Eclesiastes 2:4 - Nueva Reina Valera 1990 (Adventista)

Libro de Eclesiastes
Capitulos:

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1 - Entonces me dije: "Ven, te probaré con alegría, y gozarás de bienes". Pero esto también es vanidad.

2 - A la risa dije: "Enloqueces", y al placer: "¿De qué sirve?"

3 - Propuse agasajarme con vino, rigiéndome en todo por la sabiduría, y entregarme a la necedad, hasta ver qué es lo mejor que los hombres pueden hacer debajo del cielo en los pocos días de su vida.

4 - Engrandecí mis obras, me edifiqué casas, planté viñas,

5 - hice huertos y jardines, y planté en ellos toda clase de árboles frutales.

6 - Construí estanques de agua para regar el bosque donde los árboles crecían.

7 - Compré siervos y siervas, y tuve siervos nacidos en casa. También tuve posesión grande de vacas y ovejas, más que los que fueron antes de mí en Jerusalén.

8 - Allegué plata y oro, y tesoro preciado de reyes y provincias. Procuré cantores y cantoras, deleites humanos e instrumentos músicos de toda suerte.

9 - Y fui engrandecido y aumentado más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén. Además, conservé mi sabiduría.

10 - No negué a mis ojos ningún deseo, ni aparté mi corazón de placer alguno. Mi corazón gozó de todo mi trabajo, y ésta fue mi parte de toda mi faena.

11 - Miré luego todas las obras que había hecho, y el trabajo que tomé para hacerlas; y vi que todo era vanidad y correr tras el viento, sin provecho debajo del sol.

12 - Después volví a considerar la sabiduría, los desvaríos y la necedad. ¿Qué más podrá hacer el que reine después de mí, más de lo que ha sido hecho?

13 - Y vi que la sabiduría sobrepasa a la necedad, como la luz a las tinieblas.

14 - El sabio tiene sus ojos en su cabeza, pero el necio anda en tinieblas. Sin embargo, entendí que lo mismo le sucede a uno que al otro.

15 - Entonces dije en mi corazón: "Como sucede al necio, me sucederá también a mí. ¿Qué gano con ser más sabio?" Y pensé en mi corazón, que esto también es vanidad.

16 - Porque ni del sabio ni del necio quedará memoria para siempre. En los días venideros los dos serán olvidados. Tanto el sabio como el necio morirán.

17 - Por tanto, aborrecí la vida, porque la obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa; por cuanto todo es vanidad y correr tras el viento.

18 - Aborrecí todo mi trabajo que había hecho debajo del sol, ya que tendré que dejarlo al que venga después de mí.

19 - Y ¿quién sabe si será sabio o necio, el que se enseñoreará del trabajo y la sabiduría en que me afané debajo del sol? Esto también es vanidad.

20 - Por tanto, me volví a desesperanzar acerca de todo el trabajo en que ocupé mi sabiduría debajo del sol.

21 - ¡Que el hombre trabaje con sabiduría, ciencia y rectitud, y tenga que dar su hacienda a otro que nunca trabajó en ella! También esto es vanidad y grande mal.

22 - Porque, ¿qué recibe el hombre de todo su trabajo y fatiga con que se afana debajo del sol?

23 - Porque todos sus días son sólo dolores, y sus trabajos molestias. Ni aun de noche su corazón reposa. Esto también es vanidad.*

24 - No hay cosa mejor para el hombre que coma y beba, y se alegre en su trabajo. Esto viene de la mano de Dios.

25 - Porque sin él, ¿quién comerá, y hallará satisfacción?

26 - Porque al hombre que le agrada, Dios le da sabiduría, ciencia y gozo. Pero al pecador le da trabajo, que allegue y amontone, para darlo al que agrada a Dios. También esto es vanidad y correr tras el viento.