Diccionario Biblico: Grecia


Significado de Grecia

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(heb. Yâwân; gr. Hellás).

Los nombres Grecia y griegos* nos llegan a través del lat. Graecia y graecus.
En el sur de Italia los romanos usaban el sustantivo Graikós; así llamaban a
las tribus griegas que se habían establecido allí.

Nombre dado a la parte sur de la Península Balcánica. La antigua Grecia estaba
limitada 503 al norte por Macedonia, al este por el Mar Egeo y al oeste por el
Mar Jónico. Desde sus montañas al norte (donde la cumbre más alta, el monte
Olimpo, alcanza los 2.985 m) hasta su extremo sur (el cabo Matapán) hay unos
400 km. La Grecia continental es montañosa, de modo que las conexiones
terrestres son difíciles, pero su costa es tan dentada que la mayor parte del
país puede alcanzarse fácilmente desde el mar. Por eso, el mar no ha sido
considerado como un obstáculo para el tráfico, sino más bien un puente. Muchas
islas de los mares Egeo y Jónico pertenecieron a Grecia. Los antiguos griegos
también establecieron colonias en el Asia Menor, la región del Mar Negro, el
sur de Italia, Cerdeña y Sicilia, el norte de África y el sur de Francia.
Véase Hellas en el Mapa XIII, B-1; Acaya en el Mapa XIX, D-10.

I. Grecia histórica.

A. Orígenes.

Los antiguos griegos remontaban su origen a la legendaria Helena, de donde
proviene los nombres "helenos" (que se aplicaban a sí mismos) y "Hellas" (que
tiene el país hasta hoy). Entre los primeros griegos aparecen 4 grupos:
aqueos, eolios, jonios y dorios. Hablaban diferentes dialectos de una lengua
común y tenían los mismos rasgos étnicos. Los aqueos jugaron su mayor papel en
el período más antiguo, y Homero a veces se refiere a todos los griegos con el
nombre de aqueos. Los jonios y los dorios fueron los grupos étnicos de mayor
gravitación en tiempos posteriores, quienes fundaron, respectivamente, Atenas y
Esparta, las 2 ciudades más destacadas de la Grecia continental. Los jonios
también levantaron muchas ciudades costeras importantes en el oeste del Asia
Menor. El AT llama a Grecia y a los griegos con el heb. Yâwân, "Jonia", quizá
porque los jonios fueron los más destacados y los más representativos de todas
las tribus griegas. Véase Javán.

B. Grecia clásica.

Por falta de documentos escritos anteriores, la historia griega comienza en el
s. VIII a.C. El período anterior está envuelto en el misterio. Algunas
leyendas y epopeyas versan sobre la época heroica primitiva, a las que se
pueden agregar ahora los resultados de las excavaciones en sitios
prehistóricos, como Micenas y Troya, que arrojan luz sobre algunas de ellas.
Cuando Grecia entra en la historia, la encontramos dividida en muchas
ciudades-estados, cada una de las cuales perseguía sus propios intereses,
aunque unidas por una cultura y una lengua comunes. Ocasionalmente había
guerras entre ellas, pero los juegos olímpicos, cada 4 años, servían como un
lazo de unión. Grecia apareció en el horizonte del pueblo hebreo como un país
muy lejano (Is. 66:19; Ez. 27:13, 19; Dn 8:21; 10:20; 11:2; Jl. 3:6; Zac.
9:13), durante los 2 siglos (700-500 a.C.) anteriores a las guerras médicas
(greco-persas), mientras se ponían los fundamentos de la literatura, la
arquitectura, el arte y la filosofía griegos, factores determinantes de toda la
cultura occidental y que sirvieron de modelo por muchos siglos.

El 1er papel destacado de Grecia en la historia mundial surgió de las guerras
médicas. Comenzaron en tiempos de Darío I, mucho después que Ciro había
incorporado a sus dominios las ciudades jónicas (griegas) del oeste del Asia
Menor, que habían pertenecido a Lidia. Pero cuando los persas entraron en la
patria de los griegos, ese pueblo pequeño reveló sus mejores cualidades. Los
hasta entonces invencibles persas, que habían aplastado las fuerzas de imperios
y reinos como los de Media, Lidia, Babilonia y Egipto, quedaron asombrados al
padecer una humillante derrota tras otra a manos de los pequeños ejércitos
griegos. Que los persas podían ser vencidos quedó demostrado por la vez en
Maratón (490 a.C.), luego en Salamina, Platea, Micala y Eurimedón, y en otras
batallas en siglos siguientes. Como resultado de estas guerras, las
ciudades-estado griegas se unieron por un tiempo bajo el liderazgo de Atenas;
sin embargo, apenas pasó el peligro, se dividieron otra vez. Desde
aproximadamente el 479 al 431 a.C., Atenas fue el centro de los estados
griegos y experimentó su siglo de oro, particularmente bajo Pericles. Luego
vino la guerra del Peloponeso (431-404 a.C.), que comenzó con una pelea entre
Atenas y sus colonias, pero luego incluyó a todos los estados griegos y sus
flotas, y terminó con la caída de Atenas y la consiguiente supremacía
temporaria de Esparta (404-371 a.C.), que a su vez fue reemplazada por una
breve supremacía de Tebas (371-362 a.C.). Unos años más tarde (338 a.C.)
prácticamente toda Grecia cayó en manos de Felipe de Macedonia, y poco después
llegó a ser parte del Imperio Macedónico de su hijo Alejandro Magno.

