Lucas 9:24 - Nueva Versión Internacional (1999)

Libro de Lucas
Capitulos:

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1 - par{qcfs28 Jesús envía a los doce par} {qc 9:3-5emdash Mt 10:9-15; Mr 6:8-11par} {qc 9:7-9emdash Mt 14:1-2; Mr 6:14-16par} Habiendo reunido a los doce, Jesús les dio poder y autoridad para expulsar a todos los demonios y para sanar enfermedades.

2 - Entonces los envió a predicar el reino de Dios y a sanar a los enfermos.

3 - No lleven nada para el camino: ni bastón, ni bolsa, ni pan, ni dinero, ni dos mudas de ropa emdash les dijoemdash .

4 - En cualquier casa que entren, quédense allí hasta que salgan del pueblo.

5 - Si no los reciben bien, al salir de ese pueblo, sacúdanse el polvo de los pies como un testimonio contra sus habitantes.

6 - Así que partieron y fueron por todas partes de pueblo en pueblo, predicando el evangelio y sanando a la gente.

7 - Herodes el tetrarca se enteró de todo lo que estaba sucediendo. Estaba perplejo porque algunos decían que Juan había resucitado;

8 - otros, que se había aparecido Elías; y otros, en fin, que había resucitado alguno de los antiguos profetas.

9 - Pero Herodes dijo: A Juan mandé que le cortaran la cabeza; ¿quién es, entonces, éste de quien oigo tales cosas? Y procuraba verlo.

10 - par{qcfs28 Jesús alimenta a los cinco mil par} {qc 9:10-17emdash Mt 14:13-21; Mr 6:32-44; Jn 6:5-13par} Cuando regresaron los apóstoles, le relataron a Jesús lo que habían hecho. Él se los llevó consigo y se retiraron solos a un pueblo llamado Betsaida,

11 - pero la gente se enteró y lo siguió. Él los recibió y les habló del reino de Dios. También sanó a los que lo necesitaban.

12 - Al atardecer se le acercaron los doce y le dijeron: emdash Despide a la gente, para que vaya a buscar alojamiento y comida en los campos y pueblos cercanos, pues donde estamos no hay nada.{cf2super [v]}

13 - emdash Denles ustedes mismos de comer emdash les dijo Jesús. emdash No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a menos que vayamos a comprar comida para toda esta gente emdash objetaron ellos,

14 - porque había allí unos cinco mil hombres. Pero Jesús dijo a sus discípulos: emdash Hagan que se sienten en grupos como de cincuenta cada uno.

15 - Así lo hicieron los discípulos, y se sentaron todos.

16 - Entonces Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados, y mirando al cielo, los bendijo. Luego los partió y se los dio a los discípulos para que se los repartieran a la gente.

17 - Todos comieron hasta quedar satisfechos, y de los pedazos que sobraron se recogieron doce canastas.

18 - par{qcfs28 La confesión de Pedro par} {qc 9:18-20emdash Mt 16:13-16; Mr 8:27-29par} {qc 9:22-27emdash Mt 16:21-28; Mr 8:31endash 9:1par} Un día cuando Jesús estaba orando para sí, estando allí sus discípulos, les preguntó: emdash¿Quién dice la gente que soy yo?

19 - emdash Unos dicen que Juan el Bautista, otros que Elías, y otros que uno de los antiguos profetas ha resucitado emdash respondieron.

20 - emdash Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? emdash El Cristo de Dios emdash afirmó Pedro.

21 - Jesús les ordenó terminantemente que no dijeran esto a nadie. Y les dijo:

22 - emdash El Hijo del hombre tiene que sufrir muchas cosas y ser rechazado por los ancianos, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley. Es necesario que lo maten y que resucite al tercer día.

23 - Dirigiéndose a todos, declaró: emdash Si alguien quiere ser mi discípulo, que se niegue a sí mismo, lleve su cruz cada día y me siga.

24 - Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa, la salvará.

25 - ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se destruye a sí mismo?

26 - Si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras, el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en su gloria y en la gloria del Padre y de los santos ángeles.

27 - Además, les aseguro que algunos de los aquí presentes no sufrirán la muerte sin antes haber visto el reino de Dios.

28 - par{qcfs28 La transfiguración par} {qc 9:28-36emdash Mt 17:1-8; Mr 9:2-8par} Unos ocho días después de decir esto, Jesús, acompañado de Pedro, Juan y Jacobo, subió a una montaña a orar.

29 - Mientras oraba, su rostro se transformó, y su ropa se tornó blanca y radiante.

30 - Y aparecieron dos personajes emdash Moisés y Elíasemdash que conversaban con Jesús.

31 - Tenían un aspecto glorioso, y hablaban de la partida{cf2super [w]} de Jesús, que él estaba por llevar a cabo en Jerusalén.

