Marcos 4:26 - La Nueva Reina Valera 2000 (Adventista)

Libro de Marcos
Capitulos:

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1 - Otra vez comenzó a enseñar junto al mar, y se juntó a él gran multitud; tanto, que entrándose él en un barco, se sentó en el mar; y toda la multitud estaba en tierra junto al mar.

2 - Y les enseñaba por parábolas muchas cosas, y les decía en su doctrina:

3 - Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar.

4 - Y aconteció sembrando, que una parte cayó junto al camino; y vinieron las aves del cielo, y la tragaron.

5 - Otra parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y luego salió, porque no tenía la tierra profunda;

6 - mas salido el sol, se quemó; y por cuanto no tenía raíz, se secó.

7 - Otra parte cayó en espinas; y subieron las espinas, y la ahogaron, y no dio fruto.

8 - Otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, que subió y creció; y llevó uno a treinta, y otro a sesenta, y otro a ciento.

9 - Entonces les dijo: El que tiene oídos para oír, oiga.

10 - Cuando estuvo solo, le preguntaron los que estaban cerca de él con los doce, sobre la parábola.

11 - Y les dijo: A vosotros es dado saber el misterio del Reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas;

12 - para que viendo, vean y no perciben; y oyendo, oigan y no entiendan; para que no se conviertan, y les sean perdonados los pecados.

13 - Y les dijo: ¿No sabéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas?

14 - El sembrador [es el que] siembra la Palabra.

15 - Y éstos son los de junto al camino; en los que la Palabra es sembrada; mas después que la oyeron, luego viene Satanás, y quita la Palabra que fue sembrada en sus corazones.

16 - Y asimismo éstos son los que son sembrados en pedregales: los que cuando han oído la Palabra, luego la toman con gozo;

17 - pero no tienen raíz en sí, antes son temporales, que levantándose la tribulación o la persecución por causa de la Palabra, luego se escandalizan.

18 - Y éstos son los que son sembrados entre espinas: los que oyen la palabra;

19 - pero los cuidados de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias que [hay] en las otras cosas, entrando, ahogan la Palabra, y es hecha sin fruto.

20 - Y éstos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la Palabra, y [la] reciben, y hacen fruto, uno a treinta, otro a sesenta, y otro a ciento.

21 - También les dijo: ¿Viene la lámpara para ser puesto debajo del almud, o debajo de la cama? ¿No [viene] para ser puesto en el candelero?

22 - Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado, ni secreto que no haya de venir en descubierto.

23 - Si alguno tiene oídos para oír, oiga.

24 - Les dijo también: Mirad lo que oís: con la medida que medís, os medirán otros, y será añadido a vosotros los que oís.

25 - Porque al que tiene, le será dado; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.

26 - Decía además: Así es el Reino de Dios, como si un hombre echa simiente en la tierra;

27 - y duerme, y se levanta de noche y de día, y la simiente brota y crece como él no sabe.

28 - Porque de suyo fructifica la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga;

29 - y cuando el fruto fuere producido, luego se mete la hoz, porque la siega es llegada.

30 - También decía: ¿A qué haremos semejante el Reino de Dios? ¿O con qué parábola le compararemos?

31 - [Es] como el grano de mostaza, que cuando se siembra en tierra, es la más pequeña de todas las simientes que hay en la tierra;

32 - mas después de sembrado, sube, y se hace la mayor de todas las legumbres, y echa grandes ramas, de tal manera que las aves del cielo puedan morar bajo su sombra.

33 - Y con muchas parábolas como éstas les hablaba la Palabra, conforme a lo que podían oír.

34 - Sin parábola no les hablaba; pero a sus discípulos en particular declaraba todo.

35 - Y les dijo aquel día cuando fue tarde: Pasemos al otro lado.

36 - Y enviando la multitud, le tomaron como estaba en el barco; y había también con él otros barquitos.

37 - Y se levantó una grande tempestad de viento, y echaba las olas en el barco, de tal manera que ya se llenaba.

38 - El estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal, y le despertaron, y le dijeron: ¿Maestro, no tienes cuidado que perecemos?

39 - Y levantándose, increpó al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y fue hecha grande bonanza.

40 - Y a ellos dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?

41 - Y temieron con gran temor, y decían el uno al otro. ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?