Diccionario Biblico: Acab


Significado de Acab

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(heb. Ajâb, "hermano del Padre" [o sea, "semejante al Padre"] o "tío"; cun. Ahabbu
y Ahi-abi; también aparece en un sello heb.).
1. Octavo rey (si se incluye a Tibni) del reino norteño de Israel, e hijo y sucesor de
Omri. Reinó 22 años (874-853 a.C.). Se casó con Jezabel* (1 R. 16:31). Dirigente
militar poderoso, mantuvo en sujeción a los moabitas (2 R. 3:4, 5; Piedra Moabita,*
línea 8). Vivió en términos amistosos con los fenicios y mantuvo la paz con Judá,
cuyo príncipe heredero se casó con Atalía* (2 R. 8:18, 26). Derrotó a los sirios 2
veces, y tuvo el ejercito más numeroso de todas las naciones que estaban entre
Asiria y Egipto. Cuando Ben-adad II de Damasco y 14 32 aliados sitiaron Samaria,
Acab los rechazó (1 R. 20:1-21) y un año más tarde les infligió una derrota aún
mayor en la batalla de Afec (vs 22-30); también capturó a Ben-adad. Acab, sin
embargo, se mostró neciamente magnánimo y le conservó la vida; más aún, lo liberó.
Ben-adad prometió devolver ciertas ciudades que su padre había conquistado de
Omri, padre de Acab, o como piensan algunos, de Baasa (15:18-22), y también hizo
concesiones económicas al permitir que mercaderes israelitas abrieran negocios en
los bazares de Damasco (20:31-34, DHH).
Cuando los asirios bajo Salmanasar III amenazaron destruir la independencia de los
pequeños estados de Siria y Palestina, se formó una coalición de 12 naciones bajo el
liderazgo de Damasco para enfrentar al enemigo común. Las inscripciones de
Salmanasar muestran que, de los ejércitos aliados, Acab (llamado Ahabbu mat Sirilâ,
"Acab el israelita") tenía la mayor fuerza en carros (2.000, de un total de 3.940) y
una infantería de 10.000 soldados (de un total de 60.000). La batalla (que no se
menciona en la Biblia) ocurrió en Qarqar, sobre el Orontes en la Siria central, en el 6º
año de Salmanasar, que puede ser datado con bastante certeza como el 853 a.C. El
registro de la participación de Acab en esta batalla provee el sincronismo más
temprano entre las historias bíblica y secular. Véase Cronología V, C.
Aunque los aliados no obtuvieron una victoria decisiva, los asirios fueron obligados a
retroceder y dejar Siria sin conquistarla por el momento. Tan pronto se eliminó la
amenaza común, se rompió la alianza y siguieron las antiguas disputas que existían
entre las pequeñas naciones de Siria y Palestina. Acab se dispuso de inmediato a
tomar la ciudad de Ramot de Galaad, que estaba en manos de los arameos de Siria
desde hacía algún tiempo. En la batalla por esa ciudad fue mortalmente herido (1 R.
22:2-36). Su cuerpo fue llevado a Samaria para recibir sepultura y, como había
predicho el Señor mediante Elías (21:19), los perros lamieron la sangre de Acab que
había manchado su carro (22:38).
El próspero reinado de Acab y sus conexiones amistosas con los fenicios trajo mucha
riqueza a su país, permitiéndole ocuparse extensamente de construcciones, señaladas
en la Biblia con unas pocas palabras (1 R. 22:39), pero confirmadas por las
excavaciones en Samaria. Las ruinas de la ciudad indican que Acab construyó su
palacio junto al de Omri y en parte sobre él, y que hizo decorar su residencia con
placas de marfil hermosamente talladas por las que, evidentemente, se lo llegó a
conocer como el Palacio de Marfil de Acab. De acuerdo con 1 R. 21:1 también había
un palacio real en Jezreel. Véanse Marfil; Samaria.
Aunque gozó de gran éxito militar y político, Acab fue débil en asuntos religiosos.
"Hizo lo malo ante los ojos de Jehová, más que todos los que reinaron antes que él"
(1 R. 16:30). Permitió que su esposa pagana introdujera el culto a Baal y a Asera, y
que persiguiera a los adoradores del Dios de Israel. Parece que Acab se consideraba
un adorador de Jehová, puesto que consultó varias veces a los profetas de Jehová
(20:13, 14, 22, 28; 22:8, 16), y dio por lo menos a 3 de sus hijos nombres que
contenían parte del nombre divino Yahweh: Ocozías, Joram y Atalía. También
cooperó en la realización de la confrontación entre Elías y los profetas de Baal, y no
interfirió cuando Elías ordenó que esos sacerdotes fueran muertos (18:16-45). Toleró
una reprensión del profeta por su necia magnanimidad hacia Ben-adad (20:35-43) y
mostró tristeza por el asesinato de Nabot instigado por Jezabel (21:27-29), por el
cual el profeta lo tuvo por responsable.
Bib.: J. W. Jack, Samaria in Ahabs Time [Samaria en tiempos de Acab] (Edimburgo,
1929).
2. Profeta falso e inmoral de entre los exilados en Babilonia. Jeremías predijo que
Nabucodonosor lo asaría (Jer. 29:21-23).

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