32 - Pedro y sus compañeros estaban rendidos de sueño, pero cuando se despabilaron, vieron su gloria y a los dos personajes que estaban con él.

33 - Mientras éstos se apartaban de Jesús, Pedro, sin saber lo que estaba diciendo, propuso: emdash Maestro, ¡qué bien que estemos aquí! Podemos levantar tres albergues: uno para ti, otro para Moisés y otro para Elías.

34 - Estaba hablando todavía cuando apareció una nube que los envolvió, de modo que se asustaron.

35 - Entonces salió de la nube una voz que dijo: Éste es mi Hijo, mi escogido; escúchenlo.

36 - Después de oírse la voz, Jesús quedó solo. Los discípulos guardaron esto en secreto, y por algún tiempo a nadie contaron nada de lo que habían visto.

37 - par{qcfs28 Jesús sana a un muchacho endemoniado par} {qc 9:37-42, 9emdash Mt 17:14-18, 22-23; Mr 9:14-27, 30-32par} Al día siguiente, cuando bajaron de la montaña, le salió al encuentro mucha gente.

38 - Y un hombre de entre la multitud exclamó: emdash Maestro, te ruego que atiendas a mi hijo, pues es el único que tengo.

39 - Resulta que un espíritu se posesiona de él, y de repente el muchacho se pone a gritar; también lo sacude con violencia y hace que eche espumarajos. Cuando lo atormenta, a duras penas lo suelta.

40 - Ya les rogué a tus discípulos que lo expulsaran, pero no pudieron.

41 - emdash¡Ah, generación incrédula y perversa! emdash respondió Jesúsemdash . ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes y soportarlos? Trae acá a tu hijo.

42 - Estaba acercándose el muchacho cuando el demonio lo derribó con una convulsión. Pero Jesús reprendió al espíritu maligno, sanó al muchacho y se lo devolvió al padre.

43 - Y todos se quedaron asombrados de la grandeza de Dios. En medio de tanta admiración por todo lo que hacía, Jesús dijo a sus discípulos:

44 - emdash Presten mucha atención a lo que les voy a decir: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres.

45 - Pero ellos no entendían lo que quería decir con esto. Les estaba encubierto para que no lo comprendieran, y no se atrevían a preguntárselo.

46 - par{qcfs28¿Quién va a ser el más importante? par} {qc 9:46-48emdash Mt 18:1-5par} {qc 9:46-50emdash Mr 9:33-40par} Surgió entre los discípulos una discusión sobre quién de ellos sería el más importante.

47 - Como Jesús sabía bien lo que pensaban, tomó a un niño y lo puso a su lado.

48 - emdash El que recibe en mi nombre a este niño emdash les dijoemdash , me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. El que es más insignificante entre todos ustedes, ése es el más importante.

49 - emdash Maestro emdash intervino Juanemdash , vimos a un hombre que expulsaba demonios en tu nombre; pero como no anda con nosotros, tratamos de impedírselo.

50 - emdash No se lo impidan emdash les replicó Jesúsemdash , porque el que no está contra ustedes está a favor de ustedes.

51 - par{qcfs28 La oposición de los samaritanos par} Como se acercaba el tiempo de que fuera llevado al cielo, Jesús se hizo el firme propósito de ir a Jerusalén.

52 - Envió por delante mensajeros, que entraron en un pueblo samaritano para prepararle alojamiento;

53 - pero allí la gente no quiso recibirlo porque se dirigía a Jerusalén.

54 - Cuando los discípulos Jacobo y Juan vieron esto, le preguntaron: emdash Señor, ¿quieres que hagamos caer fuego del cielo para{cf2super [x]} que los destruya?

55 - Pero Jesús se volvió a ellos y los reprendió.

56 - Luego{cf2super [y]} siguieron la jornada a otra aldea.

57 - par{qcfs28 Lo que cuesta seguir a Jesús par} {qc 9:57-60emdash Mt 8:19-22par} Iban por el camino cuando alguien le dijo: emdash Te seguiré a dondequiera que vayas.

58 - emdash Las zorras tienen madrigueras y las aves tienen nidos emdash le respondió Jesúsemdash , pero el Hijo del hombre no tiene dónde recostar la cabeza.

59 - A otro le dijo: emdash Sígueme. emdash Señor emdash le contestóemdash , primero déjame ir a enterrar a mi padre.

60 - emdash Deja que los muertos entierren a sus propios muertos, pero tú ve y proclama el reino de Dios emdash le replicó Jesús.

61 - Otro afirmó: emdash Te seguiré, Señor; pero primero déjame despedirme de mi familia.

62 - Jesús le respondió: emdash Nadie que mire atrás después de poner la mano en el arado es apto para el reino de Dios.