Hechos 2:21 - La Biblia Versión Internacional (1984)

Libro de Hechos
Capitulos:

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1 - Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar.

2 - De repente, vino del cielo un ruido como el de una violenta ráfaga de viento y llenó toda la casa donde estaban reunidos.

3 - Se les aparecieron entonces unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos.

4 - Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.

5 - Estaban de visita en Jerusalén judíos piadosos, procedentes de todas las naciones de la tierra.

6 - Al oír aquel bullicio, se agolparon y quedaron todos pasmados porque cada uno los escuchaba hablar en su propio idioma.

7 - Desconcertados y maravillados, decían: "¿No son galileos todos estos que están hablando?

8 - ¿Cómo es que cada uno de nosotros los oye hablar en su lengua materna?

9 - Partos, medos y elamitas; habitantes de Mesopotamia, de Judea y de Capadocia, del Ponto y de Asia,

10 - de Frigia y de Panfilia, de Egipto y de las regiones de Libia cercanas a Cirene; visitantes llegados de Roma;

11 - judíos y prosélitos; cretenses y árabes: ¡todos por igual los oímos proclamar en nuestra propia lengua las maravillas de Dios!"

12 - Desconcertados y perplejos, se preguntaban: "¿Qué quiere decir esto?"

13 - Otros se burlaban y decían: "Lo que pasa es que están borrachos."

14 - Entonces Pedro, con los once, se puso de pie y dijo a voz en cuello: "Compatriotas judíos y todos ustedes que están en Jerusalén, déjenme explicarles lo que sucede; presten atención a lo que les voy a decir.

15 - Éstos no están borrachos, como suponen ustedes. ¡Apenas son las nueve de la mañana!

16 - En realidad lo que pasa es lo que anunció el profeta Joel:

17 - "'Sucederá que en los últimos días, dice Dios, derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano. Profetizarán sus hijos y sus hijas, los jóvenes tendrán visiones y los ancianos tendrán sueños.

18 - En esos días derramaré mi espíritu sobre mis siervos y mis siervas, y profetizarán.

19 - Haré prodigios arriba en el cielo y señales abajo en la tierra: sangre, fuego y nubes de humo.

20 - El sol se convertirá en oscuridad y la luna en sangre antes que llegue el grande y esplendoroso día del Señor.

21 - Y todo el que invoque el nombre del Señor será salvo.'*

22 - "Pueblo de Israel, escuchen esto: Jesús de Nazaret fue un hombre acreditado por Dios ante ustedes con milagros, señales y prodigios, los cuales realizó Dios entre ustedes por medio de él, como bien lo saben.

23 - Éste fue entregado según el determinado propósito y el previo conocimiento de Dios; y por medio de gente malvada,* ustedes lo mataron, clavándolo en la cruz.

24 - Sin embargo, Dios lo resucitó, librándolo de las angustias de la muerte, porque era imposible que la muerte lo mantuviera bajo su dominio.

25 - En efecto, David dijo de él: "'Veía yo al Señor siempre delante de mí, porque él está a mi derecha para que no caiga.

26 - Por eso se alegra mi corazón y canta con gozo mi lengua; mi cuerpo también vivirá en esperanza,

27 - porque no dejarás que mi vida termine en el sepulcro,* ni permitirás que el fin de tu santo sea la corrupción.

28 - Me has dado a conocer los caminos de la vida; me llenarás de alegría en tu presencia.'*

29 - "Hermanos y hermanas, permítanme hablarles con franqueza acerca del patriarca David, que murió y fue sepultado, y cuyo sepulcro está entre nosotros hasta el día de hoy.

30 - Era profeta y sabía que Dios le había prometido bajo juramento poner en el trono a uno de sus descendientes.

31 - Fue así como previó lo que iba a suceder. Refiriéndose a la resurrección del Mesías, afirmó que Dios no dejaría que su vida terminara en el sepulcro, ni que su fin fuera la corrupción.

32 - A este Jesús, Dios lo resucitó, y de ello todos nosotros somos testigos.

33 - Exaltado por el poder* de Dios, y habiendo recibido del Padre el Espíritu Santo prometido, ha derramado esto que ustedes ahora ven y oyen.

34 - David no subió al cielo, y sin embargo declaró: "Él Señor dijo a mi Señor: Siéntate a mi derecha,

35 - hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.'*

36 - "Por tanto, sépalo bien todo Israel que a este Jesús, a quien ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Mesías."

37 - Cuando oyeron esto, todos se sintieron profundamente conmovidos y les dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: --Hermanos, ¿qué debemos hacer?

38 - --Arrepiéntanse y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados --les contestó Pedro--, y recibirán el don del Espíritu Santo.

39 - En efecto, la promesa es para ustedes, para sus hijos y para todos los extranjeros,* es decir, para todos aquellos a quienes el Señor nuestro Dios quiera llamar.

40 - Y con muchas otras razones les exhortaba insistentemente: --¡Sálvense de esta generación perversa!

41 - Así, pues, los que recibieron su mensaje fueron bautizados, y aquel día se unieron a la iglesia unas tres mil personas.

42 - Se mantenían firmes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en la oración.

43 - Todos estaban asombrados por los muchos prodigios y señales que realizaban los apóstoles.

44 - Todos los creyentes estaban juntos y tenían todo en común:

45 - vendían sus propiedades y posesiones, y compartían sus bienes entre sí según la necesidad de cada uno.

46 - No dejaban de reunirse en el templo ni un solo día. De casa en casa partían el pan y compartían la comida con alegría y generosidad,

47 - alabando a Dios y disfrutando de la estimación general del pueblo. Y cada día el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos.