Deuteronomio 32:51 - La Biblia Reina Valera 1862

Libro de Deuteronomio
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1 - ESCUCHÁD cielos, y hablaré: y oiga la tierra los dichos de mi boca.

2 - Goteará, como la lluvia, mi doctrina: destilará, como el rocio, mi dicho: como las mollinas sobre la grama, y como las gotas sobre la yerba.

3 - Porque el nombre de Jehová invocaré, dad grandeza a nuestro Dios.

4 - Del Fuerte, cuya obra es perfecta: porque todos sus caminos son juicio, Dios de verdad: y no hay iniquidad, justo y recto es.

5 - La corrupción no es suya: a sus hijos la mancha de ellos, generación torcida y perversa.

6 - ¿Así pagáis a Jehová? pueblo loco, e ignorante: ¿no es él tu padre que te poseyó? él te hizo y te compuso.

7 - Acuérdate de los tiempos antiguos, considerád los años de generación y generación: pregunta a tu padre, que él te declarará: a tus viejos, y ellos te dirán:

8 - Cuando el Altísimo hizo heredar a las gentes; cuando hizo dividir los hijos de los hombres; cuando estableció los términos de los pueblos según el número de los hijos de Israel.

9 - Porque la parte de Jehová es su pueblo, Jacob el cordel de su heredad.

10 - Hallóle en tierra de desierto, y en un desierto horrible y yermo: trájole al derredor, instruyóle, guardóle como la niña de su ojo.

11 - Como el águila despierta su nido, vuela sobre sus pollos, extiende sus alas, tómale, llévale sobre sus espaldas:

12 - Jehová solo le guió, que no hubo con él dios ajeno.

13 - Hízole subir sobre las alturas de la tierra, y comió los frutos del campo, e hizo que chupase miel de la peña, y aceite de pedernal fuerte;

14 - Manteca de vacas, y leche de ovejas, con grosura de corderos, y carneros de Basán: y machos de cabrío con grosura de riñones de trigo, y sangre de uva bebiste vino.

15 - Y engordó el Recto, y tiró coces: engordástete, engrosástete, cubrístete, y dejó al Dios, que lo hizo: y menospreció al Fuerte de su salud.

16 - Despertáronle a celos con los ajenos, ensañáronle con las abominaciones.

17 - Sacrificaron a los diablos, no a Dios: a los dioses, que no conocieron: nuevos, venidos de cerca, que vuestros padres no los temieron.

18 - Del Fuerte que te crió, te has olvidado, háste olvidado del Dios tu criador.

19 - Y viólo Jehová, y encendióse con ira de sus hijos y de sus hijas.

20 - Y dijo: Esconderé de ellos mi rostro, veré cual será su prostrimería: que son generación de perversidades, hijos sin fé.

21 - Ellos me despertaron a celos con el que no es Dios: hiciéronme ensañar con sus vanidades: y yo los despertaré a celos con los que no son pueblo, con gente loca les haré ensañar.

22 - Porque fuego se encenderá en mi furor, y arderá hasta el profundo: y tragará la tierra y sus frutos, y abrasará los fundamentos de los montes.

23 - Yo allegaré males sobre ellos, mis saetas acabaré en ellos.

24 - Consumidos de hambre, y comidos de fiebre ardiente, y de pestilencia amarga: y diente de bestias enviaré sobre ellos, con veneno de serpientes de la tierra.

25 - De fuera deshijará la espada, y en las recámaras amedrentamiento: así el mancebo como la doncella, el que mama como el hombre cano.

26 - Dije: Yo los echaría del mundo, haría cesar de los hombres la memoria de ellos.

27 - Si no temiese la ira del enemigo, porque no enagenen mi gloria sus adversarios, porque no digan: Nuestra mano alta ha hecho todo esto, no Jehová.

28 - Porque son gente de perdidos consejos, y no hay en ellos entendimiento.

29 - ¡Ojalá fueran sabios, entendieran esto, entendieran su prostrimería!

30 - ¿Cómo podría perseguir uno a mil, y dos harían huir a diez mil, si su Fuerte no los hubiese vendido, y Jehová no los hubiese entregado?

31 - Que el fuerte de ellos no es como nuestro Fuerte: y nuestros enemigos sean jueces.

32 - Por tanto de la vid de Sodoma es la vid de ellos, y de los sarmientos de Gomorra: las uvas de ellos son uvas ponzoñosas, racimos de amarguras tienen.

33 - Veneno de dragones es su vino, y ponzoña cruel de áspides.

34 - ¿No tengo yo esto guardado, sellado en mis tesoros?

35 - Mía es la venganza y el pago, al tiempo que su pié vacilará: porque el día de su aflicción está cercano, y lo que les está determinado se apresura.

36 - Porque Jehová juzgará a su pueblo, y sobre sus siervos se arrepentirá, cuando viere que la fuerza pereció sin quedar guardado ni desamparado.

37 - Y dirá: ¿Dónde están sus dioses, el fuerte de quien se ampararon,

38 - Que comían el sebo de sus sacrificios, bebían el vino de sus derramaduras? levántense, y os ayuden, os amparen.

39 - Ved ahora que yo, yo soy, y no hay dioses conmigo: yo hago morir, y yo hago vivir: yo hiero y yo curo: y no hay quien escape de mi mano.

40 - Cuando yo alzaré a los cielos mi mano, y diré: Vivo yo para siempre.

41 - Si afilare mi espada reluciente, y mi mano arrebatare el juicio, yo volveré la venganza a mis enemigos, y daré el pago a los que me aborrecen.

42 - Embriagaré mis saetas en sangre, y mi espada tragará carne: en la sangre de los muertos y de los cautivos de las cabezas, con venganzas de enemigo.

43 - Alabád gentes a su pueblo, porque él vengará la sangre de sus siervos, y volverá la venganza a sus enemigos, y expiará su tierra, a su pueblo.

44 - Y vino Moisés, y recitó todas las palabras de esta canción a oidos del pueblo, él y Josué hijo de Nun.

45 - Y acabó Moisés de recitar todas estas palabras a todo Israel.

46 - Y díjoles: Ponéd vuestro corazón a todas las palabras que yo protesto hoy contra vosotros, para que las mandéis a vuestros hijos, que guarden y hagan todas las palabras de esta ley,

47 - Porque no os es cosa vana, mas es vuestra vida: y por este negocio haréis prolongar los dias sobre la tierra, para heredar la cual pasáis el Jordán.

48 - Y habló Jehová a Moisés aquel mismo día, diciendo:

49 - Sube a este monte de Abarim, al monte de Nebo, que está en la tierra de Moab, que está en derecho de Jericó; y mira la tierra de Canaán, que yo doy a los hijos de Israel por heredad:

50 - Y muere en el monte al cual subes, y sé agregado a tus pueblos, de la manera que murió Aarón tu hermano en el monte de Hor, y fué agregado a sus pueblos:

51 - Por cuanto prevaricasteis contra mí en medio de los hijos de Israel a las aguas de la rencilla de Cádes del desierto de Zín; porque no me santificasteis en medio de los hijos de Israel.

52 - Por tanto delante verás la tierra, mas no entrarás allá, a la tierra que yo doy a los hijos de Israel.