Salmos 18:23 - Nueva Reina Valera 1990 (Adventista)

Libro de Salmos
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1 - Salmo de Davidpar Te amo, oh Señor, fortaleza mía.

2 - Oh Eterno, roca mía, castillo mío y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en quien me refugio.* Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.

3 - Invocaré al Eterno, digno de ser alabado, y seré salvo de mis enemigos.

4 - Las olas de la muerte me circundaron, torrentes de perversidad me atemorizaron,

5 - ligaduras del sepulcro me rodearon, trampas de muerte me sorprendieron.

6 - En mi angustia invoqué al Eterno, clamé a mi Dios. Y él oyó mi voz desde su templo, y mi clamor llegó ante él, a sus oídos.

7 - La tierra fue sacudida y tembló, se movieron los cimientos de los montes,* se estremecieron, porque él se indignó.

8 - Humo subió de su nariz, y de su boca fuego consumidor. Carbones fueron por él encendidos.

9 - Inclinó el cielo, y descendió. Densa oscuridad había bajo sus pies.

10 - Cabalgó sobre un querubín y voló, voló sobre las alas del viento.

11 - Puso tinieblas por su escondedero, por cortina alrededor de sí, oscuridad de aguas, espesas nubes.

12 - Por el resplandor de su presencia, las nubes se deshicieron, en granizo y centellas.*

13 - El Eterno tronó desde el cielo, el Altísimo dio su voz, y hubo granizo y brasas de fuego.

14 - Envió sus saetas y deshizo a sus enemigos. Lanzó relámpagos, y los destruyó.

15 - Entonces apareció el lecho del mar,* y se descubrieron los cimientos del mundo, ante tu reprensión, oh Eterno, por el soplo de tu aliento.

16 - Envió desde lo alto y me tomó, y me sacó de las profundas aguas.

17 - Me libró de mi poderoso enemigo, y de los que me aborrecían, aunque eran más fuertes que yo.

18 - Me asaltaron en el día de mi quebranto, pero el Eterno fue mi apoyo.

19 - Me sacó a lugar amplio, me libró, porque me amaba.

20 - El Señor me retribuyó conforme a mi justicia, conforme a la limpieza de mis manos me ha pagado.

21 - Porque guardé los caminos del Eterno, y no me aparté impíamente de mi Dios.

22 - Pues todos sus mandatos estuvieron ante mí,* y no me desvié de sus normas.

23 - Fui íntegro con él, y me guardé del mal.

24 - Por eso, el Eterno me pagó conforme a mi justicia,* conforme a la limpieza de mis manos ante sus ojos.

25 - Con el benigno te muestras benigno, y recto con el íntegro.

26 - Limpio te muestras con el limpio, y severo con el perverso.*

27 - Tú salvas al humilde, y humillas los ojos altivos.

28 - Oh Eterno, tú mantienes mi lámpara encendida,* mi Dios alumbra mis tinieblas.

29 - Contigo desharé ejércitos, y con mi Dios asaltaré murallas.

30 - Perfecto es el camino de Dios. Es acrisolada la Palabra del Señor, es escudo a todos los que esperan en él.*

31 - ¿Quién es Dios sino sólo el Eterno? ¿Quién es la Roca sino sólo nuestro Dios?

32 - Dios es el que me ciñe de fuerza, y perfecciona mi camino,

33 - el que me da pies de ciervas, y me coloca en las alturas.

34 - El adiestra mis manos para la batalla, para tensar con mis brazos el arco de bronce.

35 - Me diste el escudo de tu salvación, tu diestra me sustenta, y tu benignidad me engrandece.

36 - Ensanchas la senda de mis pasos, para que no vacilen mis pies.

37 - Perseguí a mis enemigos y los alcancé, y no volví hasta acabarlos.

38 - Los herí de modo que no pudieron levantarse, cayeron bajo mis pies.

39 - Pues tú me ceñiste de fuerza para la pelea, y humillaste a mis enemigos debajo de mí.

40 - Pusiste en fuga a mis enemigos, para que yo destruyera a los que me aborrecían.

41 - Clamaron, y no hubo quien los salvase,* aun al Eterno, y no les respondió.

42 - Y los molí como polvo ante el viento, los esparcí como lodo de las calles.

43 - Me libraste del ataque de la gente. Me pusiste por cabeza de naciones.* Pueblos que yo no conocía me sirven.

44 - En cuanto me oyeron, me obedecieron; los extranjeros se sometieron a mí.*

45 - Los extranjeros se debilitaron y salieron temblando de sus encierros.

46 - ¡Viva el Eterno! ¡Bendita sea mi Roca! ¡Enaltecido sea el Dios de mi salvación!

47 - El Dios que venga mis agravios, y somete pueblos debajo de mí;

48 - me libra de mis enemigos, y me eleva sobre mis adversarios. ¡Tú me salvas de los hombres violentos!

49 - Por tanto, te alabaré entre las naciones, oh Eterno, y cantaré a tu Nombre.

50 - Grandes triunfos das a tu rey, y muestras tu bondad a tu ungido, a David y a sus descendientes para siempre.