Lucas 8:50 - La Nueva Reina Valera 2000 (Adventista)

Libro de Lucas
Capitulos:

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1 - Y aconteció después, que él caminaba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el Evangelio del Reino de Dios, y los doce con él,

2 - y algunas mujeres que habían sido curadas [por él] de malos espíritus y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la cual habían salido siete demonios,

3 - y Juana, mujer de Chuza, procurador de Herodes, y Susana, y otras muchas que le servían de sus haciendas.

4 - Y como se juntó una grande compañía, y los que estaban en cada ciudad vinieron a él, dijo por una parábola:

5 - Uno que sembraba, salió a sembrar su simiente; y sembrando, una [parte] cayó junto al camino, y fue hollada; y las aves del cielo la comieron.

6 - Otra [parte] cayó sobre la piedra; y nacida, se secó, porque no tenía humedad.

7 - Otra [parte] cayó entre las espinas; y naciendo las espinas juntamente, la ahogaron.

8 - Y otra [parte] cayó en buena tierra, y cuando fue nacida, llevó fruto a ciento [por uno]. Diciendo estas cosas clamaba: El que tiene oídos para oír, oiga.

9 - Y sus discípulos le preguntaron, diciendo, qué era ésta parábola.

10 - Y él dijo: A vosotros es dado conocer los misterios del Reino de Dios; mas a los otros por parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan.

11 - Es pues ésta la parábola: La simiente es la palabra de Dios.

12 - Y los de junto al camino, éstos son los que oyen; y luego viene el diablo, y quita la palabra de su corazón, para que no se salven creyendo.

13 - Y los de sobre la piedra, [son] los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; mas éstos no tienen raíces; que a tiempo creen, y en el tiempo de la tentación se apartan.

14 - Y la que cayó entre las espinas, éstos son los que oyeron; mas yéndose, son ahogados de los cuidados y de las riquezas y de los pasatiempos de la vida, y no llevan fruto a perfección.

15 - Y la que en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y llevan fruto en paciencia.

16 - Ninguno que enciende la lámpara lo cubre con vasija, o lo pone debajo de la cama; mas lo pone en un candelero, para que los que entren vean la luz.

17 - Porque no hay cosa oculta, que no haya de ser manifestada; ni cosa escondida, que no haya de ser entendida, y de venir a luz.

18 - Mirad pues cómo oís; porque a cualquiera que tuviere, le será dado; y a cualquiera que no tuviere, aun lo que parece tener le será quitado.

19 - Y vinieron a él su madre y hermanos; y no podían llegar a él por causa de la multitud.

20 - Y le fue dado aviso, diciendo: Tu madre y tus hermanos están fuera, que quieren verte.

21 - El entonces respondiendo, les dijo: Mi madre y mis hermanos son los que oyen mi palabra, y la hacen.

22 - Y aconteció un día [que] él entró en un barco con sus discípulos, y les dijo: Pasemos al otro lado del lago. Y partieron.

23 - Pero mientras ellos navegaban, él se durmió. Y sobrevino una tempestad de viento en el lago; y se anegaban [de agua], y peligraban.

24 - Y llegándose [a él], le despertaron, diciendo: ¡Maestro, Maestro, [que] perecemos! Y despertado él, increpó al viento y a la furia del agua; y cesaron, y fue hecha grande bonanza.

25 - Y les dijo: ¿Qué es de vuestra fe? Y atemorizados, se maravillaban, diciendo los unos a los otros: ¿Quién es éste, que aun a los vientos y al agua manda, y le obedecen?

26 - Y navegaron a la tierra de los gadarenos, que está delante de Galilea.

27 - Y saliendo él a tierra, le vino al encuentro de la ciudad un hombre que tenía demonios ya de muchos tiempos; y no vestía vestido, ni estaba en casa, sino por los sepulcros.

28 - El cual, cuando vio a Jesús, exclamó y se postró delante de él, y dijo a gran voz: ¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes.

