Romanos 9:7 - La Biblia Versión Internacional (1984)

Libro de Romanos
Capitulos:

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1 - Digo la verdad en Cristo; no miento. Mi conciencia me lo confirma en el Espíritu Santo.

2 - Me invade una gran tristeza y me embarga un continuo dolor.

3 - Desearía yo mismo ser maldecido y separado de Cristo por el bien de mis hermanos, los de mi propia raza,

4 - el pueblo de Israel. De ellos son la adopción como hijos, la gloria divina, los pactos, la ley, y el privilegio de adorar a Dios y contar con sus promesas.

5 - De ellos son los patriarcas, y de ellos, según la naturaleza humana, nació Cristo, quien es Dios sobre todas las cosas. ¡Alabado sea por siempre!* { Amén.}

6 - Ahora bien, no digamos que la Palabra de Dios ha fracasado. Lo que sucede es que no todos los que descienden de Israel son Israel.

7 - Tampoco por ser descendientes de Abraham son todos hijos suyos. Al contrario: "Tu descendencia se establecerá por medio de Isaac."*

8 - En otras palabras, los hijos de Dios no son los descendientes naturales; más bien, se considera descendencia de Abraham a los hijos de la promesa.

9 - Y la promesa es ésta: "El próximo año volveré, y Sara tendrá un hijo."*

10 - No sólo eso. También sucedió que los hijos de Rebeca tuvieron un mismo padre, que fue nuestro antepasado Isaac.

11 - Sin embargo, antes de que los mellizos nacieran, o hicieran algo bueno o malo, y para confirmar el propósito de la elección divina,

12 - no en base a las obras sino al llamado de Dios, se le dijo a ella: "El mayor servirá al menor."*

13 - Y así está escrito: "Amé a Jacob, pero aborrecí a Esaú."*

14 - ¿Qué concluiremos? ¿Acaso es Dios injusto? ¡De ninguna manera!

15 - Es un hecho que a Moisés le dice: "Tendré misericordia de quien yo tenga misericordia; y me compadeceré de quien yo me compadezca."*

16 - Por lo tanto, la elección no depende del deseo ni del esfuerzo humano sino de la misericordia de Dios.

17 - Porque la Escritura le dice al faraón: "Te levanté precisamente para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea proclamado por toda la tierra."*

18 - Así que Dios tiene misericordia de quien él quiere tenerla, y endurece a quien él quiere endurecer.

19 - Pero tú me dirás: "Entonces, ¿por qué todavía nos echa la culpa Dios? ¿Quién puede oponerse a su voluntad?"

20 - Respondo: ¿Quién eres tú para pedirle cuentas a Dios? "¿Acaso le dirá la olla de barro al que la modeló: '¿Por qué me hiciste así?' "*

21 - ¿No tiene derecho el alfarero de hacer del mismo barro unas vasijas para usos especiales y otras para fines ordinarios?

22 - ¿Y qué si Dios, queriendo mostrar su ira y dar a conocer su poder, soportó con mucha paciencia a los que eran objeto de su castigo* y estaban destinados a la destrucción?

23 - ¿Qué si lo hizo para dar a conocer sus gloriosas riquezas a los que eran objeto de su misericordia, y a quienes de antemano preparó para esa gloria?

24 - Ésos somos nosotros, a quienes Dios llamó no sólo de entre los judíos sino también de entre los gentiles.

25 - Así lo dice Dios en el libro de Oseas: "Llamaré 'mi pueblo' a los que no son mi pueblo; y llamaré 'mi amada' a la que no es mi amada",*

26 - "Y sucederá que en el mismo lugar donde se les dijo: 'Ustedes no son mi pueblo', serán llamados 'hijos del Dios viviente'."*

27 - Isaías, por su parte, proclama respecto de Israel: "Aunque los israelitas sean tan numerosos como la arena del mar, sólo el remanente será salvo;

28 - porque plenamente y sin demora el Señor cumplirá su sentencia en la tierra."*

29 - Así había dicho Isaías: "Si no fuera porque el Señor Todopoderoso nos dejó descendientes, habríamos llegado a ser como Sodoma, habríamos sido como Gomorra."*

30 - ¿Qué concluiremos? Pues que los gentiles, que no buscaban la justicia, la han alcanzado. Me refiero a la justicia que es por la fe.

31 - En cambio Israel, que iba en busca de una ley que le diera justicia, no ha alcanzado esa justicia.

32 - ¿Por qué no? Porque no la buscaron mediante la fe sino mediante las obras, como si fuera posible alcanzarla así. Por eso tropezaron con la "piedra de tropiezo",

33 - como está escrito: "Miren que pongo en Sión una piedra de tropiezo y una roca que hace caer; pero el que confíe en él no será defraudado."*