Diccionario Biblico: Siquem


Significado de Siquem

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(heb. Shekem, "hombro" o "sierra"; como nombre personal aparece en las
inscripciones pal. y sudar.; gr. Sujém).

1. Ciudad cananea fortificada ubicada en el centro de Palestina, en la vecindad
del lugar donde Abrahán levantó su 1er campamento y erigió su 1er altar a Dios
después de llegar a Canaán (Gn. 12:6, 7). Algunos textos egipcios se refieren
a una campaña militar encabezada por el faraón Sesostris III (1880-1840 a.C.)
contra Siquem, que aparece como Skmm en el texto, la que se debió haber
desarrollado durante la permanencia de Abrahán en Canaán. Jacob se instaló en
las proximidades de Siquem después de regresar de Padan-aram, y compró allí un
terreno donde José fue sepultado 1106 después (Gn. 33:18, 19; Jos. 24:32).
Mientras Jacob se encontraba en el lugar, sus hijos Simeón y Leví dieron muerte
a la población masculina de la ciudad en venganza porque uno de ellos deshonró
a su hermana Dina (Gn. 34:25-29). Su padre condenó este acto, pero, temeroso
de las represalias de las poblaciones vecinas, se trasladó a otra parte del
país (34:30; 35:3, 5; 49:5-7). Sin embargo, no mucho después, parece que los
hijos de Jacob concluyeron de que era posible regresar a la región, puesto que
pastoreaban los rebaños de su padre en las proximidades de Siquem (37:12, 13).

473. Monte de Balâtâh, la antigua Siquem, en el medio del paso entre el monte
Gerizim (a la izquierda) y el monte Ebal (a la derecha).

Durante la invasión de Canaán por parte de los israelitas (c 1400 a.C.), no se
cita a Siquem entre las ciudades conquistadas, pero que éstos pudieran
celebrar una gran reunión en las laderas de los montes Ebal y Gerizim (Jos.
8:30, 33), donde Siquem estaba ubicada, revelaría que la ciudad se manifestó
amistosa hacia los israelitas, o que estaba tan atemorizada por las victorias
de los hebreos que no se animó a molestarles. Una de las Cartas de Amarna,*
escrita por el rey de Jerusalén pocos años después, declara que Siquem (que
aparece como Shakmi) le había sido entregada a los habirus, por cuyo nombre
posiblemente se designaba a los hebreos.* Cuando se distribuyó el país entre
las tribus israelitas, parece que Siquem le tocó a Manasés, pero quedaba muy
cerca del límite con Efraín (17:7). Más tarde se la designó residencia de los
levitas coatitas y, además, se constituyó en ciudad de refugio (20:7; 21:21).
Josué pronunció su discurso de despedida mientras la nación se encontraba
reunida en Siquem (24:1).

En el período de los jueces, Siquem tenía un templo dedicado a Baal-berit (Jue.
8:33; 9:4). La ciudad era el lugar de residencia de Abimelec, un hijo de
Gedeón y de su concubina. Después de la muerte de su padre, Abimelec, con el
apoyo de los siquemitas, se elevó a la categoría de rey, pero más tarde sus
conciudadanos se volvieron en su contra, por lo cual él tomó represalias y
destruyó la ciudad (9:1-7, 23-57). Siquem recuperó su importancia en la época
de los reyes. Allí las 10 tribus de Israel rechazaron a Roboam, hijo de
Salomón, y coronaron a Jeroboam en su lugar (1 R. 12:1-19). El nuevo rey
fortificó la ciudad y la usó por un tiempo como su capital (v 25). Más tarde
perdió su importancia cuando Samaria, a sólo 11 km al noroeste de Siquem, llegó
a ser la capital del país. Las inscripciones en óstracas descubiertos en
Samaria mencionan que Siquem pagaba impuestos a la tesorería real, y el profeta
Jeremías nos dice que todavía estaba habitada después de la destrucción de los
reinos de Israel y Judá (Jer. 41:5).

Durante el período helenístico llegó a ser la principal ciudad de los
samaritanos. La tomó Juan Hircano. Flavio Vespasiano pasó una noche en Siquem
durante las guerras judaicas, y cuando se reconstruyó la ciudad después de la
contienda, en su honor se le dio el nombre de Flavia Neapolis (Nueva Ciudad de
Flavio). La última parte de este nombre se conserva en la actualidad como
Nâblus, la denominación de la ciudad de nuestros días. Esta tiene una
población completa en su mayoría de musulmanes, pero con una pequeña comunidad
samaritana de unas 250 personas.