29 - (Porque mandaba al espíritu inmundo que saliese del hombre, porque ya de muchos tiempos le arrebataba; y le guardaban preso con cadenas y grillos; mas rompiendo las prisiones, era agitado del demonio por los desiertos.)

30 - Y le preguntó Jesús, diciendo: ¿Qué nombre tienes? Y él dijo: Legión. Porque muchos demonios habían entrado en él.

31 - Y le rogaban que no les mandase ir al abismo.

32 - Y había allí un hato de muchos puercos que pacían en el monte; y le rogaron que los dejase entrar en ellos; y los dejó.

33 - Y salidos los demonios del hombre, entraron en los puercos; y el hato de ellos se arrojó por un despeñadero en el lago, y se ahogó.

34 - Y los pastores, como vieron lo que había acontecido, huyeron, y yendo dieron aviso en la ciudad y por las heredades.

35 - Y salieron a ver lo que había acontecido; y vinieron a Jesús, y hallaron sentado al hombre de quien habían salido los demonios, vestido, y en su juicio, a los pies de Jesús; y tuvieron miedo.

36 - Y les contaron los que [lo] habían visto, cómo había sido salvado aquel endemoniado.

37 - Entonces toda la multitud de la tierra de los gadarenos alrededor, le rogaron que se fuese de ellos; porque tenían gran temor. Y él, subiendo en el barco, se devolvió.

38 - Y aquel hombre, de quien habían salido los demonios, le rogó para estar con él; mas Jesús le despidió, diciendo:

39 - Vuélvete a tu casa, y cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios contigo. Y él se fue, predicando por toda la ciudad cuán grandes cosas había hecho Jesús con él.

40 - Y aconteció que volviendo Jesús, le recibió la multitud; porque todos le esperaban.

41 - Y he aquí un varón, llamado Jairo, y que era príncipe de la sinagoga, vino, y cayendo a los pies de Jesús, le rogaba que entrase en su casa;

42 - porque tenía una hija única, como de doce años, y ella se estaba muriendo. Y yendo, le apretaba la multitud.

43 - Y una mujer, que tenía flujo de sangre hacía ya doce años, la cual había gastado en médicos toda su hacienda, y por ninguno había podido ser curada,

44 - llegándose por las espaldas, tocó el borde de su vestido; y luego se estancó el flujo de su sangre.

45 - Entonces Jesús dijo: ¿Quién [es] el que me ha tocado? Y negando todos, dijo Pedro y los que estaban con él: Maestro, la multitud te aprieta y oprime, y dices: ¿Quién [es] el que me ha tocado?

46 - Y Jesús dijo: Me ha tocado alguien; porque yo he conocido que ha salido virtud de mí.

47 - Entonces, cuando la mujer vio que no se podía esconder, vino temblando, y postrándose delante de él le declaró delante de todo el pueblo la causa por qué le había tocado, y cómo luego había sido sana.

48 - Y él dijo: Confía hija, tu fe te ha salvado; ve en paz.

49 - Estando aún él hablando, vino uno del príncipe de la sinagoga a decirle: Tu hija está muerta, no des trabajo al Maestro.

50 - Y oyéndolo Jesús, le respondió: No temas; cree solamente, y será salva.

51 - Y entrado en casa, no dejó entrar a nadie consigo, sino a Pedro, y a Jacobo, y a Juan, y al padre y a la madre de la niña.

52 - Y lloraban todos, y la plañían. Y él dijo: No lloréis; no está muerta, sino [que] duerme.

53 - Y hacían burla de él, sabiendo que estaba muerta.

54 - Y él, echados todos fuera, tomándola de la mano, clamó, diciendo: Muchacha, levántate.

55 - Entonces su espíritu volvió, y se levantó luego; y [él] mandó que le diesen de comer.

56 - Y sus padres estaban fuera de sí; a los cuales él mandó, que a nadie dijesen lo que había sido hecho.