Diccionario Biblico: Jerusalén


Significado de Jerusalen

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(heb. Yerûshâlayim, "posesión [visión] de la paz" o "fundada en paz": aram.
Yerûshelem; gr. Hierosóluma e Hierousalem).

Dado que está documentado en diferentes formas (c s XIX a.C., y mucho antes que
los hebreos invadieran el país), este nombre es de origen cananeo o amorreo, y
probablemente significa "ciudad de (1 dios) Shalim"; en hebreo sería "ciudad de
paz". En los textos de execración* egipcios (ss XIX y XVIII a.C.) el nombre se
escribe 3wsh3mm, y quizá se pronuncia Urusalimum. En las Cartas de Amarna* (s
XIV a.C.) se escribe Urusalim, y en las inscripciones asirias de Senaquerib,
Urusalimmu.

Una de las ciudades más importantes del mundo, la ciudad santa de 3 grandes
religiones: el judaísmo, el cristianismo y el islamismo. Para los judíos, es
el lugar del templo y la capital de la nación; para los cristianos, el
escenario del sufrimiento, la muerte, la resurrección y la ascensión de
Jesucristo; y para los musulmanes es el lugar tradicional del ascenso de Mahoma
al cielo. Está ubicada a más o menos 1/3 de distancia del extremo norte del
Mar Muerto hacia el Mediterráneo, en las montañas de Judea (fig 393). Mapa
VIII, E-3.

Salem,* que aparece 2 veces en el AT (Gn. 14:18; Sal. 76:2), probablemente sea
una forma abreviada del nombre completo. También se la menciona así en las
tabletas cuneiformes de Tell Mardikh (la antigua Ebla, en Siria), de la última
parte del 3er milenio a.C. La ciudad era conocida como Jebús* (Jos. 18:28),
tanto durante el período de los jueces (Jue. 19:10,11) como cuando David tomó
la ciudad (1 Cr. 11:4, 5; porque los habitantes de ese tiempo eran los
jebuseos). Con esa designación no ha aparecido fuera de la Biblia todavía. Su
nombre árabe moderno es el-Quds, "la santa", pero para quienes no son árabes
-judíos, cristianos y otros- aún es Jerusalén.

I. Lugar.

La ciudad amurallada yace entre 2 valles: el del Cedrón,* al este, y el de
Hinom* al oeste y al sur. La planicie despareja entre estos valles, sobre la
que está edificada la ciudad, está conectada con la meseta de Judea por el
norte, la que está dividida en términos generales en 2 serranías por un valle
central que en la Biblia no se nombra (pero que Josefo lo llama valle Tiropeón,
o "valle de los queseros"). Era angosto y profundo, pero en tiempos de los
macabeos se lo llenó con la demolición de Acra (fortaleza de los sirios que
Simón el macabeo demolió). Hoy comienza en la actual Puerta de Damasco y se lo
ve como una débil depresión. Las excavaciones han mostrado que los escombros
llenan una profundidad de unos 30 m. La serranía oriental se eleva hasta unos
744 m s.n.m., en el lugar donde una vez estuvo el "castillo" o "fortaleza"
Antonia, al norte del templo. Esta elevación se denomina la colina del templo,
o nororiental; se la llama Moriah* en el AT (Gn. 22:2; 2 Cr. 3:1). Estaba
dividida en una sección norte y una sur por una depresión poco profunda, ahora
llenada con escombros. La sección del sur, el espolón que se inclina hacia la
unión de los valles de Hinom y Cedrón, fue el lugar de la Ciudad de David
original, conocida con los nombres de Jebús, Salem y Sion.* Su parte más
elevada tenía una altitud de unos 695 m s.n.m. Esta área -la Jerusalén
original- está totalmente fuera de los muros de la ciudad actual, que pasan
inmediatamente al sur del área del templo (figs 122, 278). Mapas XVII, XVIII.
Véanse David, Ciudad de; Ofel.

La elevación occidental es más alta que la 621 oriental; tiene unos 777 m
s.n.m., unos 30 m más que la colina del templo. No hay nombres antiguos que se
conozcan para las varias cumbres de este sector occidental, pero la del
sudoeste por muchos siglos fue erróneamente identificada con Sion (y lleva ese
nombre aún hoy), aunque la mayor parte de esta colina ni siquiera estuvo
encerrada por la antigua ciudad hasta tiempos helenísticos. Una buena porción
de la elevación noroccidental ahora está en la parte noroeste de la Ciudad
Antigua de la Jerusalén actual, e incluye como su estructura más famosa la
Iglesia del Santo Sepulcro.

El valle del Cedrón,* mencionado con frecuencia en la Biblia (2 S. 15:23; Jn.
18:1, "torrente") y ahora llamado Wâd§ en-Nâr, separa la ciudad del monte de
los Olivos,* cuya cumbre más alta llega hasta unos 835 m s.n.m. (fig 393). El
Cedrón era una garganta angosta y profunda que contribuía a la defensa oriental
de la ciudad. En ella se encuentran las únicas fuentes de agua de Jerusalén:
el manantial de Gihón,* en el falda occidental del valle, y En-rogel,* un pozo
cerca de la confluencia de los valles de Hinom y del Cedrón. El valle de
Hinom,* hoy llamado Wâd§ er-Rabâbeh, también es mencionado con frecuencia en el
AT (Jos. 15:8; 18:16; etc.). Es mucho más ancho que el de Tiropeón o el del
Cedrón, y sus laderas son más suaves. Este valle separa las colina, o montes
del oeste y del sur de la elevación sudoccidental de la planicie de Jerusalén
(figs 121, 122, 260, 278, 279).

Bib.: FJ,-GJ v.4.1.

