Diccionario Biblico: Inmortalidad


Significado de Inmortalidad

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(gr. athanasía, "inmortalidad"; qftharsía, "incorruptibilidad").

Este término ocurre sólo 5 veces en la Biblia; "inmortal" (gr. áfthartos)
aparece 2 veces. Se califica a Dios como inmortal (1 Ti. 1:17; Ro. 1:23) y
como el único que posee inmortalidad (1 Ti. 6:16). Se afirma que el cristiano
que busca inmortalidad (Ro. 2:7), la cual Cristo trajo a la luz a través del
evangelio (2 Ti. 1: 10 ), la recibirá "a la final trompeta" (1 Co. 15:52-54).
Es obvio que ninguno de estos pasajes otorga el más mínimo apoyo a la idea
ampliamente difundida de que la inmortalidad es inherente al hombre.

De acuerdo con Gn. 2:7, en la creación, el hombre llegó a ser "un alma
viviente" como resultado de la recepción del aliento de vida que Dios le
impartió. De esta manera queda establecido el principio de que la vida se
derivó del Creador; el corolario de este principio es que la continuidad de la
vida humana está en las manos de Dios. Esta es la base filosófica de la
doctrina bíblica de la resurrección (Dn. 12:2; 1 Co. 15:51-54; 1 Ts. 4:16, 17).

El destino del no redimido no es la inmortalidad en el infierno, sino la no
recepción de la vida eterna. Las Escrituras declaran con respecto al impío:
"De Dios descendió fuego del cielo, y los consumió" (Ap. 20:9). Por contraste,
quien cree en Cristo no perecerá sino que tendrá "vida eterna" (Jn. 3:16; cf v
36); a la "final trompeta" se vestirá de "inmortalidad" (1 Co. 15:51-53; cf 2
Co. 5:4). Contrariando la doctrina bíblica, a través de los siglos muchos
teólogos han enseñado: el hombre es inherentemente inmortal. Pero otros han
defendido la inmortalidad condicional. Entre estos está William Temple, último
arzobispo de Canterbury, que escribió: "El hombre no es inmortal por naturaleza
o por derecho; pero es susceptible de inmortalidad y se le ofrece la
resurrección de la muerte y la vida eterna si desea recibirlas de Dios y en los
términos divinos". Y Emil Brunner, de la Universidad de Zurich, declaró: "La
opinión de que los hombres son inmortales porque sus almas son de esencia
indestructible, acaso divina, es definitivamente irreconciliable con la visión
bíblica de Dios y del hombre". Además, el NT dice que el hombre, por su
aceptación de Cristo, puede disfrutar de un goce anticipado de inmortalidad en
su experiencia espiritual de la vida presente. "Y esta es la vida eterna: que
te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado"
(Jn. 17:3; cf Ro. 6:8; 8:11), La vida eterna, o inmortalidad, es un don de la
gracia de Dios a quienes tienen fe.

La idea de que un "alma" pueda tener existencia consciente separada del cuerpo,
o que posea una esencia inmortal, es totalmente ajena a la Biblia. Este
concepto se originó en las antiguas religiones paganas y los sistemas
filosóficos de Grecia y de Egipto, y no tiene apoyo en los escritos inspirados.
No hay nada en las palabras traducidas como "alma", o en su uso en la
Biblia, que implique ni remotamente una entidad consciente que sobreviva al
cuerpo después de la muerte, o a la que se le atribuya inmortalidad. En
realidad, el NT enseña específicamente que el alma (psuje) se destruye junto
con el cuerpo en el "infierno" (Mt. 10:28). Véase Alma.

Bib.: William Temple, Nature, Man, and God [Naturaleza, hombre y Dios] (Nueva
York, Macmillan & Co., Ltd., St. Martins Press, 1949), p 472; Emil Brunner,
Eternal Hope [Esperanza eterna] (Traducido por Harold Knight y publicado en
1954 por la Westminster Press de Philadelphia), pp 105, 106.

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