Diccionario Biblico: Perro-perrillo


Significado de Perro-perrillo

Ver Concordancia



(heb. keleb; gr. kúÇn; kunárion [diminutivo de kúÇn] "perrito").

406. Panel de basalto perteneciente al templo de Mekal, en Bet-sán, que muestra
el combate entre un perro y un león.

Los perros de la Biblia no estaban domesticados en la misma proporción actual.
Hay sólo 2 referencias bíblicas a los domésticos: Job 30:1, "perros de 925 mi
ganado" (que probablemente ayudaban a los pastores); y Mt. 15:27 (cf 7:28), que
se refiere a los perrillos bajo las mesas. Otras referencias muestran que
estos animales del antiguo Oriente eran los mismos que se encuentran hoy en el
Cercano Oriente. Se los describe como soñolientos, echados durante el día, sin
mucho ruido ni ladridos (Is. 56:10, 11), buscando comida por las noches (Sal.
59:14, 15). Ladran a los transeúntes (Ex. 11:7), comen casi cualquier clase de
comida (Ex. 22:31; Pr. 26:11; Mt. 7:6), aun cadáveres (1 R. 14:11; 21:19, 23;
Jer. 15:3; Sal. 68:23), o lamen las heridas de un inválido indefenso en la
calle (Lc. 16:21).

Como eran despreciados por los antiguos semitas (Ec. 9:4), la palabra "perro"
era un insulto cuando se aplicaba a los seres humanos (1 S. 17:43; 2 S. 3:8;
16:9), o un término que indicaba la máxima denigración propia (1 S. 24:14; 2 S.
9:8; 2 R. 8:13). En el NT los opositores al evangelio son comparados con ellos
(Mt. 7:6; Fil. 3:2). Mt. 15:26 refleja una actitud de los judíos hacia los
gentiles, a quienes llamaban perros. Cristo usó el término sencillamente para
probar la fe de la peticionante. En las excavaciones de Bet-sán se encontró un
relieve de basalto que muestra 2 escenas de un combate a muerte entre un león y
un perro salvaje (fig 406).

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