II. Historia.

No se sabe cuándo se fundó Jerusalén, pero las excavaciones han descubierto
evidencias que prueban que existió durante la dinastía 12ª de Egipto (ss XIX y
XVIII a.C.), por los textos de execración egipcios que la mencionan con sus
gobernantes amorreos, Yaqar-{Ammu y Sasa{-{Anu (escritos iyk3{mw y s7{nw en
textos hieráticos egipcios), enemigos reales o potenciales del país. Durante
ese período se nombra la ciudad por 1ª vez en el AT como Salem,* cuyo
gobernante Melquisedec,* era a la vez sacerdote del Dios Altísimo y, por lo
tanto, con derecho de bendecir a Abrahán y recibir el diezmo de los despojos
que el patriarca había quitado a Quedorlaomer y sus aliados (Gn. 14:8-20).

El libro de Josué habla de Jerusalén como la ciudad principal de una coalición
de ciudades-estados cananeas que pelearon contra los israelitas invasores. Su
rey en ese tiempo era Adonisedec, que, con sus aliados, fue derrotado en la
batalla de Azeca, y luego capturado y ejecutado por Josué (Jos. 10:1-27). Poco
después, en el tiempo de lknatón de Egipto, el rey {Abdu-Heba se sentó en el
trono de Jerusalén. Su nombre significa "siervo de [la diosa hitita] Heba", y
posiblemente fuera de descendencia hitita. Si es así, él y los 2 reyes
amorreos ya mencionados son evidencia de que los primitivos habitantes de
Jerusalén incluían hititas y amorreos. Esto se refleja en las palabras de
Ezequiel, que dijo de Jerusalén: "Tu padre fue amorreo, y tu madre hetea" (Ez.
16:3; cf v 45). Entre las Cartas de Amarna* hay varias escritas por {Abdu-Heba
a Iknatón, en las que se queja amargamente por la invasión de los {Apiru o
Habiru (probablemente los hebreos), y por la inactividad de Egipto, que
ocasionaba la pérdida de una región tras otra del país ante los invasores. En
Jue. 1:8 se registra una captura y destrucción de Jerusalén realizada por Judá
después de la muerte de Josué, pero esta victoria no fue seguida por una
ocupación israelita de la ciudad; permaneció en manos de los cananeos o
jebuseos hasta el tiempo de la conquista de David (Jos. 15:63; cf Jue. 19:11,
12).

Después que David fue coronado rey sobre las tribus de Israel, decidió mudar su
capital de la importante ciudad de Hebrón a un lugar neutral. Por lo tanto
escogió Jerusalén, que estaba en la frontera entre Judá y Benjamín, pero no
pertenecía a ninguna de las 2 tribus. Los jebuseos se burlaron de él cuando
comenzó a sitiarla, porque estaban convencidos de que podían mantenerse
fácilmente en su ciudad bien fortificada. Sin embargo, Joab y sus hombres
penetraron en ella trepando el tsinnôr, probablemente el pozo de agua que
conectaba el manantial de Gihón* con el interior de la ciudad (2 S. 5:6-8; 1
Cr. 11:4-6). En su tiempo se la conoció como la "ciudad de David" (1 Cr. 11:7;
2 S. 5:9). Este construyó un palacio (2 S. 5:11) y también algunas
fortificaciones (véase Cnt. 4:4, que menciona la torre de David; cf 1 Cr. 11:8;
esta torre no es la del mismo nombre en la ciudadela actual de Jerusalén, ya
que esta última realmente es una de las del palacio construido por Herodes el
Grande); David también edificó una estructura llamada "Milo" (2 S. 5:9; 1 Cr.
11:8). Por otros textos (1 R. 9:15, 24; 11:27; 2 Cr. 32:5) es probable que
Milo estuviera en la ciudad y periódicamente fuera ampliado o fortalecido.
Parece que fue parte del sistema de fortificaciones de la ciudad en su punto
más débil, que habría estado en el extremo norte de la colina sudorientas (fig
278). La LXX lo identifica con Acra, una ciudadela al sur del templo, 622

278. Mapa de Jerusalén.

623 que estuvo en pie hasta el tiempo de Judas macabeo. El nombre heb.
millô,que significa "relleno", ha sido explicado de diversos modos. Pudo
haber sido un doble muro rellenado de tierra, o una plataforma sobre la que se
construyeron las fortificaciones.

Cuando David trasladó el arca a Jerusalén, la ubicó en una tienda temporaria.
Dios no le permitió levantar un templo. Sin embargo, hizo preparativos para su
construcción, y la era de Arauna (Ornán), que él había comprado, fue destinada
como el lugar para el templo edificado por Salomón (2 S. 6:17; 24:24; 1 Cr.
28:2, 3, 19-21; 2 Cr. 3:1). Cuando el rey David murió fue "sepultado en su
ciudad" (1 R. 2:10). Todos los reyes de Judá hasta Acaz fueron inhumanos en el
sepulcro real, cuya ubicación es todavía desconocida (excepto que una
comparación de Neh. 3:16 con los vs 15 y 26 muestren que estaba entre el
estanque de Siloé y la Puerta de las Aguas). Se ha sugerido que el trazado
serpenteante del túnel de Siloé se hizo para no perturbar las tumbas reales
(fig 278).

