Juan 18:32 - La Biblia Versión Internacional (1984)

Libro de Juan
Capitulos:

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1 - Cuando Jesús terminó de orar, salió con sus discípulos y cruzó el arroyo de Cedrón. Al otro lado había un huerto en el que entró con sus discípulos.

2 - También Judas, el que lo traicionaba, conocía aquel lugar, porque muchas veces Jesús se había reunido allí con sus discípulos.

3 - Así que Judas llegó al huerto, a la cabeza de un destacamento* de soldados y guardias de los jefes de los sacerdotes y de los fariseos. Llevaban antorchas, lámparas y armas.

4 - Jesús, que sabía todo lo que le iba a suceder, les salió al encuentro. --¿A quién buscan? --les preguntó.

5 - --A Jesús de Nazaret --contestaron. --Yo soy. Judas, el traidor, estaba con ellos.

6 - Cuando Jesús les dijo: "Yo soy", dieron un paso atrás y se desplomaron.

7 - --¿A quién buscan? --volvió a preguntarles Jesús. --A Jesús de Nazaret --repitieron.

8 - --Ya les dije que yo soy. Si es a mí a quien buscan, dejen que éstos se vayan.

9 - {cf6 Esto sucedió para que se cumpliera }lo que había dic{cf6 ho: "De los que me diste ninguno se perdió."*}

10 - {cf6 Simón Pedro, que tenía una espada, la desenfundó e hirió al siervo de}l sumo sacerdote, cortándole la oreja derecha. (El siervo se llamaba Malco.)

11 - --¡Vuelve esa espada a su funda! --le ordenó Jesús a Pedro--. ¿Acaso no he de beber el trago amargo que el Padre me da a beber?

12 - {cf6 Entonces los soldados, con} su comandante, {cf6 y los guardias de los judíos, arrestaron a Jesús. Lo ataron}

13 - y lo llevaron primeramente a Anás, que era suegro de Caifás, el sumo sacerdote de aquel año.

14 - Caifás era el que había aconsejado a los judíos que era preferible que muriera un solo hombre por el pueblo.

15 - Simón Pedro y otro discípulo seguían a Jesús. Y como el otro discípulo era conocido del sumo sacerdote, entró en el patio del sumo sacerdote con Jesús;

16 - Pedro, en cambio, tuvo que quedarse afuera, junto a la puerta. El discípulo conocido del sumo sacerdote volvió entonces a salir, habló con la portera de turno y consiguió que Pedro entrara.

17 - --¿No eres tú también uno de los discípulos de ese hombre? --le preguntó la portera. --No lo soy --respondió Pedro.

18 - Los criados y los guardias estaban de pie alrededor de una fogata que habían hecho para calentarse, pues hacía frío. Pedro también estaba de pie con ellos, calentándose.

19 - Mientras tanto, el sumo sacerdote interrogaba a Jesús acerca de sus discípulos y de sus enseñanzas.

20 - --Yo he hablado abiertamente al mundo --respondió Jesús--. Siempre he enseñado en las sinagogas o en el templo, donde se congregan todos los judíos. En secreto no he dicho nada.

21 - ¿Por qué me interrogas a mí? ¡Interroga a los que me han oído hablar! Ellos deben saber lo que dije.

22 - Apenas dijo esto, uno de los guardias que estaba allí cerca le dio una bofetada y le dijo: --¿Así contestas al sumo sacerdote?

23 - {cf6 --Si he dicho algo malo} --replicó Jes{cf6 ús--, demuéstramelo. Pero si lo que }dije es correcto, ¿por qué me pegas?

24 - Entonces Anás lo envió,* todavía atado, a Caifás, el sumo sacerdote.

25 - Mientras ta{cf6 nto, Simón Pedro seguía de pie, calentándose. --¿No eres tú también uno de sus discípulos? --le preguntaron. --No lo soy --dijo Pedro, negánd}olo.

26 - --¿Acaso no te vi en el huerto con él? --insistió uno de{cf6 los siervos del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro le había cortado la oreja.}

27 - Pedro volvió a negarlo, y en ese instante cantó el gallo.

28 - Luego los judíos llevaron a Jesús de la casa de Caifás al palacio del gobernador romano.* Como ya amanecía, los judíos no entraron en el palacio, pues de hacerlo se contaminarían ritualmente y no podrían comer la Pascua.

29 - Así que Pilato salió a interrogarlos: --¿De qué delito acusan a este hombre?

30 - --Si no fuera un malhechor --respondieron--, no te lo habríamos entregado.

31 - --Pues llévenselo ustedes y júzguenlo según su propia ley --les dijo Pilato. --Nosotros no tenemos ninguna autoridad para ejecutar a nadie --objetaron los judíos.

32 - Esto sucedió para que se cumpliera lo que Jesús había dicho, al indicar la clase de muerte que iba a sufrir.

33 - Pilato volvió a entrar en el palacio y llamó a Jesús. --¿Eres tú el rey de los judíos? --le preguntó.

34 - --¿Eso lo dices tú --le respondió Jesús--, o es que otros te han hablado de mí?

35 - --¿Acaso soy judío? --replicó Pilato--. Han sido tu propio pueblo y los jefes de los sacerdotes los que te entregaron a mí. ¿Qué has hecho?

36 - --Mi reino no es de este mundo --contestó Jesús--. Si lo fuera, mis propios guardias pelearían para impedir que los judíos me arrestaran. Pero mi reino no es de este mundo.

37 - --¡Así que eres rey! --le dijo Pilato. --Eres tú quien dice que soy rey. Yo para esto nací, y para esto vine al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que está de parte de la verdad escucha mi voz.

38 - --¿Y qué es la verdad? --preguntó Pilato. Dicho esto, salió otra vez a ver a los judíos. --Yo no encuentro que éste sea culpable de nada --declaró--.

39 - Pero como ustedes tienen la costumbre de que les suelte a un preso durante la Pascua, ¿quieren que les suelte al 'rey de los judíos'?

40 - --¡No, no suel{cf6 tes a ése; suelta a Barrabás! --volvieron a gritar desaforadamente. Y Barrabás era un bandido.*}