Deuteronomio 4:11 - La Nueva Reina Valera 2000 (Adventista)

Libro de Deuteronomio
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1 - Ahora pues, oh Israel, oye los estatutos y derechos que yo os enseño, haciendo los cuales viviréis, y entraréis, y heredaréis la tierra que el SEÑOR el Dios de vuestros padres os da.

2 - No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos del SEÑOR vuestro Dios que yo os ordene.

3 - Vuestros ojos vieron lo que hizo el SEÑOR con [motivo de] Baal-peor; que a todo hombre que fue en pos de Baal-peor destruyó el SEÑOR tu Dios de en medio de ti.

4 - Mas vosotros que os allegasteis al SEÑOR vuestro Dios, todos [estáis] vivos hoy.

5 - Mirad, [yo] os he enseñado estatutos y derechos, como el SEÑOR mi Dios me mandó, para que hagáis así en medio de la tierra en la cual entráis para poseerla.

6 - Guardadlos, pues, y ponedlos por obra; porque ésta [es] vuestra sabiduría y vuestra inteligencia en ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente esta nación grande [es un] pueblo sabio y entendido.

7 - Porque ¿qué nación grande [hay] que tenga los dioses cercanos a sí, como [lo está] el SEÑOR nuestro Dios en todo cuanto le pedimos?

8 - Y ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y derechos justos, como [es] toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros?

9 - Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; y las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos.

10 - El día que estuviste delante del SEÑOR tu Dios en Horeb, cuando el SEÑOR me dijo: Júntame el pueblo, para que [yo] les haga oír mis palabras, las cuales aprenderán, para temerme todos los días que vivieren sobre la tierra; y [las] enseñarán a sus hijos.

11 - Y os llegasteis, y os pusisteis al pie del monte; y el monte ardía en fuego hasta en medio de los cielos [con] tinieblas, nube, y oscuridad.

12 - Y habló el SEÑOR con vosotros de en medio del fuego; oísteis la voz de sus palabras, mas [a excepción] de [oír] la voz, ninguna figura visteis.

13 - Y él os anunció su pacto, el cual os mandó poner por obra, las diez palabras; y las escribió en dos tablas de piedra.

14 - A mí también me mandó el SEÑOR en aquel tiempo, que os enseñase los estatutos y derechos, para que los pusieseis por obra en la tierra a la cual pasáis para poseerla.

15 - Guardad, pues, mucho vuestras almas; porque ninguna figura visteis el día que el SEÑOR habló con vosotros de en medio del fuego;

16 - para que no os corrompáis, y hagáis para vosotros escultura, imagen de alguna semejanza, figura de macho o de hembra;

17 - figura de algún animal que [sea] en la tierra, figura de ave alguna alada que vuele por el aire,

18 - figura de [ningún] animal que [se] vaya arrastrando por la tierra, figura de pez alguno que [haya] en el agua debajo de la tierra.

19 - Y para que no alces tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo, seas impulsado, y te inclines a ellos, y les sirvas; porque el SEÑOR tu Dios los ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos.

20 - Pero a vosotros el SEÑOR os tomó, y os ha sacado del horno de hierro, de Egipto, para que le seáis por pueblo de [su] heredad como [parece] en este día.

21 - Y el SEÑOR se enojó contra mí sobre vuestros negocios, y juró que [yo] no pasaría el Jordán, ni entraría en la buena tierra, que el SEÑOR tu Dios te da por heredad.

22 - Por lo cual yo muero en esta tierra; y no paso el Jordán; mas vosotros pasaréis, y heredaréis aquella buena tierra.

23 - Guardaos, no os olvidéis del pacto del SEÑOR vuestro Dios, que él estableció con vosotros, y os hagáis escultura o imagen de cualquier cosa, como el SEÑOR tu Dios te ha vedado.

24 - Porque el SEÑOR tu Dios es fuego consumidor, Dios celoso.