Con Salomón, que fue un gran constructor, amaneció una nueva era para
Jerusalén. La ciudad fue ampliada hacia el norte y posiblemente hacia el
noroeste. El templo, rodeado por un atrio, fue levantado en la colina norte,
apenas al oeste del actual Domo de la Roca (figs. 278,281), que cubre la roca
que se cree estaba debajo del altar de los holocaustos (1 R. 6:1-38; 2 Cr.
3:1-14). Probablemente fue entre el templo y la ciudad de David donde Salomón
levantó un palacio para sí mismo (1 R. 7:1), llamado "la casa real" (9:1).
Este pudo haber incluido un complejo de estructuras con: 1. Una "casa" para la
hija de Faraón, que tal vez era parte del harén (7:8; 9:24) y pudo haber
formado una sola unidad con el palacio. Este estaba rodeado por "otro atrio",
probablemente el mismo que "la mitad del patio" y el "patio de la cárcel" (1 R.
7:8; 2 R. 20:4; Jer. 32:2; etc.). 2. Un "pórtico del juicio" (1 R. 7:7), en el
que estaba el trono. 3. Un pórtico de columnas, tal vez una sala de audiencias
(v 6), que posiblemente era la entrada a la sala principal si no era un
edificio aparte. 4. La "casa del bosque del Líbano", quizá llamada así por
causa de sus 45 columnas, en 3 hileras (vs 2-5), hechas con cedros del Líbano.
Así Salomón añadió todo un nuevo sector a la ciudad, y puede haber poca duda de
que la expansión de su administración trajo a Jerusalén mucha gente nueva para
quienes había que proveer residencias. Estos nuevos barrios estaban rodeados
por "muros de Jerusalén alrededor" (3:1;cf 9:15). Es seguro que los edificios
públicos fueron levantados en la colina nororiental, pero es tema de discusión
cuánto estuvo incluido en la ciudad. Algunos eruditos opinan que comprendía
todo el sector occidental. En realidad, parece poco probable que la colina
sudoccidental estuviera incluida en la ciudad en esa época tan temprana, porque
los arqueólogos no encontraron restos anteriores al s VIII a.C. en la zona.
Algunos eruditos aún ponen en duda que la colina noroccidental estuviera dentro
de la ciudad de Salomón.

Cuando se dividió el reino después de su muerte, Judá perdió más del 75 % de
sus dominios, y Jerusalén perdió mucha de su importancia. En consecuencia, no
fueron necesarias nuevas expansiones durante varios siglos, aunque se tuvieron
que hacer reparaciones de tanto en tanto, especialmente después de las guerras.
En el tiempo de Roboam, hijo de Salomón, Sisac de Egipto conquistó Jerusalén y
se llevó mucho botín (1 R. 14:25-28; 2 Cr. 12:2-11). No se sabe si en ese
tiempo la ciudad cayó después de un sitio, si sufrió algún daño, o si Roboam se
entregó sin pelear. También fue tomada por Joás de Israel en tiempos del rey
Amasías, que rompió uno 400 codos de su muro occidental, desde la Puerta de
Efraín hasta la Puerta de la Esquina (2 R.14:13). Este daño a las
fortificaciones debió ser reparado, aunque no figura en lo registros. En
realidad, no se mencionan actividades de construcción desde Salomón hasta
Uzías, con excepción de algunas reparaciones en el templo llevadas a cabo por
Joás de Judá (2 R. 12:4-15; 2 Cr. 24:4-14).

Uzías parece haber sido el 1er rey en 200 años que se ocupó en manera
apreciable de construcciones en Jerusalén. Edificó un número no revelado de
torres en la Puerta de la Esquina, la Puerta del Valle y la Puerta del Ángulo
del muro (2 Cr. 26:9). Su hijo Jotam continuó su obra levantando la Puerta
Mayor del templo y reforzando el muro de Ofel (27:3). Se registra gran
actividad de construcción en el tiempo de Ezequías, quien hizo febriles
preparativos para reforzar las fortificaciones de Jerusalén como para poder
afrontar un sitio de los asirios. Construyó el largo túnel desde Gihón hasta
el estanque de Siloé* (2 R. 20:20; 2 Cr. 32:4, 30) y así trajo el agua de la
vertiente al interior de la ciudad. Al mismo tiempo edificó un 2º muro para
proteger la parte sur de la colina occidental (así lo muestra la muralla
descubierta por N. Avigad) y el estanque recientemente construido (que así
quedaba dentro de las fortificaciones de la ciudad). También reparó el Milo en
la antigua ciudad de David (2 Cr. 32:5; Is. 22:10, 11; para 624 Siloé véanse
las figs 242, 278 y 465).

Aunque la mayoría de las ciudades fortificadas de Judá fueron destruidas en
tiempos de Ezequías por las fuerzas invasoras de Senaquerib (2 R.18:13),
Jerusalén no pasó por esa prueba, y salió de ese período difícil sin sufrir
daños (19:32-36). Manasés, hijo de Ezequías, construyó un 2º muro en el
noreste, cerca de la Puerta del Pescado (2 Cr. 33:14). No se sabe si Jerusalén
fue dañada durante el reinado de Manasés, aunque se registra que el rey fue
llevado cautivo por los asirios y que pasó algún tiempo en una prisión de
Babilonia (v 11). Pudo haberse entregado a los asirios sin pelear, aunque es
posible que la ciudad en ese momento experimentara un asedio y una captura.
Poco después, durante el reinado de Josías, se menciona por primera vez "la
segunda parte de la ciudad" o "segundo barrio" (heb. mishneh) en la que vivía
la profetisa Hulda (2 R. 22:14; 2 Cr. 34:22; cf Sof. 1:10). No es seguro si
esto se refiere a una nueva parte añadida a Jerusalén por Manasés o al barrio
noroeste ya encerrado por el muro desde el tiempo de Salomón (fig 278).

