Salmos 78:14 - Nueva Reina Valera 1990 (Adventista)

Libro de Salmos
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1 - Salmo de Asaf.par Escucha, pueblo mío, mi enseñanza, prestad oído a las palabras de mi boca.

2 - Abriré mi boca en parábola, hablaré cosas escondidas desde tiempos antiguos,*

3 - lo que hemos oído y entendido, que nuestros padres nos contaron.

4 - No las ocultaremos a sus hijos, contaremos a la generación venidera las alabanzas del Eterno, su fortaleza y las maravillas que hizo.*

5 - Dios estableció un testimonio en Jacob, y puso una Ley en Israel; y mandó a nuestros padres que la notificaran a sus hijos

6 - para que lo sepa la siguiente generación, los hijos que habrían de nacer, y los que se levanten lo cuenten a sus hijos,

7 - a fin de que pongan en Dios su confianza, que no olviden las obras de Dios, y guarden sus Mandamientos.

8 - Que no sean como sus padres, Generación terca y rebelde, generación que fue desleal a Dios, su espíritu fue infiel.*

9 - Los hijos de Efraín, arqueros armados, volvieron la espalda el día de la batalla.

10 - No guardaron el pacto de Dios, ni quisieron andar en su ley.

11 - Antes se olvidaron de sus obras, de las maravillas que les había mostrado.

12 - Ante sus padres hizo portentos en Egipto, en el campo de Zoán.

13 - Dividió el mar, los hizo pasar, detuvo el agua como en un montón.

14 - De día los guió con una nube, de noche con resplandor de fuego.

15 - Hendió las peñas en el desierto, y les dio a beber agua en abundancia,

16 - de la peña sacó corrientes, e hizo descender agua como un río.

17 - Aún así, volvieron a pecar contra él, y se rebelaron en el desierto contra el Altísimo.

18 - Tentaron a Dios en su corazón, al pedir comida a su gusto;

19 - y hablaron contra Dios,* al decir: "¿Podrá ponernos mesa en el desierto?

20 - "Cuando hirió la peña, el agua brotó, y torrentes inundaron la tierra. ¿Podrá también darnos pan, y proveer de carne a su pueblo?"

21 - El Eterno oyó, y se indignó. Su fuego se encendió contra Jacob, y el furor subió también contra Israel,

22 - porque no creyeron a Dios, ni confiaron en su salvación.

23 - Sin embargo, Dios mandó a las nubes de arriba, abrió las puertas del Cielo,

24 - e hizo llover sobre ellos maná para que comieran, trigo del cielo les dio.

25 - Y el hombre comió pan de ángeles,* les envió comida hasta saciarlos.

26 - Movió el viento este en el cielo, con su poder trajo el viento sur,

27 - e hizo llover sobre ellos carne como polvo, aves como arena del mar,

28 - Las dejó caer en medio del campamento, alrededor de sus tiendas.

29 - Y comieron, y se hartaron. Así satisfizo su avidez.

30 - Aún no habían quitado de sí su deseo, aún estaba la comida en su boca,

31 - cuando vino sobre ellos el enojo de Dios,* y mató a los más robustos, derribó a los jóvenes de Israel.

32 - Con todo, pecaron aún, y no dieron crédito a sus maravillas.

33 - Por eso consumió en nada sus días, y sus años en pavor.

34 - Si los hacía morir, buscaban a Dios; se volvían solícitos en busca suya,

35 - y se acordaban de que Dios era su Roca,* el Altísimo Dios su Redentor

36 - Pero lo adulaban con su boca, y con su lengua le mentían,*

37 - pues su corazón no era sincero con él, ni estuvieron firmes en su pacto.

38 - Sin embargo, Dios les tenia compasión perdonaba su maldad, y no les destruía.* Apartó muchas veces su ira, y no despertó todo su enojo.

39 - Se acordaban de que eran carne, soplo que va y no vuelve.

40 - ¡Cuántas veces lo provocaron en el desierto, lo enojaron en la soledad!

41 - Y volvían a tentar a Dios, a provocar al Santo de Israel.

42 - No se acordaron de su mano, del día que los redimió de la angustia,

43 - cuando puso en Egipto sus prodigios, y sus maravillas en el campo de Zoán;

44 - y convirtió sus ríos en sangre, para que no bebiesen sus corrientes.

45 - Envió entre ellos enjambres de moscas que los devoraban, ranas que los destruían.

46 - Dio también sus frutos a la oruga, y sus trabajos a la langosta.

47 - Sus viñas destruyó con granizo, y sus higuerales con escarcha.

48 - Entregó al pedrisco sus bestias, y su ganado a los rayos.

49 - Envió sobre ellos el ardor de su ira, enojo, indignación y angustia, y una legión de ángeles destructores.

50 - Dio libre curso a su furor, y no los eximió de la muerte, sino que entregó su vida a la mortandad.

51 - Hirió a todo primogénito en Egipto, las primicias de sus fuerzas en las tiendas de Cam.

52 - Y sacó a su pueblo como ovejas, los llevó por el desierto como a un rebaño.

53 - Los guió con seguridad, de modo que no tuvieran miedo, mientras que a sus enemigos los cubría el mar.

54 - Los llevó después a los términos de su tierra santa, ese monte que ganó su mano derecha.

55 - Echó a naciones ante ellos, con cuerdas les repartió su tierra en herencia,* y estableció en sus moradas a las tribus de Israel.

56 - Aún así, tentaron a Dios, se rebelaron contra el Altísimo, no guardaron sus testimonios,

57 - sino que se volvieron desleales como sus padres. Y se desviaron como arco engañoso.*

58 - Lo enojaron con sus altos, y provocaron su celo con sus ídolos de talla.

59 - Dios lo oyó, y se enojó, en gran manera aborreció a Israel.

60 - Por tanto, dejó el Santuario de Silo, la tienda en que habitó entre los hombres,

61 - y permitió el cautiverio del arca, símbolo de su poder, su gloria en mano del enemigo.

62 - Entregó también su pueblo a la espada,* Y se airó contra su heredad.

63 - El fuego devoró a sus jóvenes, y sus doncellas no fueron loadas en cantos nupciales.

64 - Sus sacerdotes cayeron a espada, y sus viudas no lo lamentaron.

65 - Entonces el Señor despertó como de un sueño, como un valiente que grita excitado por el vino.

66 - Hirió a sus enemigos por la espalda, y los puso en perpetua afrenta,

67 - Desechó la tienda de José, y no eligió la tribu de Efraín,

68 - sino que eligió la tribu de Judá, el monte de Sión, al cual amó.

69 - Edificó su Santuario como una eminencia,* como la tierra que cimentó para siempre,

70 - Eligió a David su siervo, lo tomó de las majadas de las ovejas,

71 - de detrás de las ovejas lo trajo, para que apacentase a Jacob su pueblo, y a Israel su heredad.

72 - Y los apacentó con la integridad de su corazón, y los pastoreó con la pericia de sus manos.