Porque yo Jehová soy tu Dios, que te traba de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudé.

14 - No temas gusano de Jacob, apocados de Israel; yo te socorrí, dice Jehová, y tu Redentor el Santo de Israel.

15 - He aquí que yo te he puesto por trillo, trillo nuevo, lleno de dientes: trillarás montes, y molerlos has; y collados tornarás en tamo.

16 - Aventarlos has, y el viento los llevará, y el torbellino los esparcirá. Tu, empero, exultarás en Jehová: en el Santo de Israel te glorificarás.

17 - Los afligidos y menesterosos buscan las aguas, que no hay: su lengua se secó de sed: yo Jehová los oiré: yo el Dios de Israel no los desampararé.

18 - En los cabezos altos abriré ríos, y fuentes en mitad de los llanos: tornaré el desierto en estanques de aguas; y la tierra seca en manederos de aguas.

19 - Daré en el desierto cedros, espinos, arrayanes, y olivas: pondré en la soledad hayas, olmos, y álamos juntamente:

20 - Porque vean, y conozcan, y adviertan, y entiendan todos, que la mano de Jehová hace esto; y que el Santo de Israel lo creó.

21 - Alegád por vuestra causa, dice Jehová: traed vuestros fundamentos, dice el Rey de Jacob.

22 - Traigan, y anúnciennos lo que ha de venir: dígannos lo que ha pasado desde el principio, y pondremos nuestro corazón: y sepamos su postrimería, y hacédnos entender lo que ha de venir.

23 - Dádnos nuevas de lo que ha de ser después, para que sepamos que vosotros sois dioses: o a lo menos hacéd bien o mal, para que tengamos que contar, y juntamente nos maravillemos.

24 - He aquí que vosotros sois de nada, y vuestras obras de vanidad: abominación os escogió.

25 - Del norte le desperté, y vendrá: del nacimiento del sol llamará en mi nombre; y vendrá sobre príncipes como sobre lodo, y como el ollero pisa el barro.

26 - ¿Quién dió nuevas desde el principio, para que sepamos; y de ántes, y diremos: Justo es? Cierto no hay quien lo anuncie, cierto no hay quien lo enseñe, cierto no hay quien oiga vuestras palabras.

27 - Yo soy el primero que he enseñado estas cosas a Sión, y a Jerusalem dí la nueva.

28 - Miré, y no había ninguno; y pregunté de estas cosas, y ningún consejero hubo: les pregunté, y no respondieron palabra.

29 - He aquí, todos son iniquidad; y las obras de ellos nada: viento y vanidad sus vaciadizos.