El buen rey Josías hizo reparaciones adicionales en el templo (2 R. 22:3-7; 2
Cr. 34:8-13), y durante su reinado Jerusalén experimentó una gran reforma
religiosa. Sin embargo, su muerte repentina terminó este último reavivamiento
espiritual, y sus sucesores cayeron otra vez en la maldad y la idolatría, con
el resultado de que Jerusalén fue capturada 3 veces en 20 años: 1. En el 605
a.C., durante el reinado de Joacim (Dn. 1:1, 2). 2. En el 597 a.C., cuando
Joaquín fue llevado cautivo (2 R. 24:10-16). 3. En el 586 a.C., en el año 11º
de Sedequías, cuando la ciudad fue destruida después de un prolongado asedio y
el rey fue llevado cautivo y ciego a Babilonia con la mayoría de la población
de Judá (25:1-21).

Después que Jerusalén estuviera en ruinas durante unos 50 años, el primer grupo
grande de exiliados retornó desde Babilonia dirigidos por Zorobabel. Esto fue
probablemente en el 536 a.C.,70 años después (cómputo inclusivo) de la primera
deportación (605 a.C.; Jer. 25:11,12; 29:10). Inmediatamente se pusieron a
reconstruir el templo, pero experimentaron tanta oposición de los samaritanos,
además de otras dificultades, que esta obra no se puso en verdadero movimiento
hasta el 2º año de Darío* I (520/19 a.C.); el templo fue finalmente completado
y dedicado en el 6º año de Darío I (515 a.C.; Esd. 1:1-4; 3:1-13; 4:1-5, 24;
5:1-6:16). En el 7º año de Artajerjes I, Esdras fue autorizado a llevar un 2º
grupo de exiliados a Jerusalén (Esd. 7:6-8:32). Reorganizó la provincia y
estableció una administración basada en la ley judía (457 a.C.). Tal vez fue
durante los años siguientes cuando los judíos comenzaron otra vez a reconstruir
el muro de su ciudad. Sin embargo, otra vez fueron molestados por sus enemigos
(Neh. 1:3), hasta que Nehemías tuvo éxito en conseguir que Artajerjes I lo
designara gobernador. Fue a Jerusalén en el 444 a.C., y completó la
reconstrucción y reparación en pocas semanas, a pesar de muchos obstáculos
(2:1-4:23; 6:15).

El muro de Nehemías, acerca del que hay disponible mucha información (Neh.
2:12-15; 3:1-32; 12:27-40), parece haber seguido el trazo de la muralla de la
ciudad que Nabucodonosor destruyó. En su descripción menciona la mayoría de
las puertas de la antigua, así como otras características topográficas, aunque
no todas pueden ser identificadas con precisión. La ubicación de las diversas
puertas, torres y otras estructuras nombradas por Nehemías se analizan bajo sus
respectivos nombres en artículos separados (fig 278).

Poco se sabe de su historia durante los siguientes 250 años después de
Nehemías. Josefo informa de una disputa por el sumo sacerdocio durante la cual
Johanán mató a su hermano en el templo, por lo que el gobernador persa impuso
una pesada multa sobre la nación. También relata la visita de Alejandro Magno
a Jerusalén, oportunidad en que se le explicó una profecía de Daniel
(aparentemente Dn. 8). De acuerdo con Josefo, esto le causó tanta impresión
que llegó a ser amigo de los judíos. Bajo los sucesores de Alejandro.
Jerusalén fue la capital de un "estado del templo" administrado por los sumos
sacerdotes: tutelado a veces por la soberanía de los Tolomeos, de Egipto, y
otras por la de los Seléucidas de Siria. Véase Johanán 15.

Durante este período, recibió considerable influencia del helenismo. El
idioma, el pensamiento, la vestimenta y las costumbres griegas se pusieron de
moda, especialmente entre la clase dirigente, que estaba en contacto directo
con los extranjeros. Una facción conocida como la de los helenizantes quería
hacer de Jerusalén una ciudad griega, como tantas otras fundadas o
reconstruidas por gobernantes helenísticos en las regiones cercanas, e
introducir un gimnasio griego y juegos atléticos. Pero la masa del pueblo
judío se levantó en una desesperada resistencia cuando uno de los gobernantes
seléucidas, Antíoco IV Epífanes, hizo un esfuerzo decidido para helenizar a los
judíos por la fuerza y profanó el templo con el sacrifico de animales inmundos
a deidades paganas. Esto produjo la rebelión macabea 625 y las guerras entre
los sirios y los judíos, de las cuales los macabeos salieron victoriosos.
Cuando hicieron de Jerusalén la capital de su nación independiente, ésta
registró un crecimiento tremendo, tanto físicamente como en importancia. El
primer cambio ocurrió cuando Judas Macabeo tomó Jerusalén (165 a.C.) y lo
rededicó. Algunos años más tarde, su hermano Simón capturó la ciudadela, el
Acra, que parece haber estado ubicada justo al sur del templo; la destruyó
completamente, aplanó la cumbre donde estaba construida y usó los escombros
para llenar la parte central del valle de Tiropeón, que está entre las
elevaciones oriental y occidental de la ciudad. Los gobernantes macabeos de
Judea construyeron un palacio en la colina occidental, la que en ese tiempo
estaba completamente incluida en el sistema defensivo de la ciudad. También
edificaron una ciudadela al norte del templo, más tarde llamada el Castillo,
la Fortaleza* o la Torre Antonia (fig 278).

