Jueces 9:19 - Nueva Versión Internacional (1999)

Libro de Jueces
Capitulos:

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1 - par{qcfs28 Abimélecpar} Abimélec hijo de Yerubaal fue a Siquén a ver a los hermanos de su madre, y les dijo a ellos y a todo el clan de su madre:

2 - Pregúntenles a todos los señores de Siquén: ldblquote¿Qué les conviene más: que todos los setenta hijos de Yerubaal los gobiernen, o que los gobierne un solo hombre? dblquote Acuérdense de que yo soy de la misma sangre que ustedes.

3 - Cuando los hermanos de su madre comunicaron todo esto a los señores de Siquén, éstos se inclinaron a favor de Abimélec, porque dijeron: Él es nuestro hermano.

4 - Y le dieron setenta monedas de plata{cf2super [v]} del templo de Baal Berit, con el cual Abimélec contrató a unos maleantes sin escrúpulos para que lo siguieran.

5 - Fue a Ofra, a la casa de su padre, y sobre una misma piedra asesinó a sus setenta hermanos, hijos de Yerubaal. Pero Jotán, el hijo menor de Yerubaal, se escondió y logró escaparse.

6 - Todos los señores de Siquén y Bet Miló se reunieron junto a la encina y la piedra sagrada que están en Siquén, para coronar como rey a Abimélec.

7 - Cuando Jotán se enteró, subió a la cima del monte Guerizín y les gritó bien fuerte: ¡Escúchenme, señores de Siquén, y que Dios los escuche a ustedes!

8 - Un día los árboles salieron a ungir un rey para sí mismos. Y le dijeron al olivo: ldblquote Reina sobre nosotros. dblquote

9 - Pero el olivo les respondió: ldblquote¿He de renunciar a dar mi aceite, con el cual se honra a los dioses y a los hombres, para ir a mecerme sobre los árboles? dblquote

10 - Después los árboles le dijeron a la higuera: ldblquote Reina sobre nosotros. dblquote

11 - Pero la higuera les respondió: ldblquote¿He de renunciar a mi fruto, tan bueno y dulce, para ir a mecerme sobre los árboles? dblquote

12 - Luego los árboles le dijeron a la vid: ldblquote Reina sobre nosotros. dblquote

13 - Pero la vid les respondió: ldblquote¿He de renunciar a mi vino, que alegra a los dioses y a los hombres, para ir a mecerme sobre los árboles? dblquote

14 - Por último, todos los árboles le dijeron al espino: ldblquote Reina sobre nosotros. dblquote

15 - Pero el espino respondió a los árboles: ldblquote Si de veras quieren ungirme como su rey, vengan y refúgiense bajo mi sombra; pero si no, ¡que salga fuego del espino, y que consuma los cedros del Líbano! dblquote

16 - Ahora bien, ¿han actuado ustedes con honradez y buena fe al coronar rey a Abimélec? ¿Han sido justos con Yerubaal y su familia, y lo han tratado como se merecía?

17 - Mi padre luchó por ustedes, y arriesgando su vida los libró del poder de los madianitas.

18 - Pero hoy ustedes se han rebelado contra la familia de mi padre; han matado a sus setenta hijos sobre una misma piedra, y han hecho de Abimélec, hijo de su esclava, el rey de los señores de Siquén sólo porque él es pariente de ustedes.

19 - Si hoy han actuado con honradez y buena fe hacia Yerubaal y su familia, ¡que sean felices con Abimélec, y que también él lo sea con ustedes!

20 - Pero si no, señores de Siquén y Bet Miló, ¡que salga fuego de Abimélec y los consuma, y que salga fuego de ustedes y consuma a Abimélec!

21 - Luego Jotán escapó, huyendo hasta Ber. Allí se quedó a vivir porque le tenía miedo a su hermano Abimélec.

22 - Abimélec había ya gobernado a Israel tres años

23 - cuando Dios interpuso un espíritu maligno entre Abimélec y los señores de Siquén, quienes lo traicionaron.

24 - Esto sucedió a fin de que la violencia contra los setenta hijos de Yerubaal, y el derramamiento de su sangre, recayera sobre su hermano Abimélec, que los había matado, y sobre los señores de Siquén, que habían sido sus cómplices en ese crimen.

25 - Los señores de Siquén le tendían emboscadas en las cumbres de las colinas, y asaltaban a todos los que pasaban por allí. Pero Abimélec se enteró de todo esto.

26 - Aconteció que Gaal hijo de Ébed llegó a Siquén, junto con sus hermanos, y los señores de aquella ciudad confiaron en él.

27 - Después de haber salido a los campos y recogido y pisado las uvas, celebraron un festival en el templo de su dios. Mientras comían y bebían, maldijeron a Abimélec.

