Hechos 16:31 - La Biblia Reina Valera 1862

Libro de Hechos
Capitulos:

12345678910111213141516171819202122232425262728

1 - Y VINO hasta Derbe, y Listra; y, he aquí, estaba allí cierto discípulo, llamado Timoteo, hijo de una mujer Judía creyente, mas su padre era Griego.

2 - De éste daban buen testimonio los hermanos que estaban en Listra y en Iconio.

3 - Este quiso Pablo que fuese con él; y tomándole, le circuncidó, por causa de los Judíos que estaban en aquellos lugares; porque todos sabían que su padre era Griego.

4 - Y como pasaban por las ciudades, les daban para que guardasen los decretos, que habían sido determinados por los apóstoles y los ancianos que estaban en Jerusalem.

5 - Así que las iglesias eran confirmadas en fé, y eran aumentadas en número cada día.

6 - Y pasando a Frigia, y a la provincia de Galacia, les fué vedado por el Espíritu Santo predicar la palabra en Asia.

7 - Y como vinieron a Misia, tentaron de ir a Bitinia, mas no se lo permitió el Espíritu.

8 - Y pasando por Misia, bajaron a Troas.

9 - Y se le apareció a Pablo de noche una visión: Un varón Macedonio estaba en pié, rogándole, y diciendo: Pasa a Macedonia, y ayúdanos.

10 - Y como vió la visión, luego procurámos partir a Macedonia, certificados que Dios nos llamaba para que les predicásemos el evangelio.

11 - Y partidos de Troas, vinimos camino derecho a Samotracia, y el día siguiente a Neapolis.

12 - Y de allí a Filipos, que es la primera ciudad de aquella parte de Macedonia, y es una colonia; y estuvimos en aquella ciudad algunos dias.

13 - Y en el día de sábado salímos de la ciudad al río, donde solía hacerse la oración; y sentándonos hablámos a las mujeres que se habían juntado.

14 - Entónces una mujer, llamada Lidia, que vendía púrpura, de la ciudad de Tiatira, temerosa de Dios, oyó: el corazón de la cual abrió el Señor, para que estuviese atenta a lo que Pablo decía.

15 - Y como fué bautizada, con su casa, nos rogó, diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrád en mi casa, y posád; y nos constriñó.

16 - Y aconteció, que yendo nosotros a la oración, una muchacha que tenía espíritu Pitónico, nos salió delante; la cual daba grande ganancia a sus amos adivinando.

17 - Esta, siguiendo a Pablo, y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, los cuales nos enseñan el camino de salvación.

18 - Y esto hacía por muchos dias, mas desagradado Pablo, se volvió, y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesu Cristo, que salgas de ella. Y salió en la misma hora.

19 - Y viendo sus amos que había salido la esperanza de su ganancia, prendieron a Pablo y a Silas; y los trajeron a la plaza, a las autoridades.

20 - Y presentándolos a los magistrados, dijeron: Estos hombres alborotan nuestra ciudad, siendo Judíos.

21 - Y enseñan costumbres, las cuales no nos es lícito recibir ni guardar, pues somos Romanos.

22 - Y concurrió la multitud contra ellos; y los magistrados rompiéndoles sus ropas los mandaron azotar con varas.

23 - Y después que los hubieron herido de muchos azotes, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con diligencia.

24 - El cual, recibido este mandamiento, los metió en la cárcel de más a dentro, y les apretó los piés en el cepo.

25 - Mas a media noche orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los que estaban presos los oían.

26 - Entónces fué hecho de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se movían; y luego todas las puertas se abrieron; y las prisiones de todos se soltaron.

27 - Y despertado el carcelero, como vió abiertas las puertas de la cárcel, sacando la espada se quería matar, pensando que los presos se habían huido.

28 - Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal: que todos estamos aquí.

29 - El entónces pidiendo una luz, entró dentro, y temblando se derribó a los piés de Pablo y de Silas.

30 - Y sacándolos fuera, les dijo: Señores, ¿Qué debo yo hacer para ser salvo?

31 - Y ellos le dijeron: Cree en el Señor Jesu Cristo, y serás salvo tú, y tu casa.

32 - Y le hablaron la palabra del Señor, y a todos los que estaban en su casa.

33 - Y tomándolos él en aquella misma hora de la noche, les lavó los cardenales; y fué bautizado luego él, y todos los suyos.

34 - Y llevándolos a su casa, les puso la mesa; y se regocijó, creyendo en Dios con toda su casa.

35 - Y como fué de día, los magistrados enviaron los alguaciles al carcelero, diciendo: Suelta a aquellos hombres.

36 - Y el carcelero hizo saber estas palabras a Pablo, diciendo: Los magistrados han enviado que seais sueltos: así que ahora salíd, e idos en paz.

37 - Entónces Pablo les dijo: Azotados públicamente sin habernos oido, nos echaron en la cárcel, siendo hombres Romanos; ¿y ahora nos echan encubiertamente? No, por cierto; sino vengan ellos mismos, y nos saquen.

38 - Y los alguaciles volvieron a decir a los magistrados estas palabras; y tuvieron miedo, oido que eran Romanos.

39 - Y viniendo les suplicaron, y sacándolos, les rogaron que se saliesen de la ciudad.

40 - Entónces salidos de la cárcel, entraron en casa de Lidia, y vistos los hermanos, los consolaron, y se fueron.