Salmos 78:19 - Nueva Versión Internacional (1999)

Libro de Salmos
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1 - par{qcfs28 Salmo 78par}par{qc Masquil de Asaf.par} Pueblo mío, atiende a mi enseñanza; presta oído a las palabras de mi boca.

2 - Mis labios pronunciarán parábolas y evocarán misterios de antaño,

3 - cosas que hemos oído y conocido, y que nuestros padres nos han contado.

4 - No las esconderemos de sus descendientes; hablaremos a la generación venidera del poder del caps Señorcaps0 , de sus proezas, y de las maravillas que ha realizado.

5 - Él promulgó un decreto para Jacob, dictó una ley para Israel; ordenó a nuestros antepasados enseñarlos a sus descendientes,

6 - para que los conocieran las generaciones venideras y los hijos que habrían de nacer, que a su vez los enseñarían a sus hijos.

7 - Así ellos pondrían su confianza en Dios y no se olvidarían de sus proezas, sino que cumplirían sus mandamientos.

8 - Así no serían como sus antepasados: generación obstinada y rebelde, gente de corazón fluctuante, cuyo espíritu no se mantuvo fiel a Dios.

9 - La tribu de Efraín, con sus diestros arqueros, se puso en fuga el día de la batalla.

10 - No cumplieron con el pacto de Dios, sino que se negaron a seguir sus enseñanzas.

11 - Echaron al olvido sus proezas, las maravillas que les había mostrado,

12 - los milagros que hizo a la vista de sus padres en la tierra de Egipto, en la región de Zoán.

13 - Partió el mar en dos para que ellos lo cruzaran, mientras mantenía las aguas firmes como un muro.

14 - De día los guió con una nube, y toda la noche con luz de fuego.

15 - En el desierto partió en dos las rocas, y les dio a beber torrentes de aguas;

16 - hizo que brotaran arroyos de la peña y que las aguas fluyeran como ríos.

17 - Pero ellos volvieron a pecar contra él; en el desierto se rebelaron contra el Altísimo.

18 - Con toda intención pusieron a Dios a prueba, y le exigieron comida a su antojo.

19 - Murmuraron contra Dios, y aun dijeron: ¿Podrá Dios tendernos una mesa en el desierto?

20 - Cuando golpeó la roca, el agua brotó en torrentes; pero ¿podrá también darnos de comer?, ¿podrá proveerle carne a su pueblo?

21 - Cuando el caps Señorcaps0 oyó esto, se puso muy furioso; su enojo se encendió contra Jacob, su ira ardió contra Israel.

22 - Porque no confiaron en Dios, ni creyeron que él los salvaría.

23 - Desde lo alto dio una orden a las nubes, y se abrieron las puertas de los cielos.

24 - Hizo que les lloviera maná, para que comieran; pan del cielo les dio a comer.

25 - Todos ellos comieron pan de ángeles; Dios les envió comida hasta saciarlos.

26 - Desató desde el cielo el viento solano, y con su poder levantó el viento del sur.

27 - Cual lluvia de polvo, hizo que les lloviera carne; ¡nubes de pájaros, como la arena del mar!

28 - Los hizo caer en medio de su campamento y en los alrededores de sus tiendas.

29 - Comieron y se hartaron, pues Dios les cumplió su capricho.

30 - Pero el capricho no les duró mucho: aún tenían la comida en la boca

31 - cuando el enojo de Dios vino sobre ellos: dio muerte a sus hombres más robustos; abatió a la flor y nata de Israel.

32 - A pesar de todo, siguieron pecando y no creyeron en sus maravillas.

33 - Por tanto, Dios hizo que sus días se esfumaran como un suspiro, que sus años acabaran en medio del terror.

34 - Si Dios los castigaba, entonces lo buscaban, y con ansias se volvían de nuevo a él.

35 - Se acordaban de que Dios era su roca, de que el Dios Altísimo era su redentor.

36 - Pero entonces lo halagaban con la boca, y le mentían con la lengua.

37 - No fue su corazón sincero para con Dios; no fueron fieles a su pacto.

38 - Sin embargo, él les tuvo compasión; les perdonó su maldad y no los destruyó. Una y otra vez contuvo su enojo, y no se dejó llevar del todo por la ira.

39 - Se acordó de que eran simples mortales, un efímero suspiro que jamás regresa.

40 - ¡Cuántas veces se rebelaron contra él en el desierto, y lo entristecieron en los páramos!

41 - Una y otra vez ponían a Dios a prueba; provocaban al Santo de Israel.

42 - Jamás se acordaron de su poder, de cuando los rescató del opresor,

43 - ni de sus señales milagrosas en Egipto, ni de sus portentos en la región de Zoán,

44 - cuando convirtió en sangre los ríos egipcios y no pudieron ellos beber de sus arroyos;

45 - cuando les envió tábanos que se los devoraban, y ranas que los destruían;

46 - cuando entregó sus cosechas a los saltamontes, y sus sembrados a la langosta;

47 - cuando con granizo destruyó sus viñas, y con escarcha sus higueras;

48 - cuando entregó su ganado al granizo, y sus rebaños a las centellas;

49 - cuando lanzó contra ellos el ardor de su ira, de su furor, indignación y hostilidad: ¡todo un ejército de ángeles destructores!

50 - Dio rienda suelta a su enojo y no los libró de la muerte, sino que los entregó a la plaga.

51 - Dio muerte a todos los primogénitos de Egipto, a las primicias de su raza en los campamentos de Cam.

52 - A su pueblo lo guió como a un rebaño; los llevó por el desierto, como a ovejas,

53 - infundiéndoles confianza para que no temieran. Pero a sus enemigos se los tragó el mar.

54 - Trajo a su pueblo a esta su tierra santa, a estas montañas que su diestra conquistó.

55 - Al paso de los israelitas expulsó naciones, cuyas tierras dio a su pueblo en heredad; ¡así estableció en sus tiendas a las tribus de Israel!

56 - Pero ellos pusieron a prueba a Dios: se rebelaron contra el Altísimo y desobedecieron sus estatutos.

57 - Fueron desleales y traidores, como sus padres; ¡tan falsos como un arco defectuoso!

58 - Lo irritaron con sus santuarios paganos; con sus ídolos despertaron sus celos.

59 - Dios lo supo y se puso muy furioso, por lo que rechazó completamente a Israel.

60 - Abandonó el tabernáculo de Siló, que era su santuario aquí en la tierra,

61 - y dejó que el símbolo de su poder y gloria cayera cautivo en manos enemigas.

62 - Tan furioso estaba contra su pueblo que dejó que los mataran a filo de espada.

63 - A sus jóvenes los consumió el fuego, y no hubo cantos nupciales para sus doncellas;

64 - a filo de espada cayeron sus sacerdotes, y sus viudas no pudieron hacerles duelo.

65 - Despertó entonces el Señor, como quien despierta de un sueño, como un guerrero que, por causa del vino, lanza gritos desaforados.

66 - Hizo retroceder a sus enemigos, y los puso en vergüenza para siempre.

67 - Rechazó a los descendientes{cf2super [h]} de José, y no escogió a la tribu de Efraín;

68 - más bien, escogió a la tribu de Judá y al monte Sión, al cual ama.

69 - Construyó su santuario, alto como los cielos,{cf2super [i]} como la tierra, que él afirmó para siempre.

70 - Escogió a su siervo David, al que sacó de los apriscos de las ovejas,

71 - y lo quitó de andar arreando los rebaños para que fuera el pastor de Jacob, su pueblo; el pastor de Israel, su herencia.

72 - Y David los pastoreó con corazón sincero; con mano experta los dirigió.