28 - Gaal hijo de Ébed dijo: ¿Quién se cree Abimélec, y qué es Siquén, para que tengamos que estar sometidos a él? ¿No es acaso el hijo de Yerubaal, y no es Zebul su delegado? ¡Que sirvan a los hombres de Jamor, el padre de Siquén! ¿Por qué habremos de servir a Abimélec?

29 - ¡Si este pueblo estuviera bajo mis órdenes, yo echaría a Abimélec! Le diría:{cf2super [w]} ldblquote¡Reúne a todo tu ejército y sal a pelear! dblquote

30 - Zebul, el gobernador de la ciudad, se enfureció cuando oyó lo que decía Gaal hijo de Ébed.

31 - Entonces envió en secreto mensajeros a Abimélec, diciéndole: Gaal hijo de Ébed y sus hermanos han llegado a Siquén y están instigando a la ciudad contra ti.

32 - Ahora bien, levántense tú y tus hombres durante la noche, y pónganse al acecho en los campos.

33 - Por la mañana, a la salida del sol, lánzate contra la ciudad. Cuando Gaal y sus hombres salgan contra ti, haz lo que más te convenga.

34 - Así que Abimélec y todo su ejército se levantaron de noche y se pusieron al acecho cerca de Siquén, divididos en cuatro compañías.

35 - Gaal hijo de Ébed había salido, y estaba de pie a la entrada de la puerta de la ciudad, precisamente cuando Abimélec y sus soldados salían de donde estaban al acecho.

36 - Cuando Gaal los vio, le dijo a Zebul: emdash¡Mira, viene bajando gente desde las cumbres de las colinas! emdash Confundes con gente las sombras de las colinas emdash replicó Zebul.

37 - Pero Gaal insistió, diciendo: emdash Mira, viene bajando gente por la colina Ombligo de la Tierra, y otra compañía viene por el camino de la Encina de los Adivinos.

38 - Zebul le dijo entonces: emdash¿Dónde están ahora tus fanfarronerías, tú que decías: ldblquote¿Quién es Abimélec para que nos sometamos a él? dblquote ¿No son ésos los hombres de los que tú te burlabas? ¡Sal y lucha contra ellos!

39 - Gaal salió al frente de los señores de Siquén y peleó contra Abimélec;

40 - pero éste los persiguió y, en la huida, muchos cayeron muertos por todo el camino, hasta la entrada de la puerta.

41 - Abimélec se quedó en Arumá, y Zebul expulsó de Siquén a Gaal y a sus hermanos.

42 - Al día siguiente el pueblo de Siquén salió a los campos, y fueron a contárselo a Abimélec.

43 - Entonces Abimélec tomó a sus hombres, los dividió en tres compañías, y se puso al acecho en los campos. Cuando vio que el ejército salía de la ciudad, se levantó para atacarlo.

44 - Abimélec y las compañías que estaban con él se apresuraron a ocupar posiciones a la entrada de la puerta de la ciudad. Luego dos de las compañías arremetieron contra los que estaban en los campos y los derrotaron.

45 - Abimélec combatió contra la ciudad durante todo aquel día, hasta que la conquistó matando a sus habitantes; arrasó la ciudad y esparció sal sobre ella.

46 - Al saber esto, los señores que ocupaban la torre de Siquén entraron en la fortaleza del templo de El Berit.

47 - Cuando Abimélec se enteró de que ellos se habían reunido allí,

48 - él y todos sus hombres subieron al monte Zalmón. Tomó un hacha, cortó algunas ramas, y se las puso sobre los hombros. A los hombres que estaban con él les ordenó: ¡Rápido! ¡Hagan lo mismo que me han visto hacer!

49 - Todos los hombres cortaron ramas y siguieron a Abimélec hasta la fortaleza, donde amontonaron las ramas y les prendieron fuego. Así murió toda la gente que estaba dentro de la torre de Siquén, que eran como mil hombres y mujeres.

50 - Después Abimélec fue a Tebes, la sitió y la capturó.

51 - Dentro de la ciudad había una torre fortificada, a la cual huyeron todos sus habitantes, hombres y mujeres. Se encerraron en la torre y subieron al techo.

52 - Abimélec se dirigió a la torre y la atacó. Pero cuando se acercaba a la entrada para prenderle fuego,

53 - una mujer le arrojó sobre la cabeza una piedra de moler y le partió el cráneo.

54 - De inmediato llamó Abimélec a su escudero y le ordenó: Saca tu espada y mátame, para que no se diga de mí: ldblquote¡Lo mató una mujer! dblquote Entonces su escudero le clavó la espada, y así murió.

55 - Cuando los israelitas vieron que Abimélec estaba muerto, regresaron a sus casas.

56 - Fue así como Dios le pagó a Abimélec con la misma moneda, por el crimen que había cometido contra su padre al matar a sus setenta hermanos.

57 - Además, Dios hizo que los hombres de Siquén pagaran por toda su maldad. Así cayó sobre ellos la maldición de Jotán hijo de Yerubaal.