25 - Cuando hubiereis engendrado hijos y nietos, y hubiereis envejecido en la tierra, y [os] corrompiereis, e hiciereis escultura [o] imagen de cualquier cosa, e hiciereis mal en ojos del SEÑOR vuestro Dios, para enojarlo;

26 - [yo] pongo hoy por testigos al cielo y a la tierra, que presto pereceréis totalmente de la tierra a la cual pasáis el Jordán para heredarla; no estaréis en ella largos días sin que seáis destruidos.

27 - Y el SEÑOR os esparcirá entre los pueblos, y quedaréis pocos hombres en número entre los gentiles a las cuales os llevará el SEÑOR.

28 - Y serviréis allí a dioses hechos de manos de hombres, a madera y a piedra, que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen.

29 - Mas si desde allí buscares al SEÑOR tu Dios, lo hallarás; si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma.

30 - Cuando estuviereis en angustia, y te alcanzaren todas estas cosas, [si] en los postreros días te volvieres al SEÑOR tu Dios, y oyeres su voz;

31 - porque Dios misericordioso [es] el SEÑOR tu Dios; no te dejará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto de tus padres que les juró.

32 - Pregunta, pues, ahora de los tiempos pasados, que han sido antes de ti, desde el día que creó Dios al hombre sobre la tierra, y desde un extremo del cielo al otro, si se ha hecho cosa semejante a esta gran cosa, o se haya oído otra como ella.

33 - ¿Ha oído pueblo [alguno] la voz de Dios, que hablase de en medio del fuego, como tú la has oído, y vivido?

34 - ¿O ha Dios probado a venir a tomar para sí nación de en medio de [otra] nación, con pruebas, con señales, con milagros, y con guerra, y mano fuerte, y brazo extendido, y grandes espantos, según todas las cosas que hizo con vosotros el SEÑOR vuestro Dios en Egipto ante tus ojos?

35 - A ti te fue mostrado, para que supieses que el SEÑOR es Dios; no [hay] nadie más fuera de él.

36 - De los cielos te hizo oír su voz, para enseñarte; y sobre la tierra te mostró su gran fuego, y has oído sus palabras de en medio del fuego.

37 - Y por cuanto él amó a tus padres, escogió su simiente después de ellos, y te sacó delante de sí de Egipto con su gran poder;

38 - para echar de delante de ti gentiles grandes y más fuertes que tú, y para introducirte, y darte su tierra por heredad, como [parece] hoy.

39 - Aprende pues, hoy, y reduce a tu corazón que el SEÑOR es el único Dios arriba en el cielo, y abajo sobre la tierra; no [hay] otro.

40 - Y guarda sus estatutos y sus mandamientos, que yo te mando hoy, para que [te] vaya bien [a] ti y [a] tus hijos después de ti, y tengas muchos días sobre la tierra que el SEÑOR tu Dios te da para siempre.

41 - Entonces apartó Moisés tres ciudades de este lado del Jordán al nacimiento del sol,

42 - para que huyese allí el homicida que matase a su prójimo por yerro, sin haber tenido enemistad con él desde ayer ni desde anteayer; y que huyendo a una de estas ciudades viviese:

43 - A Beser en el desierto, en tierra de la llanura, de los rubenitas; y a Ramot en Galaad, de los gaditas; y a Golán en Basán, de los de Manasés.

44 - Esta, pues, [es] la ley que Moisés propuso delante de los hijos de Israel.

45 - Estos [son] los testimonios, y los estatutos, y los derechos, que Moisés dijo a los hijos de Israel, cuando hubieron salido de Egipto;

46 - de este lado del Jordán, en el valle delante de Bet-peor, en la tierra de Sehón rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón, al cual hirió Moisés y los hijos de Israel, cuando hubieron salido de Egipto;

47 - y poseyeron su tierra, y la tierra de Og rey de Basán; dos reyes de los amorreos que [estaban] a este lado del Jordán, al nacimiento del sol.

48 - Desde Aroer, que [está] junto a la ribera del arroyo de Arnón, hasta el monte de Sión, que es Hermón;

49 - y toda la llanura de este lado del Jordán, al oriente, hasta el mar del llano, las vertientes de las aguas abajo del Pisga.