Nehemias 1:11 - La Nueva Reina Valera 2000 (Adventista)

Libro de Nehemias
Capitulos:

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1 - Las palabras de Nehemías, hijo de Hacalías. Y acaeció en el mes de Quisleu, en el año veinte, estando yo en Susa, capital del reino,

2 - que vino Hanani, uno de mis hermanos, él y [ciertos] varones de Judá, y les pregunté por los judíos que habían escapado, que habían quedado de la cautividad, y por Jerusalén.

3 - Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad allí en la provincia, [están] en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego.

4 - Y fue que, cuando yo oí estas palabras, me senté y lloré, y me enluté por [algunos] días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos.

5 - Y dije: Te ruego, oh SEÑOR, Dios de los cielos, fuerte, grande, y terrible, que guardas el pacto y la misericordia a los que te aman y guardan tus mandamientos;

6 - esté ahora atento tu oído, y tus ojos abiertos, para oír la oración de tu siervo, que yo hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; [sí], yo y la casa de mi padre hemos pecado.

7 - En extremo nos hemos corrompido contra ti, y no hemos guardado los mandamientos, y estatutos y juicios, que mandaste a Moisés tu siervo.

8 - Acuérdate ahora de la palabra que ordenaste a Moisés tu siervo, diciendo: [Si] vosotros prevaricareis, yo os esparciré por los pueblos;

9 - mas si os volviereis a mí, y guardareis mis mandamientos, y [los] pusiereis por obra. Si fuere vuestro lanzamiento hasta el cabo de los cielos, de allí los juntaré; y los traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre.

10 - Ellos, pues, [son] tus siervos y tu pueblo, los cuales redimiste con tu gran fortaleza, y con tu mano fuerte.

11 - Te ruego, oh SEÑOR, esté ahora atento tu oído a la oración de tu siervo, y [a] la oración de tus siervos, quienes desean temer tu nombre; y ahora concede hoy buen suceso a tu siervo, y dale gracia delante de aquel varón. Porque yo era maestresala del rey.