Capitulos:
123456789101112131415161718192021222324
1 - par{qcfs28 Jesús en casa de un fariseo par} Un día Jesús fue a comer a casa de un notable de los fariseos. Era sábado, así que éstos estaban acechando a Jesús.
2 - Allí, delante de él, estaba un hombre enfermo de hidropesía.
3 - Jesús les preguntó a los expertos en la ley y a los fariseos: emdash¿Está permitido o no sanar en sábado?
4 - Pero ellos se quedaron callados. Entonces tomó al hombre, lo sanó y lo despidió.
5 - También les dijo: emdash Si uno de ustedes tiene un hijo{cf2super [a]} o un buey que se le cae en un pozo, ¿no lo saca en seguida aunque sea sábado?
6 - Y no pudieron contestarle nada.
7 - Al notar cómo los invitados escogían los lugares de honor en la mesa, les contó esta parábola:
8 - emdash Cuando alguien te invite a una fiesta de bodas, no te sientes en el lugar de honor, no sea que haya algún invitado más distinguido que tú.
9 - Si es así, el que los invitó a los dos vendrá y te dirá: ldblquote Cédele tu asiento a este hombre. dblquote Entonces, avergonzado, tendrás que ocupar el último asiento.
10 - Más bien, cuando te inviten, siéntate en el último lugar, para que cuando venga el que te invitó, te diga: ldblquote Amigo, pasa más adelante a un lugar mejor. dblquote Así recibirás honor en presencia de todos los demás invitados.
11 - Todo el que a sí mismo se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.
12 - También dijo Jesús al que lo había invitado: emdash Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos; no sea que ellos, a su vez, te inviten y así seas recompensado.
13 - Más bien, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los inválidos, a los cojos y a los ciegos.
14 - Entonces serás dichoso, pues aunque ellos no tienen con qué recompensarte, serás recompensado en la resurrección de los justos.
15 - par{qcfs28 Parábola del gran banquete par} Al oír esto, uno de los que estaban sentados a la mesa con Jesús le dijo: emdash¡Dichoso el que coma en el banquete del reino de Dios!
16 - Jesús le contestó: emdash Cierto hombre preparó un gran banquete e invitó a muchas personas.
17 - A la hora del banquete mandó a su siervo a decirles a los invitados: ldblquote Vengan, porque ya todo está listo. dblquote
18 - Pero todos, sin excepción, comenzaron a disculparse. El primero le dijo: ldblquote Acabo de comprar un terreno y tengo que ir a verlo. Te ruego que me disculpes. dblquote
19 - Otro adujo: ldblquote Acabo de comprar cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlas. Te ruego que me disculpes. dblquote
20 - Otro alegó: ldblquote Acabo de casarme y por eso no puedo ir. dblquote
21 - El siervo regresó y le informó de esto a su señor. Entonces el dueño de la casa se enojó y le mandó a su siervo: ldblquote Sal de prisa por las plazas y los callejones del pueblo, y trae acá a los pobres, a los inválidos, a los cojos y a los ciegos. dblquote
22 - ldblquote Señor emdash le dijo luego el siervoemdash , ya hice lo que usted me mandó, pero todavía hay lugar. dblquote
23 - Entonces el señor le respondió: ldblquote Ve por los caminos y las veredas, y oblígalos a entrar para que se llene mi casa.
24 - Les digo que ninguno de aquellos invitados disfrutará de mi banquete. dblquote
25 - par{qcfs28 El precio del discipulado par} Grandes multitudes seguían a Jesús, y él se volvió y les dijo:
26 - Si alguno viene a mí y no sacrifica el amor{cf2super [b]} a su padre y a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, y aun a su propia vida, no puede ser mi discípulo.
27 - Y el que no carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
28 - Supongamos que alguno de ustedes quiere construir una torre. ¿Acaso no se sienta primero a calcular el costo, para ver si tiene suficiente dinero para terminarla?
29 - Si echa los cimientos y no puede terminarla, todos los que la vean comenzarán a burlarse de él,
30 - y dirán: ldblquote Este hombre ya no pudo terminar lo que comenzó a construir. dblquote
31 - O supongamos que un rey está a punto de ir a la guerra contra otro rey. ¿Acaso no se sienta primero a calcular si con diez mil hombres puede enfrentarse al que viene contra él con veinte mil?
32 - Si no puede, enviará una delegación mientras el otro está todavía lejos, para pedir condiciones de paz.
33 - De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser mi discípulo.
34 - La sal es buena, pero si se vuelve insípida, ¿cómo recuperará el sabor?
35 - No sirve ni para la tierra ni para el abono; hay que tirarla fuera. El que tenga oídos para oír, que oiga.