Pompeyo y su ejército romano capturaron Jerusalén y derribaron parte de sus
murallas (63 a.C.). Craso saqueó el templo (54 a.C.), y los partos la ciudad
(40 a.C.). Tres años más tarde, fue capturada por Herodes el Grande. Reparó
sus muros y la adornó con muchas nuevas estructuras, como un palacio con 3
sólidas torres llamadas Hípico, Faseolo y Mariamne (donde ahora está la
"ciudadela"; fig 282), y también con un gimnasio, un hipódromo y un teatro.
Asimismo reconstruyó la fortificación llamada Torre o Fortaleza Antonia (Hch.
21:34, 37; 22:24; etc.). En ese tiempo, el templo tenía 5 siglos de
antigüedad, y necesitaba muchas reparaciones. Pero Herodes quería hacer más
que restaurarlo; planificó una reestructuración completa que involucraba
extensas alteraciones de los muros y las fortificaciones de la colina del
santuario. Esta, su obra más ambiciosa, fue comenzada en el 20/19 a.C. El
edificio central del templo se terminó en 18 meses, pero los del área
circundante no se completaron hasta el 64 d.C., sólo 2 años antes del estallido
de la guerra judía contra los romanos.

Arquelao, el sucesor de Herodes no realizó actividades de construcción, pero
Agripa I levantó lo que se ha llamado el 3er muro. Algunos piensan que seguía
el trazado de las murallas del norte y del oeste de la actual ciudad vieja,
hasta la Puerta de Jafa. Otros, sin embargo, opinan que estaba a unos 460 m al
norte de la actual ciudad antigua, donde se han encontrado restos de una
antigua muralla en varios lugares, de modo que se lo puede seguir por una gran
extensión. Otros sostienen que el 3er muro fue una estructura edificada con
apresuramiento en el s II d.C., en ocasión de la rebelión de Barcoquebas (Bar
Koshba).

Durante el reinado de Herodes el Grande (37-4 a.C.), de su hijo Arquelao (4
a.C.-6 d.C.) y de Agripa I (41-44 d.C.), Jerusalén fue la capital del país,
pero no durante los 2 períodos en que los procuradores romanos gobernaron Judea
(6-41 d.C. y 44-66 d.C.). Estos hicieron de Cesarea el centro de su gobierno,
y sólo estuvieron en Jerusalén durante las fiestas importantes por si se
producían disturbios. Corrientemente, sólo había una guarnición romana en la
Fortaleza Antonia para garantizar la ley y el orden en la ciudad.

Cuando se desató la rebelión contra Roma (primavera del 66 d.C., hemisferio
norte), Jerusalén fue escenario de mucho derramamiento de sangre. Bajo Gesio
Floro, el último procurador de Judea, los judíos comenzaron a masacrar
gentiles, y los gentiles a judíos, hasta que toda apariencia de orden y de
gobierno hubo desaparecido. Cestio Galo, el legado de Siria, asumió el comando
de Judea y marchó contra Jerusalén (otoño del 66 d.C.). Aunque en un momento
penetró hasta el muro norte del templo, fue rechazado, y por alguna razón
desconocida se retiró, perdiendo muchos soldados en esa marcha. Los
cristianos, obedeciendo la advertencia de Jesús (Mt. 24:15-20), aprovecharon
esta oportunidad para salir de la ciudad y encontraron refugio en Pella, en
Perea. Desde fines del 66 d.C. hasta la primavera del 70 d.C., Jerusalén no
sufrió ningún ataque directo de los romanos. Vespasiano, al llegar al país (67
d.C.), siguió el plan de reducirlo a la sumisión, permitiendo que los diversos
partidos políticos se pelearan entre sí y se debilitaran. Cuando Vespasiano
fue proclamado emperador (69 d.C.), la mayor parte de Palestina estaba en manos
romanas, pero se había convertido en una desolación. Tito, hijo de Vespasiano,
tomó el comando del ejército, e inmediatamente hizo preparativos para capturar
Jerusalén, la fuerte ciudad capital de Judea.

Durante los 3 años de guerra con Roma había habido un gran ingreso continuo de
refugiados en Jerusalén. Entre ellos había bandas de soldados que pertenecían
a diversas facciones dirigidas por líderes opuestos entre sí. Juan de
Gischala, de Galilea, era el jefe de los zelotes. Estos se establecieron en el
atrio inferior del templo. Simón bar Giora, un líder de merodeadores, dominaba
la ciudad alta; y Eleazar, hijo de Simón, también un dirigente insurgente,
dominaba la parte superior del complejo del templo. Cuando Tito comenzó 626 el
sitio de Jerusalén con 80.000 soldados romanos (abril del 70 d.C.), los 3
líderes y sus seguidores estaban comprometidos en sangrientas batallas entre
sí. La lucha fue dura durante los 5 meses del sitio, mientras una sección tras
otra era capturada y prevalecía el hambre. Más de 100.000 judíos murieron en
la ciudad entre principios de mayo y fines de julio. En ese tiempo, la
fortaleza Antonia fue tomada y se dejaron de ofrecer los sacrificios. En
agosto, de acuerdo con el informe de Josefo, el templo fue conquistado y contra
la orden de Tito, fue quemado totalmente. La colina sudoeste de Jerusalén,
llamada la ciudad alta, cayó ante los romanos en septiembre. Josefo afirma que
más de 1 millón de judíos perdieron la vida durante el sitio de Jerusalén, y
que 97.000 fueron tomados prisioneros, entre los que estaban Juan de Gischala y
Simón bar Giora. La ciudad y el templo fueron arrasados como para mostrar al
mundo que aun las fortificaciones más sólidas no eran obstáculo para el
ejército romano. Sólo 3 torres del palacio de Herodes y parte del muro
occidental fueron dejados en pie como monumentos a la antigua gloria de
Jerusalén y para proporcionar un puesto militar para la guarnición romana.

279. Vista de Jerusalén mirando hacia el oeste desde el monte de los Olivos.
Entre las construcciones del frente y el muro occidental de la ciudad se
encuentra el profundo valle del Cedrón. El gran área abierta en el interior del
muro es el sagrado 2aram esh-Sherîf musulmán, el antiguo espacio del templo. La
cúpula (centro) cubre la roca donde se cree que estaba el sitio del altar de
los holocaustos. En el muro de la ciudad, un poco a la derecha de la "Cúpula de
la Roca", está la "Puerta de Oro" de doble arcada, ahora tapiada. La "Ciudad de
David" (cerca de Jerusalén) yace al sur del área del templo y fuera del muro
actual (extendiéndose detrás de la torre en el extremo izquierdo al fondo).