II. Imperio Greco-Macedónico-Período Elenístico.

En este nuevo papel los helenos, o griegos, ahora unidos con sus parientes
macedonios, desempeñaron un papel importante en el poder mundial. Se debería
notar que la "Grecia" que venció a Persia (Dn. 8:20, 21) no era la Grecia
clásica de la historia, compuesta por una cantidad de ciudades-estado y de la
que Atenas sobresalió, sino más bien este Imperio Greco-Macedónico de
Alejandro, que siguió al período clásico, después que la 504 Grecia propiamente
dicha fuera absorbida por Macedonia.

A. Las conquistas de Alejandro en el Oriente.

Alejandro Magno, un macedonio educado en Grecia, promovió la difusión de la
lengua y la cultura griegas en todos los países conquistados por medios
pacíficos o violentos. En pocos años (334-323 a.C.) aplastó a los ejércitos
persas de Darío III, el último rey persa, y condujo a sus soldados macedonios y
griegos victoriosamente, a través del Asia Menor, Siria y Palestina, a la
antigua tierra del Nilo, que cayó fácilmente en sus manos. Luego tomó
Mesopotamia y la patria persa, siguiendo hasta llegar al valle del Indo.
Finalmente sus soldados rehusaron continuar más allá la conquista de tierras y
reinos desconocidos. Luego se dedicó a consolidar su imperio y establecer una
unión entre el Oriente y el Occidente, eligiendo la antigua ciudad de Babilonia
como su capital y residencia; pero su muerte acabó con sus planes de un Imperio
Greco-Macedónico-Oriental. Sin embargo, uno de los resultados de sus
conquistas permaneció: aunque sus sucesores lucharon por décadas entre sí, y
dividieron la herencia de Alejandro en regiones de diversos tamaños y
fortaleza, éstos siguieron promoviendo la difusión de la lengua y la cultura
griegas por el mundo al este del Mediterráneo. Mapa XIII.

B. La civilización helenística.

Esta cultura -que llamamos helenística para distinguirla de la helénica o
clásica que la precedió- sobrevivió al poder político de los reinos macedonios
durante siglos y modeló la civilización romana. Se la llama helenística por
causa de que la lengua, la cultura y las costumbres griegas se esparcieron por
todo el Cercano Oriente gracias a las conquistas de Alejandro, que no eran
puramente griegas, sino modificadas por las costumbres macedónicas de los
gobernantes y la civilización oriental de los pueblos subyugados. Pero en la
región al este del Mediterráneo se llegó a hablar el griego casi
universalmente, había colonos griegos en casi todas partes, y las costumbres
griegas fueron aceptadas por los habitantes anteriores. (Por esto los judíos
que resistieron el proceso de helenización no distinguían entre los griegos y
los orientales helenizados, sino que hablaban de todos sus contemporáneos no
judíos como de "griegos".)

C. El imperio dividido.

Este mundo helenístico, compuesto por Grecia, Macedonia y el Oriente
helenizado, permaneció más o menos como una civilización
greco-macedónica-oriental unificada por sus elementos griegos mucho después que
perdiera su unidad política. Después de la muerte de Alejandro Magno sus
líderes macedonios pusieron sobre el trono a su hermanastro Felipe, un
retardado mental, y al hijo póstumo de Alejandro, también llamado Alejandro.
Los sucesivos regentes de estos reyes títeres trataron de mantener unido el
imperio, pero otros, que gobernaban diversos territorios como sátrapas del
imperio, lucharon por dividirlo entre sí. Apenas pasaron 20 años después de la
muerte de Alejandro cuando el último pretendiente al poder central fue
derrotado en la batalla de Ipso (301 a.C.) por una coalición de 4 generales
(Tolomeo, Casandro, Lisímaco y Seleuco) que dividieron el imperio en 4 reinos.
En otros 20 años los 4 quedaron reducidos a 3 cuando Seleuco I, gobernante de
la región oriental, conquistó la del norte. Desde entonces el territorio del
imperio de Alejandro comprendió 3 reinos helenísticos principales, más
numerosos estados pequeños, inestables y de corta duración. Estos 3 reinos,
regidos por los descendientes de los generales de Alejandro fueron Macedonia
(incluyendo Grecia), Egipto y el Imperio Seléucida (más tarde llamado Sirio, al
perder sus tierras más orientales); y continuaron hasta que el mundo
helenístico fue tomado, parte tras parte, por el creciente poder de Roma.
Aunque Macedonia (146 a.C.), Siria (64/63 a.C.) y Egipto (30 a.C.) fueron
anexadas como provincias romanas, los territorios retuvieron la influencia del
pensamiento griego. El griego siguió siendo la lengua de la mitad oriental del
Imperio Romano. Mapa XIII.

III. La península griega bajo el dominio macedónico y romano.

Durante el período helenístico, la patria griega pasó por las manos de
sucesivos gobernantes macedonios, quienes con éxito parcial intentaron
mantenerla bajo control. Atenas siguió siendo reconocida como líder
intelectual del mundo griego, pero perdió su importancia comercial, mientras
que Esparta intentó, sin mucho éxito, llegar a ser la dirigente política de
Grecia. El resto de la nación fue en su mayor parte incorporado en una de las
2 confederaciones regionales: la Liga Etolia (que abarcaba la mayor parte de la
Grecia central) y la Liga Aquea (la mayor parte del Peloponeso). En el s II
a.C. cayó bajo los romanos, quienes intervinieron repetidamente en los asuntos
griegos. Cuando Mumio destruyó la Liga Aquea y Corinto (146 a.C.), Grecia fue
puesta bajo el gobernador de Macedonia, anexada en esa época como provincia
romana. En el 27 a.C. Grecia fue organizada como una provincia separada bajo
el nombre de Acaya,* con el que aparece en el NT (excepto en Hch. 20:2). 505

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