Hechos 26:15 - La Biblia Versión Internacional (1984)

Libro de Hechos
Capitulos:

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1 - Entonces Agripa le dijo a Pablo: --Tienes permiso para defenderte. Pablo hizo un ademán con la mano y comenzó así su defensa:

2 - {cf6 --Rey Agripa, para mí es un privilegio presentarme hoy ante usted para defenderme de las acusaciones de los judíos,}

3 - {cf6 sobre todo porque usted está bien informado de todas las tradiciones y controversias }de los judíos. Por eso le ruego que me escuche con paciencia.

4 - {cf6 "Todos los judíos saben cómo he vivido desde que era niño, desde mi edad temprana entre mi gente y también en Jerusalén.}

5 - Ellos me conocen desde hace mucho tiempo y pueden atestiguar, si quieren, que viví como fariseo, de acuerdo con la secta más estricta de nuestra religión.

6 - Y ahora me juzgan por la esperanza que tengo en la promesa que Dios hizo a nuestros antepasados.

7 - Ésta es la promesa que nuestras doce tribus esperan alcanzar rindiendo culto a Dios con diligencia día y noche. Es por esta esperanza, oh rey, por lo que me acusan los judíos.

8 - ¿Por qué les parece a ustedes increíble que Dios resucite a los muertos?

9 - "Pues bien, yo mismo estaba convencido de que debía hacer todo lo posible por combatir el nombre de Jesús de Nazaret.

10 - Eso es precisamente lo que hice en Jerusalén. Con la autoridad de los jefes de los sacerdotes metí en la cárcel a muchos de los santos, y cuando los mataban, yo manifestaba mi aprobación.

11 - Muchas veces anduve de sinagoga en sinagoga castigándolos para obligarlos a blasfemar. Mi obsesión contra ellos me llevaba al extremo de perseguirlos incluso en ciudades del extranjero.

12 - "En uno de esos viajes iba yo hacia Damasco con la autoridad y la comisión de los jefes de los sacerdotes.

13 - A eso del mediodía, oh rey, mientras iba por el camino, vi una luz del cielo, más refulgente que el sol, que con su resplandor nos envolvió a mí y a mis acompañantes.

14 - Todos caímos al suelo, y yo oí una voz que me decía en arameo:* 'Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? ¿Qué sacas con darte cabezazos contra la pared?'*

15 - Entonces pregunté: '¿Quién eres, Señor?' 'Yo soy Jesús, a quien tú persigues --me contestó el Señor--.

16 - Ahora, ponte en pie y escúchame. Me he aparecido a ti con el fin de designarte siervo y testigo de lo que has visto de mí y de lo que te voy a revelar.

17 - Te libraré de tu propio pueblo y de los gentiles. Te envío a éstos

18 - para que les abras los ojos y se conviertan de las tinieblas a la luz, y del poder de Satanás a Dios, a fin de que, por la fe en mí, reciban el perdón de los pecados y la herencia entre los santificados.'

19 - "Así que, rey Agripa, no fui desobediente a esa visión celestial.

20 - Al contrario, comenzando con los que estaban en Damasco, siguiendo con los que estaban en Jerusalén y en toda Judea, y luego con los gentiles, a todos les prediqué que se arrepintieran y se convirtieran a Dios, y que demostraran su arrepentimiento con sus buenas obras.

21 - Sólo por eso los judíos me prendieron en el templo y trataron de matarme.

22 - Pero Dios me ha ayudado hasta hoy, y así me mantengo firme, testificando a grandes y pequeños. No he dicho sino lo que los profetas y Moisés ya dijeron que sucedería:

23 - que el Cristo padecería y que, siendo el primero en resucitar, proclamaría la luz a su propio pueblo y a los gentiles.

24 - Al llegar Pablo a este punto de su defensa, Festo interrumpió. --¡Estás loco, Pablo! --le gritó--. El mucho estudio te ha hecho perder la cabeza.

25 - --No estoy loco, excelentísimo Festo --contestó Pablo--. Lo que digo es cierto y sensato.

26 - El rey está familiarizado con estas cosas, y por eso hablo ante él con tanto atrevimiento. Estoy convencido de que nada de esto ignora, porque no sucedió en un rincón.

27 - Rey Agripa, ¿cree usted en los profetas? ¡A mí me consta que sí!

28 - --Un poco más y me convences a hacerme cristiano* --le dijo Agripa.

29 - --Sea por poco o por mucho --le replicó Pablo--, le pido a Dios que no sólo usted, sino también todos los que me están escuchando hoy, lleguen a ser como yo, aunque sin estas cadenas.

30 - Se levantó el rey, y también el gobernador, Berenice y los que estaban sentados con ellos.

31 - Al retirarse, decían entre sí: --Este hombre no ha hecho nada que merezca la muerte ni la cárcel.

32 - Y Agripa le dijo a Festo: --Se podría poner en libertad a este hombre si no hubiera apelado al emperador.