Jerusalén se recuperó lentamente de esta catástrofe, pero cuando el emperador
Adriano la volvió a fortificar y comenzó a reconstruirla como una ciudad
gentil, los judíos se levantaron en una nueva rebelión bajo Barcoquebas en el
132 d.C. Después de haber sido aplastada (135 d.C.), se reanudó y se completó
la reconstrucción, y todos los judíos fueron proscriptos de ella. Su nuevo
nombre fue Colonia Eolia Capitolina, lo que indicaba que era una colonia romana
asentada en honor de Adriano, cuyo nombre completo era Publio Eolio Adriano, y
que estaba dedicada a Júpiter Capitolino. Un templo a este dios romano se
levantó en el sitio del viejo. Los cristianos también se establecieron en
Jerusalén, y en el s IV llegó a ser una ciudad parcialmente cristiana. Elena,
la madre de Constantino, edificó una iglesia en el Monte de los Olivos (326
d.C.), y Constantino construyó la Iglesia del Santo Sepulcro sobre el supuesto
lugar de la resurrección de Jesús (333 d.C.). La proscripción contra los
judíos fue levantada también en ese tiempo.

En el 614 d.C. los persas bajo Cosroes II tomaron Jerusalén, destruyeron la
lglesia del Santo Sepulcro, masacraron a miles de sus habitantes y llevaron
cautivos a millares. 627 La ciudad fue reconquistada 14 años más tarde por el
emperador romano Eraclio, y tomado por los árabes bajo Omar (638 d.C.). Desde
ese tiempo ha estado bajo el gobierno musulmán la mayor parte del tiempo. El
lugar del templo llegó a ser el recinto sagrado musulmán llamado 2aram
esh-SherTf, dentro del cual está el 3er santuario más venerado de los
musulmanes, el Domo de la Roca (erróneamente llamada Mezquita de Omar), el
lugar donde se cree que estuvo el altar de bronce del templo de Salomón. En el
extremo sur del recinto está la mezquita el-Aqsa. Aunque hubo períodos en que
los cristianos sufrieron humillaciones en Jerusalén, mayormente no lo pasaron
tan mal; y generalmente fueron tolerados. La situación cambió cuando los
bárbaros turcos seljuk la tomaron en el 1077 d.C. Toda Europa se levantó
indignada a causa del maltrato sufrido por los cristianos en la ciudad santa.
El resultado fueron las cruzadas. En 1099 Jerusalén fue conquistada y se
estableció un reino cristiano que duró 88 años. En 1187, Saladino, sultán de
Egipto y Siria, tomó la ciudad y comenzó a reconstruir sus fortificaciones.
Durante otros 2 breves períodos Jerusalén fue restituida a los cristianos:
primero en 1229, cuando Federico II, emperador de Alemania, la obtuvo por un
tratado y los cristianos la tuvieron 10 años; y otra vez en 1243, cuando fue
entregada incondicionalmente a los cristianos. Pero sólo un año más tarde fue
tomada por los turcos khwarazm; luego cayó en manos de los egipcios, y en 1517
fue conquistada por los turcos otomanos, que la retuvieron hasta 1917, cuando
Jerusalén se rindió a los ingleses dirigidos por el general Allenby. El muro
actual que rodea la así llamada Ciudad Antigua fue construido por el sultán
turco Solimán el Magnífico en 1542. Durante el tiempo que Palestina fue
mandato del gobierno británico (1923-1948), Jerusalén sirvió como su capital.
Durante la guerra judío-árabe de 1948 hubo violentas batallas en Jerusalén, y
el barrio judío de la amurallada ciudad antigua fue totalmente destruido.
Desde 1948 hasta 1967 la ciudad estuvo dividida. La parte principal de la
Jerusalén moderna, fuera de los muros y mayormente al oeste de la antigua,
estaba en manos israelíes, y se convirtió en la capital del Estado de Israel.
Su población en 1967 era de unos 200.000 habitantes. La ciudad antigua, dentro
de los muros, estaba en manos árabes y formaba parte del reino hasemita de
Jordania. Una nueva población árabe surgió al norte de aquella. La 628
Jerusalén árabe tenía una población de unos 70.000 habitantes en 1967. Como
resultado de la victoria israelí en la guerra de los 6 días en 1967, Jerusalén
fue reunificada, y el barrio judío dentro de la ciudad antigua fue reconstruido
y repoblado por judíos. El estatus final de Jerusalén no estará decidido hasta
que se logre un arreglo político del país.

Bib.: ANET 487-489; FJ-AJ xi.8.5, 6.

III. Historia de las investigaciones arqueológicas en Jerusalén.

Por más de 100 años se llevaron a cabo investigaciones de naturaleza erudita en
Jerusalén: por estudiosos, ministros y otros que viven en ella, y por
excavaciones organizadas. Al 1er grupo perteneció Charles Clermont-Ganneau
(1846-1923), quien fue a Jerusalén en 1867 y vivió en Oriente por muchos años.
Sus descubrimientos, estudios topográficos y publicaciones pusieron un sólido
fundamento sobre el que construyeron otros eruditos. Entre sus descubrimientos
más importantes están la inscripción de advertencia en griego del templo de
Herodes (fig 500), y 2 inscripciones sepulcrales (del tiempo de Ezequías)
encontradas en Siloé. Otro residente de Jerusalén que vivió en ella por muchos
años, el Dr. Conrad Schick (1822-1901), fue incansable en sus investigaciones
para reconstruir la antigua historia de la santa ciudad. Gustaf Dalman
(1855-1941), director del Instituto Arqueológico Alemán de Jerusalén, desde
1902 a 1914; L.-H. Vincent, de la Escuela Bíblica Francesa durante medio siglo;
y W. F. Albright, que dirigió por 10 años la American School of Oriental
Research en Jerusalén, ocupan primerísimos lugares entre los que clasificaron
la extremadamente difícil historia topográfica y arqueológica de la antigua
Jerusalén.

