Marcos 4:35 - Nueva Reina Valera 1990 (Adventista)

Libro de Marcos
Capitulos:

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1 - De nuevo Jesús empezó a enseñar junto al mar, y se reunió alrededor de él tanta gente, que entró en una barca, se sentó en ella, y la gente quedó en tierra junto al mar.

2 - Y les enseñaba muchas cosas por medio de parábolas. En su enseñanza dijo:

3 - "¡Oíd! El sembrador salió a sembrar.

4 - "Al sembrar, parte de la semilla cayó junto al camino, y las aves del cielo la comieron.

5 - "Otra parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra. Y brotó pronto, porque no tenía tierra profunda.

6 - "Pero al salir el sol, se quemó; y como no tenía raíz, se secó.

7 - "Otra parte cayó entre espinas, que crecieron y ahogaron la semilla, y no dio fruto.

8 - "Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto. Brotó, creció y produjo treinta, sesenta y ciento por uno".

9 - Entonces les dijo: "El que tenga oídos para oír, oiga". Propósito de las parábolas

10 - Cuando estuvo solo, los que estaban cerca de él con los doce, le preguntaron acerca de esta parábola.

11 - Y les dijo: "A vosotros es dado saber el misterio del reino de Dios. Pero a los que están fuera, todo se les dice por medio de parábolas.

12 - "Para que al mirar, vean y no perciban; y al oír, oigan y no entiendan; para que no se conviertan, y sean perdonados".*

13 - Entonces les dijo: "¿No entendéis esta parábola? Entonces, ¿cómo entenderéis las otras parábolas?

14 - "El sembrador es el que siembra la Palabra.

15 - "Los de junto al camino, son los que oyen la Palabra, pero después que la oyen, viene Satanás, y quita la Palabra que fue sembrada en sus corazones.

16 - "Los que son sembrados en pedregales, son los que al oír la Palabra, la reciben con gozo.

17 - "Pero no tienen raíz en sí, antes son de corta duración, y cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la Palabra, en seguida tropiezan.

18 - "Los que son sembrados entre espinos, son los que oyen la Palabra;

19 - "pero los cuidados de este mundo, el engaño de las riquezas, y otras codicias, entran y ahogan la Palabra, y no da fruto.

20 - "En cambio, los que fueron sembrados en buena tierra, son los que oyen la Palabra, la reciben, y dan fruto, treinta, sesenta y ciento por uno". Parábola de la lámpara

21 - También les dijo: "¿Se enciende, acaso, una luz para ponerla debajo de un cajón, o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero?*

22 - "Porque nada hay oculto que no se haya de manifestar, ni secreto que no salga a luz.

23 - "El que tenga oídos para oír, oiga".

24 - Dijo también: "Mirad lo que oís. Con la medida con que medís, os medirán otros, y aun os será añadido.

25 - "Al que tiene, se le dará; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado". La semilla que crece*

26 - Decía además: "Así es el reino de Dios, como el grano que el hombre echa en la tierra.

27 - "Y ya duerma o se levante, de noche y de día, la semilla brota y crece como él no sabe.

28 - "Porque la tierra da su fruto por sí misma: primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga.

29 - "Y cuando el fruto está maduro, en seguida se pasa la hoz, por haber llegado la siega". El grano de mostaza*

30 - Decía: "¿A qué es semejante el reino de Dios? ¿Con qué parábola lo describiremos?

31 - "Es como el grano de mostaza, que cuando se siembra, es la más pequeña de las semillas de la tierra.

32 - "Pero después de sembrada, crece y se convierte en la mayor de todas las hortalizas, y echa grandes ramas, de tal manera que las aves del cielo pueden anidar bajo su sombra".

33 - Y con muchas parábolas semejantes les hablaba la Palabra, según podían oír.

34 - Sin parábolas, no les hablaba. Pero a sus discípulos en privado les declaraba todo. Jesús calma la tempestad*

35 - Al atardecer de ese día, Jesús dijo a sus discípulos: "Pasemos a la otra orilla".

36 - Despidieron a la multitud, y lo llevaron en la barca tal como estaba. Había también con él otras barcas.

37 - Y se levantó una borrasca, que echaba las olas en la barca, de manera que anegaba.

38 - Pero Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal. Lo despertaron y le dijeron: "¡Maestro! ¿No tienes cuidado que perecemos?"

39 - Jesús se levantó, reprendió al viento, y dijo al mar: "¡Calla! ¡Enmudece!" Y el viento cesó, y vino una gran calma.

40 - Y a ellos les dijo: "¿Por qué estáis así atemorizados? ¿Cómo aún no tenéis fe?"

41 - Entonces sintieron gran temor, y se decían el uno al otro: "¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?"