La Siquem del AT se encontraba en la salida oriental del estrecho valle que
forman los montes Ebal y Gerizim, en un lugar que en la actualidad lleva el
nombre de Balâtâh. Neápolis o Náblus, la sucesora de Siquem, se encuentra a
una altura de 570 m s.n.m., y ocupa 1107 parte de las laderas de los 2 montes
adyacentes mencionados. El Tell Balâtâh fue excavado por una expedición
alemana bajo la dirección de E. Sellin y G. Welter en 1913, 1914, 1926, 1928,
1931 y 1934, y, con algunas interrupciones, desde 1956 hasta 1973 por una
expedición norteamericana bajo la dirección de G. Ernest Wright. La 1ª
expedición llevó a cabo su tarea en forma no muy científica y más bien algo
desordenada. Puso al descubierto partes de las sólidas fortificaciones de la
ciudad (incluso el muro que se ve en la fig 370), la puerta noroccidental y
una gran estructura que se cree era el templo de Baal-berit. Frente al templo
había un altar y el fragmento de una gran piedra enhiesta (matstsebâh) con su
pedestal, quizá los restos de la columna erigida por Josué (Jos. 24:26) y
mencionada de nuevo en relación con la coronación de Abimelec (Jue. 9:6). Los
excavadores tuvieron la buena suerte de encontrar 2 tablillas cuneiformes y una
inscripción escrita en alfabeto protosemítico.

La expedición norteamericana desenterró la puerta oriental en el antiguo muro
de la ciudad (fig 474), y en otras zonas expuso los diferentes niveles de
ocupación, 24 en total, y desentrañó la historia arqueológica del lugar, la que
se puede dividir en 5 períodos importantes, con algunos baches entre ellos: 1.
Una pequeña aldea del período calcolítico. 2. Una ciudad estado de la Edad
Media del Bronce, que existió entre el 1900 y el 1550 a.C., y que quizá fue
destruida por los egipcios. 3. Una ciudad estado de la Edad Tardía del Bronce,
que tal vez existió entre el 1450 y el 1250, cuando Abimelec la destruyó (Jue.
9). 4. Una ciudad fortificada de la Edad del Hierro, del año 1000 al 724, que
cayó en manos de los asirios pero sobrevivió por un tiempo como aldea después
de esta catástrofe. 5. Una ciudad fortificada de tiempos de Alejandro Magno,
que fue destruida por última vez por Juan Hireano en el 107 a.C. Mapa VI, D-3.

Bib.: ANET 230, 489; FJ-AJ xi.8.6; xiii.9.1; FJ-GJ iv.8.1.

2. Hijo de Amor, un príncipe heveo de la ciudad de Siquem. Se enamoró de Dina,
hija de Jacob, la deshonró y se la llevó a su casa. Puesto que se quería casar
con ella, accedió a someterse al rito de la circuncisión junto con todos los
habitantes de sexo masculino de Siquem, condición impuesta por los hermanos de
Dina con el fin de dar su consentimiento para la boda. Cuando las víctimas se
encontraban indispuestas como consecuencia de dicha operación, Simeón y Leví
atacaron a traición la ciudad y dieron muerte a todos los hombres de Siquem,
inclusive al joven príncipe (Gn. 33:18-34:31).

3. Torre (heb. migdal Shekem) o fortaleza ubicada en la región de Siquem. Pero
posiblemente no formó parte de la ciudad de este nombre (Jue. 9:46-49). Se la
ha identificado a veces con Khirbet en-Natsrallah, cerca de la aldea de Sâlim,
a 5 km al este de Balâtâh, la verdadera ubicación de la antigua Siquem; y otras
veces con Tell Sufar, en la salida occidental del valle formado por los montes
Ebal y Gerizim. Mapa XVI, D-3.

Bib.: G. Ernest Wright, Shechem, the Biography of a Biblical City [Siquem,
biografía de una ciudad bíblica] (Nueva York, 1965).

4. Hijo de Galaad y principal antepasado de una familia tribal, la de los
siquemitas* (Nm. 26:31; Jos. 17:2).

5. Hijo de Semida, de la tribu de Manasés (1 Cr. 7:19).

474. Excavación de la puerta oriental de la Siquem antigua.

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