280. La Vía Dolorosa en Jerusalén.

Las excavaciones sistemáticas comenzaron en 1867 cuando Charles Warren trabajó
en Ofel para el recientemente establecido Palestine Exploration Fund. Por
medio de profundos pozos y túneles (hasta de 25 m) ubicó algunos de los restos
de murallas más antiguas. A estos descubrimientos pertenece el "muro de Ofel
de Warren", al sur de la esquina sudoriental de Haram esh-Sherîf, que data del
tiempo del antiguo Israel. También encontró el pozo que los jebuseos habían
cavado para tener acceso al agua de la fuente de Gihón, y también hizo las
excavaciones de la Puerta de la Cadena en Haram esh-Sherîf, que prueban que la
calle actual a esa puerta conduce por sobre el "Arco de Wilson", un antiguo
viaducto que cruzaba el valle de Tiropeón. Desde 1880 hasta 1881, Hermann
Guthe, ayudado por Conrad Schick, llevó a cabo algunas excavaciones alrededor
de la salida del túnel de Siloé, en la falda sur de la colina sudoriental, y
descubrió unos pocos tramos de la antigua muralla en el lado este de la colina
sudoriental. Desde 1894 hasta 1897, F. J. Bliss y A. C. Dickie exploraron las
fortificaciones del sur de la antigua ciudad por encargo del Palestine
Exploration Fund. Descubrieron una antigua pared reforzada al sudeste del
estanque de Siloé, hallaron algunas secciones del muro más nuevo que cruzaba el
valle de Tiropeón que continuaba en la falda sur de la colina sudoriental.
Durante excavaciones clandestinas realizadas entre 1909 y 1911 por el capitán
M. Parker en busca de los tesoros escondidos del templo, se limpió el túnel de
Siloé, y Vincent pudo hacer un mapa del mismo y de otras partes del sistema de
agua relacionado con la fuente de Gihón. En 1913, Raymond Weill comenzó una
ambiciosa excavación por encargo del barón E. de Rothschild, con planes de
descubrir sistemáticamente toda la parte sur de la colina sudoriental. El
estallido de la Primera Guerra Mundial interrumpió este trabajo. Pero
descubrió una gran torre circular, probablemente de origen hebreo, y encontró
una inscripción griega de la sinagoga de Teodoto (fig. 317). Continuó sus
excavaciones 629 por una sesión más (1923/24) durante la cual halló una parte
del muro del sur y también una tumba que pudo haber pertenecido a la necrópolis
real de los reyes de Judá. Como las tumbas de esta área fueron destruidas hace
mucho tiempo, y no había material estratigráfico no perturbado, su naturaleza
permanece incierta. R. A. S. Macalister y J. G. Duncan cavaron en el lado
oriental de Ofel, desde 1923 hasta 1925, para el Palestine Exploration Fund.
Su principal descubrimiento fue parte de un bastión y una torre apoyada en él,
que interpretaron como perteneciente a las fortificaciones jebuseas y de David,
pero que investigaciones posteriores mostraron que datan del tiempo de
Nehemías. En 1927, otra campaña importante de excavaciones para la British
School of Archaeology, en Palestina, y el Palestine Exploration Fund, fue
realizada por J. W. Crowfoot y G. M. FitzGerald en la parte occidental de la
colina sudoriental. Descubrieron una puerta de la ciudad, tal vez la "Puerta
del Valle" del AT, con una calle en escalones que llevaba desde ella hasta el
valle de Tiropeón.

281. El Domo de la Roca. Se cree que la construcción está sobre el sitio en que
se hallaba el altar de los holocaustos del templo de Salomón.

En el norte se llevaron a cabo 3 importantes empresas arqueológicas. Desde
1925 hasta 1927, Sukenik y Mayer, de la Universidad Hebrea de Jerusalén,
descubrieron largos tramos de los muros de más al norte, llamados por ellos "el
3er muro". Otros sectores adicionales de esa muralla se descubrieron y
excavaron de tanto en tanto, desde entonces. C. N. Johns, del Departamento de
Antigüedades del Mandato Británico excavó dentro de la ciudadela, desde 1934
hasta 1940, demostrando que las torres del palacio de Herodes descansaban sobre
fundamentos que llegan hasta el tiempo helenístico. Nuevas excavaciones,
llevadas a cabo por R. Amiran y A. Eitan, desde 1968 hasta 1969, han redondeado
y completado el cuadro obtenido por Johns. Desde 1937 hasta 1938, R. W.
Hamilton, también del Departamento de Antigüedades, llevó a cabo una cantidad
de sondeos fuera del muro norte de la actual ciudad antigua y en la Puerta de
Damasco. Las excavaciones en esta puerta fueron reanudadas por B. Hennesy
desde 1964 hasta 1966. Mostraron que la actual Puerta de Damasco descansa
sobre la estructura de una que fue construida originalmente por Aripa I, en el
s I d.C., y que más tarde fue reconstruida por Adriano, en el, s II. Las
excavaciones también se han realizado dentro de la ciudad, principalmente en
los lugares de conventos e iglesias. Han arrojado algo de luz sobre temas que
tienen que ver con la extensión de la fortaleza Antonia, la ubicación del
estanque de Betesda, la ciudad del tiempo de Constantino y las estructuras
edificadas en sus días.

Desde 1961 se han realizado excavaciones con resultados sumamente importantes,
primero por Kenyon hasta 1967, y desde la guerra de los 6 días, en 1967, por
arqueólogos israelíes. Sólo se mencionarán las más significativas. Las
excavaciones de Kenyon clarificaron y corrigieron hallazgos anteriores de
antiguas fortificaciones en el lado este de Ofel. Ella encontró los muros
jebuseos y davídicos de la antigua Jerusalén y demostró que los restos de las
fortificaciones que antes se pensaban que eran del tiempo de los jebuseos y de
David, en realidid fueron construidas por Nehemías.

En el Muristán, exactamente al sur de la Iglesia del Santo Sepulcro, se cavó
una profunda trinchera hasta la roca, lo que mostró que esta área había estado
fuera de los muros de la ciudad en el tiempo de Cristo. Esta evidencia fue
confirmada más tarde por excavaciones llevadas a cabo por U. Lux durante las
obras de restauración de la Iglesia Luterana del Redentor, que está entre el
Muristán y la Iglesia del Santo Sepulcro. Estos hallazgos han demostrado que
el sitio del Santo Sepulcro, construido durante el s IV d.C., donde los
cristianos de ese tiempo consideraban el lugar de la crucifixión y sepultura de
Jesús, en tiempos de Cristo estaba fuera de la ciudad. Por lo tanto, es
posible que este sitio tradicional sea el lugar de los sufrimientos y
resurrección de Cristo.

Las excavaciones de Mazar (1968) al oeste y al sur del área del templo han
expuesto, además de ruinas posteriores de la Jerusalén bizantina e islámica,
impresionantes restos de la ciudad herodiana del tiempo de Cristo. Incluyen
una escalinata monumental de 64 m de ancho que conducía desde Ofel, el barrio
inferior de Jerusalén, hasta la Puerta de Hulda, que daba acceso al área del
templo desde el sur.

Las excavaciones llevadas a cabo en el barrio judío de la ciudad antigua, bajo
la dirección de Avigad (1969), trajeron a la luz casas en ruinas, destruidas en
el 70 d.C. Todavía 630 contenían muchos de los utensilios y muebles. Pero el
descubrimiento más importante fue una sección del muro de la ciudad erigido en
el s VIII a.C., probablemente por el rey Ezequías, que encerraba un barrio
nuevo en la colina occidental de Jerusalén. Hasta ahora se han excavado unos
65 m de este muro, que tiene unos 7 m de ancho y se ha conservado hasta una
altura de unos 3 m. También Avigad descubrió una torre que perteneció al muro
occidental de Jerusalén, con evidencias de la destrucción babilónica del 586
a.C. Estos descubrimientos han requerido la corrección del plano de la antigua
Jerusalén, como se ve en la fig 278.

IV. Resultados de un siglo de investigaciones arqueológicas en Jerusalén.

Aunque muchos problemas históricos y topográficos no han sido resueltos
todavía, se pueden enumerar algunos resultados positivos. La ubicación y el
tamaño de la Jerusalén jebusea y de la ciudad de David han sido determinados en
forma definitiva. También se han determinado el trazado de los muros de la
ciudad más antigua y la ubicación de algunas de sus puertas. Se han explorado
los sistemas de agua de los jebuseos y de Ezequías. También se conoce la
extensión aproximada del área del templo y su ubicación dentro de ella.
Asimismo se conoce el sitio y la extensión de la Fortaleza Antonia, del palacio
de Herodes, del estanque de Betesda, del estanque de Siloé, de la fuente de
Gihón, del pozo de En-rogel, y de los valles del Cedrón y de Hinom. todavía
falta resolver mucho del trazado exacto de los muros de la ciudad durante
diversos períodos de la historia antigua de Jerusalén. Los muros que se
indican en el plano de la fig 278 representan el estado actual de nuestros
conocimientos, pero están sujetos a cambios y correcciones a medida que se
hagan nuevos descubrimientos, así como fue necesario corregir el plano de
Jerusalén publicado en la 1ª edición (en inglés) de este Diccionario, cambios
incorporados en esta edición española.

282. La Ciudadela en Jerusalén, con la así llamada Torre de David (derecha),
cuya parte inferior fue construida por Herodes el Grande.

Bib.: Mucho se ha escrito sobre la historia y la arqueología de Jerusalén. A
continuación damos una lista parcial de las obras más importantes: L.-H.
Vincent, Jérusalem antique [La Jerusalén antigua] (París, 1912); L.-H. Vincent
y F. M. Abel, Jérusalem nouvelle [La Jerusalén moderna] (París, 1914-1926);
L.-H. Vincent y A.-M. Steve, Jérusalem de l Ancien Testament [La Jerusalén del
Antiguo Testamento], ts i-iii (París, 1954-1956); J. Simons, Jerusalem in the
Old Testament [La Jerusalén en el AT] (Leiden, 1952); E. L. Sukenik y L. A.
Mayer, The Third Wall of Jerusalem [El tercer muro de Jerusalén] (Londres,
1930); K. Kenyon, Jerusalem: Excavating 3.000 years of History [Jerusalén:
Excavando 3.000 años de historia] (Nueva York, 1967); Y. Yadin, ed., Jerusalem
Revealed: Archaeology in the Holy City 1968-1974 [Jerusalén revelada:
Arqueología en la Santa Ciudad. 1968-1974] (Jerusalén, 1975); O. Bar-Yosef, B.
Mazar, K. Kenyon, M. Avi-Yonah y N. Avigad, "Jerusalem", EAEHL 2:579-647.

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